La devaluación del peso oficial dispuesta a pedido del FMI aceleró la inflación, le dio un mayor impulso a los dólares financieros, la brecha se mantuvo en el mismo nivel, no se corrigió en la dirección requerida ninguna variable, y posiblemente el tipo de cambio real se encuentre en el mismo nivel de la semana pasada.
La caída del poder de compra de salarios y prestaciones sociales se acentuó. Y Sergio Massa prometió hacer algunas correcciones a salarios y prestaciones sociales supeditadas a las reuniones que mantenga esta semana con el Fondo Monetario Internacional, que exige mayores ajustes y una mayor devaluación del peso, incluso como condiciones para realizar el desembolso de los U$S 7.500 millones. Incluso si el FMI concretara ese desembolso apenas alcanzaría para pagar la deuda ya contraída y la que está por vencer en septiembre y octubre con el Fondo.
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“De aquí a fin de año uno no puede descartar más inestabilidad que la vivida esta semana. El tramo de aquí a octubre es largo y aún los tres candidatos están competitivos. Es decir, tampoco se puede apelar a la estrategia de que el partido entrante calme aguas en la transición de gobierno. Luego, en caso de balotaje quedarán dos fechas más de incertidumbre. En el medio de ese calendario, la inflación posiblemente esté instalada en los dos dígitos mensuales y las reservas sigan en niveles negativos. El escenario no podría ser peor”, señala la consultora LCG.
Hacia delante el panorama es serio. LCG agrega: “ En el caso de un triunfo de J. Milei en las generales, vemos que se incrementan las dudas respecto a su programa. Es que realmente no se entiende de dónde saldrán los dólares para la dolarización cuando los títulos de Argentina cotizan a una paridad de 30, las reservas brutas son cada vez más bajas y el pasivo del BCRA se sigue incrementando. Inestabilidad en la economía con pobreza y crisis política suena a un coctel que es difícil de digerir”.
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“En el caso de que S. Massa o P. Bullrich sean los candidatos ganadores de las generales, tampoco cambia mucho el panorama. Difícilmente ese resultado conlleve una legitimidad de origen muy alta. Inestabilidad y crisis política también es probable en ese escenario. No obstante, insistimos que el trayecto a octubre aún hay que transitarlo y no está exento de nuevos deslices tampoco. Para el Ministro y candidato oficialista un ajuste más profundo sobre el nivel actual de inflación es un suicidio político, no hacerlo es arriesgarse a generar más incertidumbre”.
Aunque faltan menos de dos meses, las elecciones de octubre parecen estar lejos por la disparada inflacionaria, el incremento de los niveles de indigencia y pobreza y las propias declaraciones descabelladas de Javier Milei como, por ejemplo, romper relaciones diplomáticas y comerciales con China y Brasil y su reiterada insistencia con la dolarización que no es otra cosa que promover la huida del peso, pese a que el Banco Central volvió a incrementar la tasa de interés.
También porque todo dependerá de las exigencias que imponga el FMI ahora condicionando los resultados de las elecciones de octubre.
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