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Economía Desempleo | Luis Caputo |

Para 2024, el desempleo mundial aumentaría un 5,2% y en Argentina un 3,4%

Según previsiones de la OIT y la consultora Man Power Group, el año en curso será recesivo y con impacto negativo en las tasas de empleo. El papel del FMI, los millonarios globales y los gobiernos ultraliberales, en ese orden.

En AIRE sabemos que ustedes están de vacaciones o que las necesitan imperiosamente, y que no existen las notas frescas (sí las frívolas o costumbristas) en el periodismo político y económico. Pero sí que podemos simplificarlas, encerar frases y párrafos para que la lectura discurra y la sencillez argumental –que no salpica ni refresca– asimile esta columna con un artículo de verano.

En el título hay datos y morbo, pero falta el chisme, que es el que se cuenta en el equipo económico que rodea a Luis Caputo, que es básicamente su exconsultora de apuestas financieras devenida en brokers estatales pagados con la nuestra.

Dos en realidad; el primero alude al Secretario de Comercio Interior (Pablo Lavigne) que Caputo conoce, pues es otro exfuncionario macrista infiltrado en un gobierno que prometió eliminar la Secretaría de Comercio: “No sé qué está haciendo Pablo ahí, para hacer lo que están haciendo mejor cerrarla y listo, los empresarios con los precios se fueron a la m…”.

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Luis Caputo, ministro de Economía de la Nación.

Luis Caputo, ministro de Economía de la Nación.

Ellos se dieron cuenta, usted se dio cuenta, ¡Alfredo Coto se dio cuenta e hizo punta con los carteles de desabastecido por abuso empresarial! Coto, Carrefour y Wal Mart defendiendo el poder de compra de tu salario… Milei lo hizo.

El segundo chisme tiene que ver con el tema de la nota y la imposibilidad de gobernar con el nivel de desorganización e inexperiencia que exhibe la primera experiencia libertaria en América.

“No hay relevo profesional para cuando terminemos el trabajo sucio y los números sean malos, con los Iñakis y los cabeza de motosierra se puede ganar una elección, pero gobernar es otra cosa”.

El director y columnista en jefe de La Política Online, Ignacio Fidanza, citó hace días a un diputado que espera ser ministro cuando parte del primer gabinete se incendie: “Los próximos tres meses van a ser horribles para ser funcionario del gobierno, yo estoy para apoyar y salir corriendo”.

Tercer chisme de verano, no agradable, pero socialmente más significativo que las peleas en Gran Hermano: “Al peronismo le llevó dos años meter cambios, con pandemia y todo, si seguimos así esto explota en marzo o julio y nos lleva puestos a todos, a Toto también”.

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Pues bien, los que filtran estos comentarios son expertos en riesgos y relevan continuamente las expectativas del mercado, como los técnicos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que aseguran en su Informe de Perspectivas Sociales y Empleo que 2 millones de trabajadores se sumen al ejército de desocupados, lo que elevaría la tasa de desempleo mundial al 5,2% (contra 5,1% de 2023), con diferentes desempeños según continentes y países, pero con un sostenido aumento de la pobreza y la desocupación.

Estancamiento productivo, concentración de riquezas y trabajadores pobres

Una de las conclusiones salientes del Informe sobre las tendencias 2024, es que los mercados laborales han salido de la pandemia incorporando un nuevo fenómeno (que aquí solíamos creer invención del FDT): el del “pleno empleo” en condiciones de pobreza, que incorpora al trabajador registrado pobre y al boom de la precarización en decenas de formas.

Así, la OIT asegura que la pobreza persistirá y que el número de trabajadores en situación de pobreza extrema –es decir que ganan menos de USD 2,15 por día– aumentó en más de 1 millón y que aquellos que están clasificados en pobreza moderada -todos los que ganan menos de USD 3,65 por día- subieron en 8,4 millones en un año.

La caída de ingresos de las capas medias y bajas (siempre hablando de promedios, hay decenas de países donde no existen ni las clases medias ni el peronismo) y el incremento de la desigualdad social, son demás una limitación de hierro para el incremento de la demanda agregada, del consumo popular y masivo que impulse una recuperación económica que aquí sabemos se sentirá un 60% en el primer tercio de los próximos 15 años.

