El ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, anunciaron el cierre de la etapa 3 del programa económico de Javier Milei y el inicio de una nueva fase, marcada por una fuerte redefinición del esquema cambiario. A partir del lunes, el gobierno nacional levantará el cepo al dólar y aplicará un sistema de bandas de flotación.
La decisión se da en el marco de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que implicará el ingreso de casi 15.000 millones de dólares durante 2025. Sin embargo, el crédito total solicitado al organismo es de 20.000 millones, lo que refuerza la idea de un programa económico más ortodoxo, con un Banco Central que buscará limitar la emisión de pesos y estabilizar el mercado cambiario.
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Lo que cambia a partir de ahora es el corazón del modelo: se elimina el cepo, pero también se establecen nuevas reglas de juego. La eliminación del cepo implica que cualquier argentino podrá comprar y vender dólares según su capacidad patrimonial y tributaria, sin restricciones ni topes, como en cualquier país del mundo, aunque cada operación deberá ser justificada ante la ARCA, en línea con las normativas de control fiscal vigentes.
Desde su implementación a fines de 2019, el cepo fue endureciéndose con el paso del tiempo. El acceso al mercado de cambios estuvo limitado a 200 dólares mensuales, con recargos impositivos que encarecían notablemente el tipo de cambio. Desde el lunes, tanto el impuesto PAIS como las percepciones a cuenta del Impuesto a las Ganancias dejarán de aplicarse.
Uno de los puntos clave será la implementación de bandas de flotación para el dólar oficial, que oscilarán entre los 1.000 y 1.400 pesos. El Banco Central intervendrá únicamente si la cotización se acerca a los extremos de ese rango. Si el dólar baja de 1.000, el Central comprará para sostener el piso; si sube hasta los 1.400, podrá vender para moderar la suba, pero no evitarla. Es una flotación libre dentro de una zona acotada.
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El objetivo es reducir la brecha cambiaria, que actualmente ronda el 25% entre el dólar oficial (1.075 pesos) y el dólar blue (1.370 pesos). Aunque persiste la desconfianza en el peso —producto de una economía bimonetaria y con fuerte informalidad—, el gobierno apuesta a que sin cepo ni distorsiones, el mercado se estabilice y la presión sobre el dólar informal se diluya.
El nuevo escenario económico plantea interrogantes clave: ¿A qué precio quedará el dólar? ¿Cómo reaccionará el mercado ante el fin de las restricciones? ¿Podrá el gobierno sostener la credibilidad en su política monetaria sin reservas sólidas? Lo cierto es que, a partir del lunes, se abre un nuevo capítulo en la economía argentina. Y como toda transición, estará signada por tensiones, expectativas y riesgos.
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