En solo cuatro capítulos, la producción británica propone un relato policial intenso, con giros morales y emocionales que ponen en duda la verdad detrás de un crimen.
La miniserie británica que cautivó a los suscriptores de Netflix.
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Con un ritmo narrativo ágil, la historia se sostiene en un tono oscuro, una ambientación urbana y un dilema moral que atraviesa al protagonista. En cuatro episodios logra construir un relato policial compacto e impactante, ideal para quienes buscan una propuesta distinta dentro del género.
La trama sigue a un joven acusado de homicidio que enfrenta un juicio con pruebas en su contra. Todo indica que será condenado, pero en su alegato final toma una decisión inesperada: contar su propia versión de los hechos, una historia de amor que podría cambiar el rumbo del caso.
Desde ese momento, la serie invita al espectador a dudar de todo lo que ve. La verdad y la mentira se entrelazan en un relato que cuestiona la percepción del protagonista y de su entorno.
Flashbacks y testimonios reconstruyen su relación con una mujer misteriosa, los conflictos que lo rodean y las decisiones que lo condujeron hasta el tribunal.
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El resultado es un thriller psicológico cargado de tensión, donde el amor, la lealtad y la moral chocan en una misma línea de fuego.
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