Tania Zeng nació en Zhengzhou, China, en 1966. Su infancia estuvo inmersa en el tenis de mesa, gracias a la influencia de sus padres: su padre era ingeniero industrial y su madre, entrenadora de la selección provincial de tenis de mesa. Desde los 9 años, Tania comenzó a entrenar en el deporte que la acompañaría toda su vida. A los 12 ya competía a nivel profesional, pero a los 22 decidió retirarse temporalmente para enfocarse en sus estudios.
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De China a Chile: una nueva vida
La vida de Tania dio un giro inesperado cuando recibió una invitación de un entrenador chino en Chile. A pesar de las dificultades del idioma y la distancia, decidió embarcarse en esta nueva aventura y llegó a Arica en 1989. El choque cultural fue notable. Sin embargo, Tania encontró un lugar en un club local de tenis de mesa, donde comenzó a enseñar a niños a través de señas y sonrisas.
Después de una década en Arica, Tania se mudó a Iquique, donde se dedicó al comercio. En esta nueva etapa, el tenis de mesa quedó en un segundo plano. Su vida cambió radicalmente con la pandemia de COVID-19, cuando las restricciones y el cierre de negocios la llevaron a desempolvar una mesa de tenis en su casa.
El redescubrimiento de su pasión por el tenis de mesa fue revelador. Empezó a entrenar intensamente y, en 2020, se unió al Club de Iquique. Su desempeño fue sobresaliente, logrando el primer lugar en la liga nacional. Esta victoria la motivó a entrenar en alto rendimiento y a participar en competencias sudamericanas y panamericanas. En 2023, tomó la decisión de dedicarse por completo al tenis de mesa, abandonando su trabajo para concentrarse en su sueño olímpico.
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Tania Zeng marcó un hito al presentarse en los Juegos Olímpicos de París a los 58 años.
Los Juegos Olímpicos: un sueño cumplido
La historia de Tania no solo es inspiradora por su regreso al tenis de mesa, sino también por su determinación de competir a los 58 años en los Juegos Olímpicos. En una entrevista con BBC Mundo, Tania comparte su mentalidad: “En mi interior, yo siempre digo: ‘no, no pienses en tu edad’. Si he llegado hasta aquí, tengo que luchar como todos los demás”. Su enfoque es claro: disfrutar de la experiencia y luchar en cada ronda del torneo.
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El camino hacia los Juegos Olímpicos fue una mezcla de esfuerzo, nostalgia y orgullo. Tania recuerda a sus padres, especialmente a su madre, quien falleció en 1997, y siente que ella la acompaña en cada partido. A pesar de los retos físicos y la diferencia de edad con sus competidores, Tania sigue entrenando con intensidad, demostrando que el espíritu y la pasión pueden desafiar los límites del tiempo.
El orgullo de Chile
Tania Zeng se siente completamente chilena. Tras más de 35 años en el país, su familia y su vida están profundamente arraigadas en la cultura chilena. Su amor por el país se refleja en su entusiasmo por representar a Chile en los Juegos Olímpicos. “Me siento 100% chilena. He vivido en ese país más años de los que viví en China”, afirma con orgullo.
A pesar de que Tania marcó un hito olímpico con su clasificación a los Juegos Olímpicos, quedó fuera de París 2024 tras ser derrotada por la libanesa Mariana Sakahian por 4-1 en la llave previa del certamen.