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Yelena Isinbáyeva, la indiscutida reina de las alturas que hizo historia en los Juegos Olímpicos

Considerada como la mejor garrochista de todos los tiempos, la atleta rusa ganó dos oros olímpicos (Atenas 2004 y Beijing 2008), siete títulos Mundiales (tres al aire libre y cuatro indoor), fue la primera mujer en superar la barrera de los 5 metros y estableció 28 plusmarcas universales, entre ellas, la de 5,06 metros, imbatida desde 2009.

El salto con garrocha es una de las pruebas atléticas más difíciles que, amén de una condición física y fortaleza particulares, requiere técnicas de ejecución muy específicas. A lo largo de la historia, numerosos atletas se destacaron en esta disciplina pero, realmente muy pocas, fueron las figuras que dominaron la misma hasta convertirse en leyendas.

Una de ellas es Yelena Isinbáyeva, bicampeona olímpica –y en forma consecutiva, tras los oros conquistados en Atenas 2004 y Beijing 2008–, que estableció casi una treintena de récords universales, obtuvo múltiples títulos mundiales tanto indoor como al aire libre, y que en 2005 fue la primera mujer en superar la que parecía, por entonces, inalcanzable barrera de los 5 metros.

Técnicamente exquisita, potente y explosiva en la carrera, gran fortaleza de brazos, y con extraordinarias habilidades para el salto, se la considera –con absoluta justicia– como la mejor garrochista de todos los tiempos y que, con su naturalidad y encanto, conquistó al público de todo el mundo, que la conocen también por sus manos negras por la resina que le aplicaba al extremo desde donde tomaba su garrocha, y la plegaria que repetía antes de comenzar su carrera hacia el cajón: "Más alto, más alto".

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Técnicamente exquisita, potente y explosiva en la carrera, gran fortaleza de brazos, y con extraordinarias habilidades para el salto, a Isinbáyeva se la considera –con absoluta justicia– como la mejor garrochista de todos los tiempos y que, con su naturalidad y encanto, conquistó al público de todo el mundo.

Técnicamente exquisita, potente y explosiva en la carrera, gran fortaleza de brazos, y con extraordinarias habilidades para el salto, a Isinbáyeva se la considera –con absoluta justicia– como la mejor garrochista de todos los tiempos y que, con su naturalidad y encanto, conquistó al público de todo el mundo.

Retirada desde 2016, la rusa fue la reina indiscutida de las alturas durante casi una década y, tal fue impronta e inmenso legado que, por caso, su récord mundial al aire libre de 5,06 metros, establecido en Zurich en 2009, continúa plenamente vigente.

Nacida para saltar

Yelena Gadzhíyevna Isinbáyeva nació el 3 de junio de 1982 en Volgogrado –que entre 1925 y 1961 se llamó Stalingrado–, al sur de la parte europea de Rusia. Su padre, Gadzhi Gadzhiyevich Isinbayev, era plomero y, su madre, Natalya Petrovna, cajera en un supermercado. Yelena creció junto a su hermana menor, Inessa (a la que todos llaman Inna), cursó sus estudios primarios y secundarios en un colegio del estado y, desde los 5 a los 15 años, practicó gimnasia en la Escuela Deportiva número 10 de su ciudad natal.

Pero cuando alcanzó 1,74 metro de estatura, su instructor de esta disciplina, Alexandr Lisovói, consideró que era muy alta para la práctica de la misma y se la presentó a su amigo y entrenador de salto con garrocha, Evgeny Trofimov.

Sin dudas, fue un momento clave de su vida –y de su futura carrera– ya que, de la mano de este, la adolescente Yelena entabló una “amistad” indisoluble y perenne con la garrocha, aprovechó lo aprendido en diez años de rutinas gimnásticas para dominar cada vez mejor su cuerpo en el aire y, literalmente, empezó a volar.

Seis meses después de este encuentro, ganó su primer título en los Juegos Mundiales de la Juventud de Moscú 1998 con una marca de 4 metros y, a partir de ahí, con solo 16 años, comenzó a escribir las páginas con las que quedaría en la Historia.

