La inflación no da respiro y una familia tipo necesitó $152.515,29 durante el último mes del 2022 para no ser pobre. Así lo reflejó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en su informe mensual que estimó en esa cifra el valor de la Canasta Básica Total (CBT) para un hogar de dos adultos y dos niños (6 y 8 años).
De esta manera, el valor de la CBT registró en diciembre un salto del +4,5% frente a noviembre, según el organismo nacional que conduce Marco Lavagna.
En tanto, la misma familia, necesitó $67.187,35 para cubrir el costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) durante el penúltimo mes del año. Este indicador, que se utiliza para medir la línea de indigencia, tuvo un aumento mensual del +5%, levemente inferior a la inflación del período que fue del +5,1% a nivel nacional.
De esta forma, durante todo el 2022, para cubrir el costo de la Canasta Total (que mide línea de pobreza) se necesitó el doble de ingresos que hace un año atrás, ya que subió un 100,3%. La alimentaria también se duplicó, cerrando el año con un salto de +103,8%, por arriba del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mide Indec, que acumuló un 94,8% en 2022, el más alto en 31 años.
En el 2022, la Canasta Total (que mide línea de pobreza) incrementó su costo en un 100,3% y la alimentaria subió 103,8%, mientras que la inflación llegó al 94,8% en ese período.
Sin margen para celebrar
El descenso de la inflación durante el último bimestre del año, no significa que los precios bajen, sino que siguen subiendo en la misma dirección, pero lo hacen a un menor ritmo.
Los datos corresponden a la valoración mensual que realiza el organismo nacional de estadísticas de la Canasta Básica Total (CBT), que reúne los bienes y servicios básicos para una familia tipo de cuatro miembros, formada por dos adultos y dos menores, y la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que reúne las necesidades kilocalóricas y proteicas imprescindible para una familia.
Ambas canastas (la Básica Total, que marca la línea de pobreza, y la Alimentaria, que marca la línea de indigencia) se habían dejado de publicar por el Indec durante la gestión de Cristina Fernández, recién en el abril del 2016 se retomaron estos indicadores de condiciones de vida que mide la valorización mensual de la canasta básica total y alimentaria en el Gran Buenos Aires.
El 2022 terminó con uno de los niveles de inflación más altos de los últimos 30 años y ese impacto se siente en los bolsillos, dejando un arrastre muy negativo para el 2023.
Según los últimos datos oficiales, la pobreza en la Argentina retrocedió al 36,5% a mediados del 2022, una situación que afecta a casi 17 millones de personas, confirmando que la pandemia del coronavirus no hizo otra cosa, que agravar aún más, la delicada situación social que atraviesa el país.
Además, el nivel de indigencia (que no alcanza a cubrir sus necesidades básicas alimenticias) afecta al 8,8% de la población, indicó el organismo estatal.
Según los datos difundidos por el Indec, en junio del 2022 en el “Gran Santa Fe”, la pobreza afectaba al 39,1% de la población, una caída de casi 11,5 puntos luego de alcanzar el récord de 50,5% en la primera mitad del 2021. Sin embargo, todavía se mantiene por arriba de la media nacional y engloba al 27,8% de los hogares. La indigencia también cayó, al 7,8% de la población.
Durante el 2022 pasado, el aglomerado “Gran Santa Fe” pasó de ser una de las regiones con mayores niveles de pobreza e indigencia del país, dónde uno de cada dos habitantes se encontraba por debajo de la línea que mide el Indec, a volver a estar en línea con el promedio nacional.
Temas
Te puede interesar