“Los sueldos suben por escalera y los precios van por ascensor” reza la frase que grafica fielmente la pérdida de poder adquisitivo que afrontan los trabajadores en una economía inflacionaria, o también dicho en criollo para evocar a la Scaloneta campeona del mundo: “los bolsillos perdieron por goleada en el 2022”.
El Indec publicó este viernes el Índice de Salarios que registró en diciembre un incremento del 5,3% y al menos en el último mes del año, pudo descontar sobre la hora – sin alterar el resultado final-, contra la inflación, que marcó un 5,1% mensual en el mismo período.
Esta suba fue resultado de un alza del +4,5% en los sueldos de los trabajadores privados, del +9,2% en los empleados públicos y del 0,5% en los no registrados.
Independientemente del corte temporal que se analice (mensual o interanual) los ingresos promedio de los trabajadores corrieron siempre por debajo de la evolución de los precios.
Con una inflación que alcanzó un 94,8% durante todo el 2022 y superó al 90,4% que acumuló en el mismo período el Índice de Salarios Total que mide el organismo oficial.
Estatales o Privados: ¿qué sector logró mejores paritarias?
En el 2022 los salarios subieron en promedio un +90,4% contra una inflación del +94,8% (la más alta desde 1991), lo que generó una pérdida de -2,25% en término reales de poder de compra.
Por categoría, los salarios del Sector Público registrado crecieron un 99,4% en 12 meses y fueron los que mejor desempeño obtuvieron en 2022, (casi 5 puntos por arriba de la inflación anual), los del Sector Privado, acumularon un incremento del 93,8% y por último los ingresos de trabajadores informales (no registrados), subieron solo un 65,4% en el último año, perdiendo más de 15 puntos reales en términos de poder de compra.
La inflación más alta en 32 años
El 2022 terminó con uno de los niveles de inflación más altos de los últimos 30 años y ese impacto se siente en los bolsillos, dejando un arrastre muy negativo para el 2023.
Para encontrar niveles similares a la inflación del año pasado, hay que retroceder hasta 1991, cuándo comenzó a regir la Ley de Convertibilidad. En ese entonces la suba de precios interanual llegó al 84%, reduciendo drásticamente la hiperinflación del año 1990, que superó el 1.300%.
El equipo económico que conduce Sergio Massa mantiene como objetivo central que la inflación se desacelere desde enero y que se logre bajar un punto porcentual por bimestre, hasta llegar al 3% mensual de abril en adelante, para cumplir con la exigente meta que se propuso el Ejecutivo del 60% para todo el 2023, que hoy, a priori, luce inalcanzable.
Sin embargo, economistas señalan que solo con acuerdos de precios, no alcanza para anclar expectativas y mucho menos en la antesala de un año electoral. Indican que hace falta un verdadero plan económico que contemple un programa anti inflacionario, que cuente con los consensos suficientes para respaldarlo a mediano plazo.
Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el Banco Central, sobre la base de proyecciones y estimaciones de consultoras privadas, 2023 cerrará con una inflación de 97,6% y esperan un elevado 79,6% para 2024.
Para los analistas, desde ahora, la inflación todavía se mantendrá en torno a un piso cercano al 5,5% mensual, algo que será difícil de volver a romper en el arranque del 2023.
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