La dueña del salto con garrocha

Yelena ganó su segundo oro en 1999, en el Mundial Juvenil de Atletismo de Bydgoszcz, Polonia, al saltar 4,10 metros y, al año siguiente, en el mismo certamen, esta vez disputado en Santiago de Chile, se coronó nuevamente al superar los 4,20 metros. En ese mismo 2000, el salto con garrocha femenino hizo su estreno como prueba olímpica en los Juegos de Sidney, Australia –cuyo oro ganó la estadounidense Stacey Dragila, con 4,65 metros–, donde Yelena no superó la ronda clasificatoria (la altura exigida para avanzar de ronda era de 4,35 metros) y quedó fuera de la final.

El 14 de julio de 2003 –solo 41 días después de cumplir 21 años, Isinbáyeva estableció su primer récord mundial en una reunión en Gateshead, Inglaterra, con una marca de 4,82 metros y, cinco días más tarde, ganó el oro en el Europeo Sub 23 de Bydgoszcz, con un salto de 4,65 metros.

El 15 de febrero de 2004, Isinbáyeva estableció un nuevo récord mundial indoor en Donetsk, Ucrania, con 4,83 metros y, en los meses siguientes, entabló un duro duelo con su compatriota Svetlana Feofánova, (quien se había quedado con el oro en el Mundial de Saint-Denis, Francia, del año anterior), quebrándose mutuamente las marcas, ya que Feofánova saltó 4,85 metros una semana después en el Meeting de Atenas.

La lucha entre ambas garrochistas rusas continuó en marzo, cuando Yelena marcó otro récord en el Mundial Indoor de Budapest, con 4,86 metros. El 27 de junio, Isinbáyeva saltó 4,87 metros en Gateshead y, una semana más tarde, Feofánova marcó 4,88 metros en Heraklion, Grecia.

Yelena fue por más: el 25 de julio, en el Meeting de Birmingham, Inglaterra, estableció un nuevo récord saltando 4,89 metros y, cinco días después, en el Grand Prix Británico de Londres, llegó a los 4,90 metros.

Su primer oro olímpico

En los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Isinbáyeva ganó la medalla de oro, y con un nuevo récord mundial de 4,91 metros, escoltada por Svetlana Feofánova, con 4,75 metros, y la polaca Anna Rogowska, con 4,70.

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En los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Isinbáyeva (de 22 años) ganó la medalla de oro, y con un nuevo récord mundial de 4,91 metros, escoltada por su compatriota Svetlana Feofánova, con 4,75 metros, y la polaca Anna Rogowska, con 4,70.

En los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Isinbáyeva (de 22 años) ganó la medalla de oro, y con un nuevo récord mundial de 4,91 metros, escoltada por su compatriota Svetlana Feofánova, con 4,75 metros, y la polaca Anna Rogowska, con 4,70.

Ese mismo año, batió su propia plusmarca en el Memorial Van Damme de Bruselas, con un salto de 4,92 metros, ¡su octavo récord mundial de la temporada! Por eso, Isinbáyeva fue nombrada Atleta Mundial del Año por la IAAF (Federación Internacional de Atletismo Amateur, o Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, actual World Athletics) tras ganar los oros Olímpico y Mundial indoor, y quebrar la plusmarca universal en ocho oportunidades.

La primera en saltar 5 metros

El 6 de marzo de 2005 y, en el campeonato Europeo indoor de Madrid, España, la rusa ganó el oro con un nuevo récord mundial de dicha modalidad: 4,91 metros. En julio siguiente, Isinbáyeva pulverizó esta plusmarca cuatro veces en tres certámenes distintos: en Lausana, Suiza, superó su propia marca con 4,93 metros y, el 16 de julio, llegó a los 4,95 en el Meeting de Madrid.

Pero faltaba lo mejor: el 22 de julio, en Londres, superó los 4,96 metros y, el mismo día, hizo historia al convertirse en la primera mujer en saltar la barrera que parecía inalcanzable: en su primer intento, Yelena Isinbáyeva superó los 5 metros.

