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Perfil de Ayrton Senna, el rey de la velocidad, a 26 años de su muerte

Hoy se cumplen 26 años de la muerte del tricampeón de la Fórmula 1, que se produjo tras sufrir un trágico accidente en el circuito Enzo y Dino Ferrari de Imola, Italia, mientras lideraba el GP de San Marino.

El domingo 1 de mayo de 1994, Ayrton Senna da Silva buscaría su primera victoria del año en el GP de San Marino de la Fórmula 1, la 3ª fecha del calendario. Había abandonado en el GP de Brasil, en Interlagos, el 27 de marzo, y el GP del Pacífico, en Aida, Japón, el 17 de abril. Aunque éste fue su peor comienzo de temporada en la categoría, al no completar o sumar puntos en las dos primeras carreras, en ambas había marcado la pole, al igual que el día anterior en el circuito Enzo y Dino Ferrari de Imola, donde se alzó con la 65ª mejor posición de largada de su brillante trayectoria.

Senna no estaba conforme con su Williams FW16-Renault. Los cambios reglamentarios dispuestos por la Federación Internacional del Automóvil (FIA) para la temporada 1994, habían prohibido las suspensiones activas, el control de tracción y los frenos ABS. Por ello, su monoplaza era indócil y difícil de conducir, todo lo contrario de los exitosos modelos de 1992 y 1993, con los que la escudería británica se había llevado los títulos de Pilotos (con Nigel Mansell y Alain Prost, respectivamente), y de Constructores.

Para colmo, el Benetton B194-Ford, conducido por el alemán Michael Schumacher –quien lideraba el certamen tras imponerse en las dos fechas iniciales-, asomaba como el auto a vencer durante esta temporada.

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Incluso, su ánimo no era el mejor. El viernes 29 de abril, en la primera sesión de entrenamientos, su amigo y coterráneo, Rubens Barrichello (Jordan 194-Hart) se despistó a casi 225 km/h en la variante Bassa –previa al ingreso a la recta principal–, y perdió el conocimiento. Cuando Rubinho volvió en sí en el centro médico del autódromo, Senna estaba a su lado y, con los ojos llenos de lágrimas, le dijo: “Quedate tranquilo, todo va a estar bien…” Barrichello se fracturó la nariz y un brazo, y no participaría de la carrera.

Al día siguiente, durante la clasificación, al austríaco Roland Ratzenberger se le desprendió el alerón delantero de su Simtek S941-Ford y, sin poder controlar el mismo al perder carga aerodinámica, impactó casi de frente contra un muro en la variante Villeneuve, a unos 315 km/h. Ratzenberger se fracturó la base del cráneo, y falleció casi en el acto.

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El domingo 17 de julio de 1994, dos meses y medio después de la muerte de Ayrton, la Selección de Brasil ganó el Mundial de Estados Unidos al vencer por penales a Italia, en el estadio Rose Bowl de Los Angeles. Fue la cuarta corona para el Scratch y, en los festejos,  los jugadores desplegaron una bandera que decía: “Senna aceleramos juntos… O Tetra é nosso!

El domingo 17 de julio de 1994, dos meses y medio después de la muerte de Ayrton, la Selección de Brasil ganó el Mundial de Estados Unidos al vencer por penales a Italia, en el estadio Rose Bowl de Los Angeles. Fue la cuarta corona para el Scratch y, en los festejos, los jugadores desplegaron una bandera que decía: “Senna aceleramos juntos… O Tetra é nosso!"

Era la primera muerte en un GP desde que el italiano Riccardo Paletti (Osella FA1C-Ford) perdiera la vida en Montreal, Canadá, el 13 de junio de 1982. El último piloto de Fórmula 1 que había fallecido (aunque no en carrera) era otro italiano, Elio de Angelis, el 15 de mayo de 1986, mientras probaba un Brabham BT55-BMW en Paul Ricard, Francia.

