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Economía dólar | Javier Milei | cepo cambiario

Con cepo al dólar, cuán libre y beneficiosa es una "competencia de monedas"

El gobierno de Javier Milei abrió la "competencia de monedas", aunque aún sostiene el cepo al dólar.

Esto significa que se trata de una “competencia desigual” por cuanto la conversión del precio de un producto en pesos puede variar en una importante proporción según el valor del dólar que cada uno elija.

Los detalles de la medida que cambia la compra en dólares

La decisión que tomó el Gobierno implica que las compras en moneda extranjera no solo podrán efectuarse con tarjetas de débito sobre la cuenta bancaria en moneda extranjera, sino también en dólares billete (declarados o no).

Es decir, el potencial comprador tiene que tener los dólares en su cuenta bancaria o “del colchón” para hacer la compra, ya que por el cepo no puede adquirirlos, salvo a través del dólar MEP, CCL o blue, por ahora, a valores superiores al oficial.

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El que paga –insisto– tiene que tener los dólares en su caja de ahorro o dólares–billetes sin importar su origen y si están o no declarados ante el ARCA-exAFIP. Y el comercio que cobra también tiene que tener una cuenta en dólares.

El secreto de la tasa de conversión del dólar

A su vez, la conversión de los precios en pesos a los precios en moneda extranjera los fija libremente el comerciante a la tasa de cambio que considere. En consecuencia, dependerá del comerciante la conversión que elija.

Por ejemplo: un bien que se vende en $100.000, al dólar oficial ($1.060) representan U$S94. Si el comerciante lo fija en ese valor, al comprador le convendrá vender esos dólares al blue a $1.260. Obtendría $126.000 y pagaría por esa compra $100.000, con una diferencia a favor de $26.000. Esto fue lo que estuvo pasando hasta ahora y nada indica que vaya a cambiar.

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Además de la disponibilidad de divisas por parte del comprador, el comercio también tendrá que tener una cuenta en dólar para la transacción.

Además de la disponibilidad de divisas por parte del comprador, el comercio también tendrá que tener una cuenta en dólar para la transacción.

Distinto sería el caso si el comerciante fijara el valor del bien en dólares convirtiendo los $100.000 a $ 1.260. En dólares ese bien valdría U$S80. En este caso, el comercio estaría actuando como una “cueva”.

De estos ejemplos se desprenden que para el consumidor la conveniencia de pagar en una u otra moneda depende de la tasa de conversión que elija el comerciante.

A eso se agrega que los comerciantes podrían, como ya sucede con las ventas en pesos, ofrecer descuentos sobre la venta en dólares y no registrar la operación, como sucede con las ventas en pesos con descuento por pago en efectivo.

Qué busca el gobierno de Javier Milei con la "competencia de monedas"

Es evidente que el objetivo del Gobierno es que la “competencia de monedas” actúe como un ancla complementaria para mantener “a raya” los valores de los dólares y ayuden a bajar aún más la inflación. Y que los que blanquearon o tienen dólares bajo el colchón los vuelquen al consumo que sigue deprimido. Y que el comerciante declare esa venta en dólares para que ingresen en el sistema.

Todos estos supuestos anticipan que más allá del “marketing” la efectividad de la "competencia de monedas” está por verse y tiene todavía un largo recorrido en su implementación.

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Por todo esto, la medida del Gobierno debería profundizar lo que muchos sectores empresarios y economistas denominan “atraso cambiario”, o sea, los precios de los bienes y servicios en Argentina en dólares mucho más altos que en el exterior, en especial respecto de Brasil o Chile, pero también en relación a Miami o buena parte de Europa.

Además, “ya siendo el dólar una reserva de valor (destino importante de nuestros ahorros) la pregunta es cuán nocivo sería que se utilizara como medio de pago (con tarjeta de débito o cuenta bancaria en USD) y unidad de cuenta (precios en dólares). A simple vista, podría parecer innocuo, en tanto que simplificaría las transacciones y evitaría realizar cambios de moneda para hacer esos pagos. Ahora bien, permitir que esa unidad de cuenta sea el dólar, y si resulta ser una práctica masiva incluso para bienes y servicios “no transables”, incentivaría que la sociedad se acostumbre a medir todo en dólares, impidiendo ajustes de precios relativos cuando se necesitara”, advierte la Consultora LCG.