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El 22 de julio de 2005 y, en Londres, primero superó los 4,96 metros y, poco después, hizo historia al convertirse en la primera mujer en saltar la barrera que parecía inalcanzable: en su primer intento, Yelena Isinbáyeva superó los 5 metros.

El 22 de julio de 2005 y, en Londres, primero superó los 4,96 metros y, poco después, hizo historia al convertirse en la primera mujer en saltar la barrera que parecía inalcanzable: en su primer intento, Yelena Isinbáyeva superó los 5 metros.

El 13 de agosto siguiente y, en el Mundial de Helsinki, Finlandia, volvió a romper su propio récord mundial, saltando 5,01 metros en su segundo intento y ganando el oro con una diferencia de 41 centímetros con su escolta, la polaca Monika Pyrek (plata, con 4,60 metros), el mayor margen jamás obtenido en cualquier Mundial o Juego Olímpico en el salto con garrocha.

Este fue el 18° récord mundial de Isinbáyeva, que por entonces tenía 23 años. En la capital finlandesa embolsó 160.000 dólares (60.000 por el oro, y 100.000 por la prima del récord) y superó el millón de dólares en premios, ya que había ganado 850.000 de la misma moneda por los anteriores 17 récords quebrados. De yapa y, por segunda temporada consecutiva, fue galardonada como la Atleta Mundial del Año.

Su visita a Santa Fe

En 2006 Isinbáyeva arrasó en toda prueba de la que tomó parte, logrando los oros en el Mundial indoor de Moscú y el Europeo de Gotemburgo, Suecia, en ambos casos saltando 4,80metros; la Final Mundial de la IAAF en Stuttgart, Alemania (4,75), y la Copa Mundial de Atenas (4,60).

Y, entre el martes 24 y el miércoles 25 de octubre de 2006, nuestra ciudad recibió una visita de lujo ya que, Yelena fue la invitada especial del Festival indoor que se realizó en el estadio cubierto Ángel Malvicino del Club atlético Unión. Entre otros, del mismo también participaron Germán Chiaraviglio y la capitalina Alejandra García, finalista en Atenas 2004, ya que ambos eran asesorados por el ucraniano-búlgaro Vitaly Petrov quien, por entonces, se había convertido en el entrenador de Isinbáyeva y compartían jornadas de preparación en Formia, Italia.

Chiaraviglio, que por entonces tenía 19 años y era el flamante campeón mundial Junior (el 15 de agosto del mismo año, había ganado el oro al saltar 5,71 metros en Beijing, China), se impuso con 5,52 metros –nuevo récord sudamericano indoor– ante unos 2000 espectadores que festejaron su victoria como la visita de Isinbáyeva quien, aunque no participó, fue la máxima atracción del Festival.

Más títulos, y otro oro olímpico

El 10 de febrero de 2007 –temporada en la que tomaría parte en 18 certámenes, ganándolos a todos–, Isinbáyeva logró su 20° récord mundial al batir la plusmarca indoor en Donetsk, Ucrania, al saltar 4,95 metros. El 28 de agosto se coronó nuevamente campeona en el Mundial de Osaka, Japón, con 4,80 metros.

En 2007 también se alzó con el premio mayor de la Golden League de la IAAF, que era de un millón de dólares (y que compartió con la velocista estadounidense Sanya Richards) después de haber ganado los seis encuentros de este certamen.

Durante la temporada indoor 2008, Isinbáyeva estableció su 21° récord mundial en la especialidad cuando, el 16 de febrero, saltó 4,95 metros en Donetsk y, el 9 de marzo siguiente, se consagró tricampeona bajo techo, por tercera vez consecutiva, en el Mundial indoor de Valencia, España,

El 11 de julio y, en la Golden Gala de Roma, la rusa batió su propio récord mundial al aire libre al superar los 5,03 metros, marca que batió 18 días después en el Súper Grand Prix de Montecarlo, con 5,04 metros, en el que fue su 23ª plusmarca universal.

Y llegaron los Juegos de Beijing, China, donde Yelena volvió a brillar más que nadie. El 18 de agosto y, en su segundo intento, ratificó su reinado olímpico con su 24° récord mundial: saltó 5,05 metros y, el oro, fue suyo. Como no podía ser de otra manera, el 23 de noviembre siguiente fue elegida por tercera vez como la Atleta Mundial del Año, distinción que compartió con otro fenómeno de todos los tiempos: el velocista jamaiquino Usain Bolt.