Senna fue el único que se dirigió hasta el lugar del accidente a interesarse por la suerte de su colega. Su semblante era sombrío y, al enterarse de la mala nueva, volvió a romper en llanto. El domingo, luego de la reunión de pilotos, el paulista charló varios minutos sobre la seguridad de los autos y los circuitos con el austríaco Gerhard Berger, el italiano Michele Alboreto, y Michael Schumacher, y acordaron continuar las conversaciones en Montecarlo, que sería la siguiente competencia luego de la de Imola.

La carrera se largó a las 14 –hora italiana– y, con su Williams N° 2, Senna picó en punta, seguido por Schumacher pero, un accidente en la filas posteriores de la grilla, entre el finlandés JJ Lehto –coequiper del alemán en Benetton–, que se había quedado detenido en la 5ª posición de partida, y que fue embestido por detrás por el portugués Pedro Lamy (Lotus 107C-Mugen Honda), quien había largado 22°, obligó al ingreso de Safety Car.

La carrera se reanudó tras una neutralización de cinco vueltas. Eran las 14.18. Completaron un giro y, al comenzar el 7°, Ayrton continuaba liderando la competencia. Al ingresar a la curva Tamburello, la primera del circuito, la velocidad de su auto era de 311 km/h. El paulista levantó apenas el pie del acelerador –su andar se redujo a 303 km/h– y, al girar el volante a la izquierda, en el sentido de giro del trazado, el coche no dobló: se dirigió directamente hacia el paredón de hormigón que bordeaba la curva. ¿Cómo un muro en una curva? Es que Tamburello se tomaba siempre a fondo y, por eso, había un muro de concreto: era una medida de seguridad propia de una recta

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El brazo de dirección del Williams del brasileño se componía de cuatro piezas de distintos espesores y diámetros, con soldaduras en cada unión y, cuando el mismo se rompió en pleno viraje, Senna –consciente del inminente desastre–, con sus prodigiosos reflejos bajó dos cambios y pisó el freno durante 75 metros, para reducir la velocidad a 233 km/h. ¡Todo en menos de un segundo!

Igual, impactó contra la pared a unos 216 km/h, en un ángulo de 22° y, la brutal desaceleración, se estimó en 4G (cuatro veces la fuerza de la gravedad). El auto rebotó contra el muro y se desplazó casi 500 metros en el sentido de la curva hasta que se detuvo al costado derecho de la pista, mientras los demás pilotos zigzagueaban para evitar los restos, esparcidos por todo el asfalto.

Los auxilios médicos demoraron casi 90 segundos en llegar hasta el Williams y, al extraerlo del mismo, comprobaron que el estado de Senna era gravísimo. Aunque se sabría después, el brazo de suspensión derecho, que une la rueda del monoplaza al conjunto resorte-amortiguador (conocido como push rod), le había perforado la visera del casco, presionando fuertemente la cabeza de Ayrton contra la parte de atrás del cockpit y, esa compresión, le fracturó la base del cráneo.

Además de este traumatismo, presentaba una insuficiencia respiratoria grave, un hundimiento frontal (que le provocó una fuerte hemorragia interna), tenía la arteria temporal rota y hasta había sufrido un paro cardíaco. Ante semejante cuadro, el médico oficial de la categoría, el británico Sid Watkins, le practicó una traqueotomía en el lugar para que pudiera respirar.

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El domingo 1 de mayo, en el GP de Imola, el paulista sufrió el trágico accidente que terminó con su vida. La causa del mismo fue la rotura de la barra de dirección de su Williams (marcada con el círculo), con el que se estrelló en la curva Tamburello a unos 216 km/h. Debido a sus gravísimas heridas, el médico oficial de la categoría, el británico Sid Watkins, le practicó una traqueotomía en el lugar para que pudiera respirar. En la foto, se ven sus piernas mientras era atendido al borde de la pista antes de ser evacuado en helicóptero a Bologna, donde horas después murió.

