Julia Roberts, tras 23 años de su victoria en los Oscar con "Erin Brockovich", y 33 años desde "Mujer Bonita", se une a Mahershala Ali en "Dejar el mundo atrás", un drama apocalíptico dirigido por Sam Esmail.
Esta adaptación de la novela de 2021 de Rumaan Alam, llega a los más de 220 millones de suscriptores de Netflix, presentando a Roberts como Amanda Sandford, una publicista desconfiada, cuyas vacaciones familiares en una casa de playa se convierten en una pesadilla.
"Dejar el mundo atrás" es más que un thriller apocalíptico; evita la narrativa convencional de epidemias o desastres físicos, enfocándose en las repercusiones de un caos tecnológico.
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El impacto del caos tecnológico y tensiones sociales
La película inicia con eventos extraordinarios, como un buque encallado cerca de la familia Sandford, y un apagón que les priva de internet y tecnología, dejándolos desorientados. La llegada de G.H. Scott (Ali) y su hija, tras un incidente, agrega complejidad a la trama.
La película, más allá del suspenso, aborda temas sociales y políticos. Los personajes experimentan diferentes reacciones ante situaciones extremas, desde el enfrentamiento directo hasta la ayuda desinteresada.
La interacción entre los personajes, especialmente entre Amanda (Roberts) y G.H. (Ali), refleja las complejidades de las relaciones humanas en medio de una crisis. El personaje de Danny (Kevin Bacon), con su defensa armada y prejuicios, añade una dimensión política a la historia.
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Una visión estimulante del fin del mundo
"Dejar el mundo atrás" trasciende el género apocalíptico para cuestionar la sociedad contemporánea, desde el individualismo hasta la excesiva dependencia de la tecnología. A pesar de ciertas inconsistencias en la trama, la película ofrece una perspectiva válida sobre cómo la sociedad podría reaccionar ante escenarios que, hoy, parecen limitados a la ficción.
Reconocida como uno de los mejores thrillers de Netflix en 2023, la película se asemeja al estilo de M. Night Shyamalan, pero con una visión única de Sam Esmail. Esmail, quien también es guionista, dosifica la trama para incrementar gradualmente la tensión y la sensación de amenaza, a la vez que profundiza en la relación entre los personajes, en especial entre Ali y Roberts. Esta dinámica contribuye a una narrativa que mezcla suspenso con una reflexión sobre la dependencia de la sociedad en la tecnología