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El 18 de agosto de 2008 y, en su segundo intento, Yelena Isinbáyeva ratificó su reinado olímpico con su 24° récord mundial: saltó 5,05 metros en la final de los Juegos de Beijing y, el oro, fue suyo.

El 18 de agosto de 2008 y, en su segundo intento, Yelena Isinbáyeva ratificó su reinado olímpico con su 24° récord mundial: saltó 5,05 metros en la final de los Juegos de Beijing y, el oro, fue suyo.

El récord que continúa imbatido

El 15 de febrero de 2009, Isinbáyeva se convirtió en la primera mujer en saltar más de 5 metros bajo techo. Ese día y, en el Meeting Pole Vault Stars de Donetsk, primero registró 4,97 metros y, a continuación, superó los 5. Así, por sexto año consecutivo estableció un récord mundial indoor.

El 17 de agosto y, en el Mundial de Berlín, Alemania, la rusa sufrió una gran decepción ya que, una indiscutida número 1 como ella, ¡no registró ningún salto válido y se quedó fuera de la final!, donde la polaca Anna Rogowska se llevaría el oro con 4,75 metros. La bicampeona mundial y olímpica, por entonces de 27 años, falló en su primer intento, en 4,75 metros y, luego, tampoco tuvo éxito en los dos saltos con la varilla a 4,80 metros. Terminó arrodillada, llorando desconsoladamente.

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El 17 de agosto de 2009 y, en el Mundial de Berlín, Alemania, la rusa sufrió una gran decepción ya que, una indiscutida número 1 como ella, ¡no registró ningún salto válido y se quedó fuera de la final! Isinbáyeva falló en su primer intento, en 4,75 metros y, luego, tampoco tuvo éxito en los dos saltos con la varilla a 4,80 metros. Terminó arrodillada, llorando desconsoladamente.

El 17 de agosto de 2009 y, en el Mundial de Berlín, Alemania, la rusa sufrió una gran decepción ya que, una indiscutida número 1 como ella, ¡no registró ningún salto válido y se quedó fuera de la final! Isinbáyeva falló en su primer intento, en 4,75 metros y, luego, tampoco tuvo éxito en los dos saltos con la varilla a 4,80 metros. Terminó arrodillada, llorando desconsoladamente.

Pero tuvo una rápida revancha: el 28 de agosto siguiente y, en el WeltKlasse Zurich, de Suiza –un meeting anual al que se accede por invitación– Yelena marcó un nuevo récord mundial al superar los 5,06 metros (por lo que recibió un cheque de 50.000 euros) y, de paso, relegó a Rogowska, quien debió conformarse con la medalla de plata.

La rusa empezó en 4,71 metros y, junto con ella, solo la brasileña Fabiana de Almeida Murer y Rogowska superaron esa altura. En los 4,76 solo la acompañó la polaca y, a los 4,81 metros, Isinbáyeva los saltó sola. Entonces, pidió que la varilla se elevara 25 centímetros en busca de establecer el récord mundial en 5,06 metros, ¡lo que logró en su primer intento! A la fecha, este registro continúa vigente.

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El 28 de agosto de 2009 y, en el WeltKlasse Zurich, de Suiza –un meeting anual al que se accede por invitación– Yelena marcó un nuevo récord mundial al superar los 5,06 metros en su primer intento (y por lo que recibió un cheque de 50.000 euros). A la fecha, este registro continúa vigente.

El 28 de agosto de 2009 y, en el WeltKlasse Zurich, de Suiza –un meeting anual al que se accede por invitación– Yelena marcó un nuevo récord mundial al superar los 5,06 metros en su primer intento (y por lo que recibió un cheque de 50.000 euros). A la fecha, este registro continúa vigente.

El 4 de septiembre y, en el Memorial Van Damme de Bruselas, completó las seis victorias del año de la Golden League y, junto con el fondista etíope Kenenisa Bekele y Sanya Richards se repartieron el premio de un millón de dólares.

