Con una dinámica insostenible, el Banco Central (BCRA) enfrenta el peor arranque en décadas. Con la liquidación del agro en niveles mínimos y la demanda por parte de privados que continúa presionando, la entidad monetaria tuvo que sacrificar arriba de US$ 11.690 millones de reservas brutas para sostener la demanda de divisas durante los primeros cuatro meses del año.
El nivel de reservas brutas que informa diariamente la entidad monetaria perforó el piso de los US$ 33.000 millones, en medio de las fuertes ventas realizadas durante los últimos meses.
De acuerdo a estimaciones del mercado, si se tienen en cuenta solo las reservas netas, que es el verdadero respaldo de la autoridad monetaria para intervenir en el mercado de cambios, durante el primer cuatrimestre el BCRA habría sacrificado más de US$ 4.000 millones para sostener las cotizaciones oficiales, teniendo como resultado un nivel de reservas netas bajo la metodología del acuerdo con el FMI que se ubicarían en niveles cercanos a cero (0), si no se tiene en cuenta la posición de tenencia de oro, de acuerdo con estimaciones de especialistas
El BCRA sufre la sequía de dólares y enfrenta el peor arranque en años.
Hoy la dificultad principal que enfrenta el BCRA ya no solo es cómo generar los dólares, sino cómo retenerlos.
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Según informó el BCRA, las reservas cerraron este martes en US$ 32.907 millones, a pesar de que la autoridad monetaria pudo comprar US$ 14 millones en el mercado de cambios.
Según los registros del Banco Central, las reservas se ubican en el nivel más bajo de la gestión Alberto Fernández.
Para dar con un monto menor de reservas internacionales brutas hay que retrotraerse unos seis años y medio atrás, hasta el 11 de octubre del 2016, fecha en que la entidad monetaria cerró con US$ 32.457 millones.
Pero aquella era una tenencia en franca recuperación (superaría incluso los US$ 40.000 millones seis jornadas más tarde), mientras que la actual está en retroceso, contando que el BCRA no deja de perder reservas en intervenciones de mercado.
Las decisiones que tome el Banco Central en cuanto al dólar será clave para la economía en un año electoral, que históricamente suelen coincidir con períodos de tensión cambiaria en la plaza marginal.
La autoridad monetaria dejó correr 0,25% al dólar mayorista, que cerró a 234,55/234,65 por unidad, para compra y venta, respectivamente, es decir 60 centavos arriba del cierre previo, con lo que se confirma una tendencia a la aceleración en la tasa de devaluación oficial del peso (crawling peg) que ya corre a un ritmo de casi 8% mensual.
A su vez, el Gobierno en los próximos meses deberá afrontar los vencimientos con el FMI y también los compromisos de deuda con bonistas, ya que el 9 de julio próximo se deben pagar unos US$ 1.000 millones de intereses de los bonos emitidos en la reestructuración de 2020 (Bonares y Globales), de los cuales se estima que un 70% están en manos de inversores privados.
La urgencia en cerrar el acuerdo con el Fondo es porque permitirá recibir los desembolso y poder pagar los compromisos de deuda, teniendo en cuenta que los meses de junio y julio son los más comprometidos en cuanto a vencimientos.
El dólar agro no tracciona
Este último martes las liquidaciones por dólar soja disminuyeron un 30% o US$ 28,4 millones respecto del lunes, y aportaron US$ 66 millones.
Con datos al cierre del pasado viernes, se habían liquidado US$ 3.042 millones bajo el régimen del dólar agro a $300. De ese valor, el Banco Central pudo retener solo US$ 700 millones.
Esto significa que cada 100 dólares que le entraron a $300 pesos el Banco Central pudo retener solamente US$23. De esta forma, el programa generó poco más de la mitad de las divisas que se esperaban.
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