El domingo 1 de mayo, en el GP de Imola, el paulista sufrió el trágico accidente que terminó con su vida. La causa del mismo fue la rotura de la barra de dirección de su Williams (marcada con el círculo), con el que se estrelló en la curva Tamburello a unos 216 km/h. Debido a sus gravísimas heridas, el médico oficial de la categoría, el británico Sid Watkins, le practicó una traqueotomía en el lugar para que pudiera respirar. En la foto, se ven sus piernas mientras era atendido al borde de la pista antes de ser evacuado en helicóptero a Bologna, donde horas después murió.

Poco más de un cuarto de hora después del accidente, Senna fue trasladado en helicóptero al Ospedale Maggiore de Bologna, al que arribó tras 17 minutos de vuelo, en el que le realizaron una transfusión para recuperar la gran pérdida de sangre que había sufrido. Derivado al 11° piso, donde se encuentra la Unidad de Terapia Intensiva (UTI), el pronóstico fue completamente desalentador: por las lesiones “generalizadas en el cráneo”, que impedían cualquier tipo de intervención quirúrgica, no viviría mucho tiempo más…

A las 17.55, la doctora Maria Teresa Fiandri informó que el paulista tenía “muerte cerebral” y, a las 19.05, confirmó lo peor: “Desde las 18.40, Senna no registra más actividad cardíaca”. Ante el estupor general y, tras unos segundos de atronador silencio entre los periodistas presentes, agregó entre sollozos: “Señores, Senna está muerto”.

Así, la máxima categoría del automovilismo mundial había perdido a uno de sus más fenomenales campeones de todos los tiempos, que tenía 34 años, un mes y nueve días. Que se coronó en 1988, 1990 y 1991; fue subcampeón en 1989 y 1993; tercero en 1987, y cuarto en 1985, 1986 y 1992. Que ganó 41 de los 161 GP que disputó, con 65 poles, 80 podios y 19 récords de vuelta.

Que se impuso seis veces –cinco consecutivas– en el GP de Mónaco, uno de los más emblemáticos de la Fórmula 1 –donde el talento y la muñeca del piloto hacen la diferencia– y, a la fecha, es el máximo vencedor en la historia de la prueba que se disputa en las calles del principado, donde ganó en 1987, 1989, 1990, 1991, 1992 y 1993.

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Senna ganó seis veces el emblemático GP de Mónaco –cinco consecutivas–, donde el talento y la muñeca del piloto hacen la diferencia y, a la fecha, es el máximo vencedor en la historia de la prueba que se disputa en las calles del principado, donde se impuso en 1987, 1989 (foto), 1990, 1991, 1992 y 1993. Este récord de triunfos en Montecarlo aún permanece vigente.

Senna ganó seis veces el emblemático GP de Mónaco –cinco consecutivas–, donde el talento y la muñeca del piloto hacen la diferencia y, a la fecha, es el máximo vencedor en la historia de la prueba que se disputa en las calles del principado, donde se impuso en 1987, 1989 (foto), 1990, 1991, 1992 y 1993. Este récord de triunfos en Montecarlo aún permanece vigente.

Que fue un perfeccionista hasta el último detalle, y jamás perdió el hambre por la victoria.

Que, por su increíble talento conductivo, fue llamado “el Jim Clark de los 80” por José Froilán González, quien le diera a Ferrari su primer triunfo en 1951, y se consagrara subcampeón del mundo en 1954, detrás del inolvidable Juan Manuel Fangio. “Fueron dos superdotados y veloces como pocos. Hasta hacían rendir al auto más de lo que éste podía dar”, lo elogiaría el recordado Pepe al compararlo con el fenomenal escocés.