En marzo de 2010 y, tras un discreto cuarto puesto en el Mundial indoor de Doha, Qatar (donde registró 4,60 metros, lejos de los 4,80 que superó la brasileña Murer, ganadora de la prueba), decidió hacer “una pausa" en su carrera deportiva, "de duración indeterminada", y dijo: "Un descanso de las competencias es absolutamente necesario para mí. Después de más de ocho años de entrenamiento muy duro y compitiendo al más alto nivel, tanto outdoor como indoor, y necesito que mi cuerpo se recupere adecuadamente".

En abril de 2011, Isinbáyeva regresó a Volgogrado y se puso nuevamente a las órdenes de su descubridor y entrenador hasta 2005, Evgeny Trofimov. En estos años, Yelena se había radicado en Mónaco y se entrenaba en Formia, Italia, bajo la conducción de Vitaly Petrov, quien entrenó al legendario ucraniano Sergei Bubka, poseedor de 35 récords mundiales y una de las máximas leyendas del salto con garrocha de todos los tiempos.

Luego de varios desencuentros, Yelena declaró: "Me reuní con mi primer entrenador y le dije que quería volver con él. Lo hablamos largo y tendido y decidimos trabajar de nuevo juntos. Trofimov es muy orgulloso. Pensé que no me aceptaría. Por eso, estoy muy contenta. Ya hemos trazado los planes de futuro", reveló.

Su vuelta, y la maternidad

El 6 de febrero de 2011, el Russian Winter Meeting indoor de Moscú fue el escenario de su reaparición. Lo hizo en gran forma al saltar 4,81 metros y ganar la prueba, derrotando ampliamente a Feofánova, quien solo logró saltar 4,56 metros.

El 29 de julio de 2011, se impuso en la Diamond League de Estocolmo con un salto de 4,76 metros pero, el 30 de agosto siguiente, en el Mundial de Daegu, Corea del Sur (donde la campeona fue la brasileña Murer, con 4,85 metros), volvió a quedar fuera del podio, finalizando sexta, con un salto de 4,65 metros.

El 11 de marzo de 2012, se coronó en el Mundial indoor de Estambul, Turquía, con 4,80 metros y, el gran objetivo de ese año, era lograr su tercera medalla de oro olímpica consecutiva en los Juegos de Londres. Pero el 6 de agosto, cuando se disputó la final de salto con garrocha en la capital británica, debió conformarse con la de bronce, con un registro de 4,70 metros, siendo superada por la estadounidense Jennifer Suhr y la cubana Yarisley Silva, ambas con 4,75 metros, aunque la norteamericana se llevó el oro por contar con un nulo menos que la caribeña.

El 13 de agosto de 2013 y, en el Mundial de Moscú, conquistó el último oro de su extraordinaria carrera, al saltar 4,89 metros, escoltada por Suhr y Silva, con 4,82 metros cada una. Tras este nuevo logro, Yelena anunció otro impasse en su trayectoria. “El próximo año voy a alejarme de la competición. Descansaré: mi deseo es ser madre. Creo que es lo más grande y mejor que le puede pasar a una mujer. Ser madre es 100 veces mejor que una medalla de oro: eso dicen todas las medallistas que ya lo fueron”, reveló.

Y, de cara al futuro de su carrera, agregó: “Mi intención es volver a competir en los Juegos Olímpicos, estar en Brasil en 2016. La verdad es que pienso intentarlo. Pero no sé qué pasará. Puedo sentirme lista, o también podría ser que prefiriera quedarme en casa con mi bebé. Veremos lo que pasa”.

El 28 de junio de 2014, Yelena fue madre por primera vez a los 32 años. Su hija Eva nació en Mónaco y es fruto de su relación con el lanzador de jabalina ruso Nikita Petinov –por entonces de 24–, con quien se casó el 12 de diciembre del mismo año en Volgogrado.

