Un puente entre las finanzas y los emprendedores.
Argentina tiene una amplia gama de empresas en diversos sectores, pero muchas fracasan a mitad de camino por las dificultades que enfrentan en la gestión financiera porque si la plata no aparece, con tener una brillante idea no alcanza. ¿Cuáles son las mejores opciones para conseguir inversores y lograr financiamiento en Santa Fe?
Sin embargo, por el carácter propio de su esencia es un error pensarlas como empresas tradicionales ya que tienen un ritmo de crecimiento acelerado y además, operan de manera global. “Muchas personas que vienen de la administración de empresas más tradicionales a veces intentan hacer un análisis de empresa grande, algo que en la startup no vale la pena porque lo corporativo no tiene sentido ahí.
Sí hay que hacer presupuestos, pero cambiarlos mensualmente con nuevas variables. La startup no tiene problemas de caja en el sentido de cobros”, comienza explicando Augusto Annechini, consultor especializado en startups y asesor en planeamiento financiero. Por eso, “la particularidad de su financiamiento está anclada en la gravitación que tienen los socios que prestan el dinero y que generan una estructura de repartición de ganancias”, señala.
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Según cuenta el especialista, durante el 2021 se pudo ver en todos los gráficos “una barra saliente con muchísimas inversiones y valuaciones altas en startups que fueron cayendo hacia 2023”. Entonces, en las empresas surge el concepto de “vivir con lo nuestro” y de entender que se va a crecer menos rápido, pero de manera sostenible y saludable. “Eso generó un cambio de mindset y “muchos emprendedores ahora miran más las finanzas cuando antes eso estaba relegado y se miraba mucho el producto y el marketing”.
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Una startup nace para crecer internacionalmente, ser la única, la principal y la más grande del mercado. Por eso es fundamental la escalabilidad y para eso “se necesita que un venture capital invierta en ella, no por sus dividendos sino por las ganancias que se van a obtener cuando la startup se venda”, explica Luisina Galosetti, abogada experta en startups.
El recorrido de un negocio para conseguir financiamiento comienza cuando esos inversores que confían en la idea no son más que algún familiar o amigo y por lo general la mayoría de los proyectos pueden ver la luz de esa manera.
En una segunda etapa aparecen los llamados ángeles, se trata de inversores a quienes les fue bien en tecnología “que corta tickets y que generalmente aportan alrededor de 10 mil dólares para un nuevo proyecto”, destaca Augusto Annechini.
En un tercer momento conviene contactar con los aceleradores quiénes ofrecen capital y capacitación.
Finalmente, llegan los ventures capital, que son fondos de capital que invierten dinero; aquí hay algunas variantes y en algunos casos puede tratarse de fondos de empresas grandes.
Una de las formas más comunes de conseguir financiamiento es a través de la participación en rondas de inversión diferenciadas en series de acuerdo a la etapa evolutiva en la que se encuentre el proyecto. Los fondos de inversión invierten en los proyectos de acuerdo al estadío, pero también de acuerdo a la verticalidad, es decir, a la industria dentro de la cual se desarrolla la startup.
Entre muchas otras, las que más se destacan en la provincia de Santa Fe como aportantes de capital e impulsoras de nuevos proyectos son:
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“Levantar capital es un proceso muy complejo y tiene sus propias reglas por eso en el mundo de las startups hay que olvidar las formas tradicionales de llevar adelante un negocio. Como el día tiene 24 hs. para todos, los emprendedores delegan ese proceso en nosotros para convencerlos de que le den una oportunidad al proyecto”, agrega Luisina Galosetti quién coordina una consultora de levantamiento de capital, armado de materiales, búsqueda de fondos en el exterior y contacto con inversores.
Si bien conseguir el dinero puede ser fácil cuando el proyecto innovador es original, funciona bien y promete, ya sea “con inyección de capital o, al revés, cuando sufrís la falta de inversión por parte de socios siempre tiene que haber alguien que lea bien esos descalabros”, asegura Augusto Annechini.
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