Consultado el Director de la OIT, Gilbert Houngbo por este nivel de precisiones económicas, se mostró interesado por conocer el Excel, Acces o cuaderno en donde relevar las fórmulas estadísticas que permiten construir semejante horóscopo. Esto último no es dato ni chisme, es chiste nomás.

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El Director de OIT, Gilbert Houngbo, es el primero proveniente de una nación africana y estima que la justicia social será una meta imposible en los próximos dos años. Gentileza OIT.

El Director de OIT, Gilbert Houngbo, es el primero proveniente de una nación africana y estima que la justicia social será una meta imposible en los próximos dos años. Gentileza OIT.

Lo que sí es cierto es que en el apartado referido a América Latina los datos dicen que las tasas de empleo no se han recuperado (en promedio, en Argentina sí) a niveles prepandémicos, aunque sí se ha reducido la brecha de género, del 8% de 2019 al 6,2% de 2023; número clave para quienes defienden la decisión de degradar el Ministerio de Mujeres y Diversidades a Subsecretaría.

Otro dato relevado y referido a la brecha de género (que no es sólo de ingreso) es la participación de mujeres en puestos jerárquicos y de la economía formal. Allí se observa que después de la pandemia, las mujeres redujeron su participación en el mercado laboral formal un 16% (contra un 10% de los hombres), lo que incrementó la brecha de género.

Pero en líneas generales en la OIT creen que si bien “la creación de empleo contribuyó a reducir la tasa de desempleo de la región del 8% al 6% en cuatro años (2020-2023), pero este se incrementará paulatinamente y sostendrá esa tendencia en 2025 inclusive, no habrá condiciones para crear nuevos puestos de trabajo y la mayor desocupación se registraría entre los jóvenes. En este grupo el desempleo promedio de la región ya alcanzó el 13 ,6% y seguirá aumentando hacia 2025.

El director de la Organización considera que “el descenso del nivel de vida y la escasa productividad, combinados con una inflación persistente, crean las condiciones para una mayor desigualdad y socavan los esfuerzos por alcanzar la justicia social, sin la cual ninguna recuperación es posible ni sostenible”.

Argentina, un país con buena gente que vota más mercado y menos Estado

El sondeo de la consultora Manpower Group (que sondea a casi 40 mil empleadores en 41 países, incluido Argentina) sostiene que la Argentina tiene la peor expectativa de empleo (ENE) del mundo, basada en la decisión de los empleadores de deshacerse de personal durante el año en curso.

Las previsiones para el primer trimestre del año (según una muestra de 70 empleadores encuestados, en su gran mayoría PyMes) supone un declive del 6% respecto del último trimestre 2023. El 29% de los responsables de empresas prevé disminuir su plantilla, el 35% las mantendrá todo lo posible sin generar nuevos empleos y un 6% no sabe qué hará concretamente. Es decir, que el 70% no piensa mover el amperímetro del empleo, en línea con las conclusiones del estudio citado de la OIT.

Los resultados de la encuesta también se agrupan por regiones económicas, siendo la Pampeana (que por supuesto incluye a Santa Fe) la que peores previsiones presenta, con una ENE de -1%.

Y si de sondear empresarios se trata, en el apartado “preocupaciones” aparecen dos estelares: el incremento de la conflictividad social por el impacto de las políticas económicas y la consecuente litigiosidad laboral que supone la combinación ajuste seguido de desempleo.

Está claro, para quienes analizan en profundidad condiciones de mercado, que el capitalismo que viene a cobrarse el “derroche” de sus versiones fallidas de bienestar (pagar la fiesta en la traducción ultraliberal), aún no pudo imponer completamente el único invento que le daría estabilidad: ni el dólar abundante, ni el mercado justo y sensible, sino el pobre de derecha, el explotado incapaz de señalar a los verdaderos culpables de su desgracia o de culparse a sí mismo por no dar la talla.