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El 28 de junio de 2014, Yelena fue madre por primera vez a los 32 años. Su hija Eva nació en Mónaco y es fruto de su relación con el lanzador de jabalina ruso Nikita Petinov –por entonces de 24–, con quien se casó el 12 de diciembre del mismo año en Volgogrado. Disfrutando de su retiro, el 13 de febrero de 2018 dio a luz a su segundo hijo, un niño, que también nació en Mónaco.

El 28 de junio de 2014, Yelena fue madre por primera vez a los 32 años. Su hija Eva nació en Mónaco y es fruto de su relación con el lanzador de jabalina ruso Nikita Petinov –por entonces de 24–, con quien se casó el 12 de diciembre del mismo año en Volgogrado. Disfrutando de su retiro, el 13 de febrero de 2018 dio a luz a su segundo hijo, un niño, que también nació en Mónaco.

Según su entrenador, Evgeny Trofimov, el objetivo a largo plazo era participar en el Mundial indoor de 2016, que se celebrarían en marzo de ese año en Portland, Estados Unidos, certamen previo a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, donde Isinbáyeva esperaba obtener su tercera medalla de oro.

Pero…Fuera de Río de Janeiro, y el retiro

En diciembre de 2014 la cadena televisiva alemana ARD emitió un documental sobre el uso de sustancias estimulantes por parte de atletas rusos, que fue una investigación realizada por el periodista germano Hans-Joachim Seppelt.

Por ello, la Agencia Mundial Antidoping (AMA) inició su propia investigación en Rusia, cuyos resultados presentó en noviembre de 2015. Del informe se desprendía el uso extendido del doping por parte de atletas de ese país, alentado y promovido tanto por sus entrenadores como por funcionarios deportivos. Incluso, la investigación acusaba también al Centro de Antidoping de Moscú (CAM) de la Agencia Antidoping de Rusia (AAR) de ocultar las pruebas positivas de atletas rusos por consumo de sustancias estimulantes.

El 10 de noviembre de ese año, la AMA suspendió la acreditación de la CAM y, al día siguiente, su director, Grigori Ródchenkov, sospechado de extorsionar a los atletas para recibir sobornos, renunció a su cargo y se fugó a los Estados Unidos. Meses más tarde y, en entrevistas periodísticas, acusó a los más altos cargos del gobierno ruso de instigar el uso del doping para “ganar los Juegos Olímpicos” (sic).

Cuatro días más tarde y, en base a las recomendaciones de la AMA, la IAFF decidió suspender la participación de atletas rusos en competiciones internacionales. El escándalo no paraba de crecer –además, se sumó la denuncia de la corredora de 800 metros llanos Yuliya Stepanova, quien brindó detalles sobre cómo era el plan de doping en su país– y, al año siguiente, tendrían lugar los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro...

El 16 de noviembre, varios atletas rusos publicaron una carta abierta criticando esta medida y, entre los firmantes, estaban Yelena Isinbáyeva y el por entonces campeón mundial de 110 metros con vallas, Serguei Shubenkov.

"Instamos a no castigar a aquellos que son completamente inocentes y nunca tuvieron problemas con un control antidoping. No nos podemos imaginar una vida sin el atletismo, porque competir con los mejores atletas es lo que hace que nuestras vidas deportivas valgan la pena. Soñamos con competir en los Juegos Olímpicos de Río. Les pedimos que no nos priven de ese sueño", indicaba la misiva.

A título individual, Yelena criticó la “injusta” decisión de la IAAF de suspender “indefinidamente” a la Federación de Atletismo de Rusia. “La situación es extremadamente anormal. ¿Por qué deberían pagar atletas limpios como yo los errores de otros deportistas? Esto debería ser examinado caso por caso", reclamó.

El 21 de junio de 2016, el Comité Olímpico Internacional (COI) apoyó la decisión de la IAAF. El titular del COI, el alemán Thomas Bach, destacó que el organismo “no toma decisiones”, sino que puede “realizar recomendaciones” a la IAAF, que mantuvo su inflexible postura.

Por eso, la Federación de Atletismo de Rusia, el Comité Olímpico Ruso y 68 atletas recurrieron al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), sito en Lausana, Suiza que, el 21 de julio siguiente –15 días antes del inicio de los Juegos de Río de Janeiro–, respaldó la decisión de vetarlos a causa del programa de doping patrocinado por el estado ruso y, por ello, en Brasil no hubo una delegación oficial rusa en las pruebas de pista y de campo.

Esta resolución del TAS fue devastadora para Isinbáyeva, quien participaría por última vez de un Juego Olímpico. El 21 de junio del mismo año (18 días después de haber cumplido 34 años), había saltado 4,90 metros en el Nacional ruso disputado en Cheboksary, en la que fue su última competencia (y victoria) oficial.

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El 21 de junio de 2016 (18 días después de haber cumplido 34 años), Isinbáyeva saltó 4,90 metros en el Nacional ruso disputado en Cheboksary, en la que fue su última competencia (y victoria) oficial.

El 21 de junio de 2016 (18 días después de haber cumplido 34 años), Isinbáyeva saltó 4,90 metros en el Nacional ruso disputado en Cheboksary, en la que fue su última competencia (y victoria) oficial.

“Hoy, 19 de agosto de 2016 en Río de Janeiro, Yelena Isinbáyeva concluye su carrera”, dijo en una rueda de prensa durante los Juegos Olímpicos, donde no pudo competir por la sanción de la IAAF al atletismo ruso y, justo ese viernes, fue la final de salto con garrocha femenino. “Estoy feliz de haber hecho realidad mis sueños. Estoy feliz de cumplir mis sueños. Gané todas las medallas y títulos posibles y me gané la confianza de los aficionados de todo el mundo”, completó.

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“Hoy, 19 de agosto de 2016 en Río de Janeiro, Yelena Isinbáyeva concluye su carrera”, dijo en una rueda de prensa durante los Juegos Olímpicos, donde no pudo competir por la sanción de la IAAF al atletismo ruso y, justo ese viernes, fue la final de salto con garrocha femenino.

“Hoy, 19 de agosto de 2016 en Río de Janeiro, Yelena Isinbáyeva concluye su carrera”, dijo en una rueda de prensa durante los Juegos Olímpicos, donde no pudo competir por la sanción de la IAAF al atletismo ruso y, justo ese viernes, fue la final de salto con garrocha femenino.

Su carrera había terminado y, su leyenda, había nacido. Dejó una huella tan grande que, basta decir que lo que era una disciplina totalmente desconocida para muchísima gente, con su aparición se convirtió en una de las más populares del atletismo femenino.

Desde 2016 integra la Comisión de Atletas del COI, con mandato hasta el año próximo y, disfrutando de su retiro, el 13 de febrero de 2018 dio a luz a su segundo hijo, un niño, que también nació en Mónaco.

Con una autoestima infinita, y un orgullo a prueba de balas, Isinbáyeva nunca dudó de lo podía hacer. Y lo hizo. "Mi único rival es el listón", fue una de las frases que solía repetir en la época en que dominó a voluntad la especialidad con la que entró en la Historia.

Cuando dijo adiós tras su exclusión en los Juegos de 2016, tiró: “La que gane el oro en Río en mi ausencia (fue la griega Katerina Stefanidi, con 4,85 metros), será como si quedara segunda”, tiró sin anestesia.

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El 26 de noviembre de 2020, al día siguiente de la muerte de Diego Armando Maradona, la rusa publicó un sentido mensaje en sus redes. “Descansá en paz mi querido amigo, el gran Diego! Muy orgullosa de haberte conocido y haber sido tu amiga! Mis sinceras condolencias a su familia y amigos”.

El 26 de noviembre de 2020, al día siguiente de la muerte de Diego Armando Maradona, la rusa publicó un sentido mensaje en sus redes. “Descansá en paz mi querido amigo, el gran Diego! Muy orgullosa de haberte conocido y haber sido tu amiga! Mis sinceras condolencias a su familia y amigos”.

Y, en 2021, ratificó que quería despedirse compitiendo en el máximo nivel: "Mi intención era saltar 5,11 (metros) en Río, lo había hecho en un entrenamiento y estaba convencida de que (al récord mundial) no me lo igualarían en 100 años".

¿Arrogante? ¿Presuntuosa? Puede ser.

¿Fenomenal, única e irrepetible? También.