Y que, según el testimonio que brindó entre lágrimas una fiel admiradora durante el multitudinario funeral que tuvo lugar en su San Pablo natal (atesorado en el documental Senna, estrenado en 2010), se explica porqué Ayrton fue, sigue y seguirá siendo amado e idolatrado por millones de fanáticos: “El pueblo brasileño necesita comida, educación, salud. Y un poco de alegría. Con él, se fue la alegría". Sin dudas, tenía toda la razón.

Un talento excepcional

Ayrton Senna da Silva nació el lunes 21 de marzo de 1960 en la Maternidad del Hospital Pro-Matre del barrio Santana, en San Pablo, la ciudad más grande y poblada de Brasil y, también, del hemisferio sur. Hijo de Milton da Silva, un rico y próspero terrateniente y empresario, y Neide Senna, tuvo una hermana mayor, Viviane, y un hermano menor, Leonardo.

Desde muy joven, su talento conductivo dio que hablar. A los 14 años debutó en el campeonato paulista de karting, donde logró el título, conquista que en 1977 repetiría a nivel sudamericano. Entre 1978 y 1982 participó en el Mundial de karting, logrando los subcampeonatos de 1979 y 1980.

A los 21 se sumó al equipo Van Diemen de la Fórmula Ford 1600 británica y, con 12 victorias, gritó campeón. Pero no solo esta corona se ciñó en el viejo continente: en 1982 también se llevó las de la Fórmula Ford 2000 inglesa y Europea, con 20 triunfos en total. De yapa, también fue campeón en 1983 en la Fórmula 3 británica con un Ralt RT3-Toyota de la escudería West Surrey Racing y, el 20 de noviembre de ese año, con el mismo auto, se impuso en la edición inaugural del GP de Macao de la Fórmula 3, que se disputó en el peligroso trazado callejero chino, de 6120 metros.

Su debut en la Fórmula 1

A fines de 1983, Ayrton realizó pruebas con varios equipos de Fórmula 1. Durante los ensayos que efectuó con Williams, en el trazado británico de Donnington Park, fue más veloz que el campeón mundial saliente, el finlandés Keke Rosberg. Sin embargo, esta escudería, al igual que McLaren y Brabham, no tenían butacas libres para el año siguiente.

Por eso, el paulista se sumó al modesto equipo Toleman, con cuyo monoplaza –el TG183B, diseñado por el sudafricano Rory Byrne y equipado con un motor Hart 415T de unos 600 HP– debutó en la categoría el domingo 25 de marzo de 1984, en el GP de Brasil, que se disputó en el circuito de Jacarepagua, en Río de Janeiro. Su coequiper fue el venezolano Johnny Cecotto, bicampeón mundial de motociclismo (de 350 cc en 1975, y de 750 cc en 1978).

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Senna debutó en la Fórmula 1 el domingo 25 de marzo de 1984, en el GP de Brasil, que se disputó en el circuito de Jacarepagua, en Río de Janeiro. Tras clasificar 17° con su modesto Toleman TG183B-Hart, abandonó en la 8ª vuelta por una falla en el turbo de su motor. Recién en 1991, se daría el gusto de ganar en su país, con un McLaren-Honda, victoria que repitió en 1993, con un McLaren-Ford.

Senna debutó en la Fórmula 1 el domingo 25 de marzo de 1984, en el GP de Brasil, que se disputó en el circuito de Jacarepagua, en Río de Janeiro. Tras clasificar 17° con su modesto Toleman TG183B-Hart, abandonó en la 8ª vuelta por una falla en el turbo de su motor. Recién en 1991, se daría el gusto de ganar en su país, con un McLaren-Honda, victoria que repitió en 1993, con un McLaren-Ford.

Tras clasificar 17°, abandonó en la 8ª vuelta por una falla en el turbo de su motor y, recién en 1991, Senna se daría el gusto de ganar en su país, en esta oportunidad con un McLaren-Honda. Tras 61 giros, la prueba fue ganada por quien, años más tarde, sería su más acérrimo rival: el francés Alain Prost (McLaren MP4/2-TAG-Porsche), escoltado por Keke Rosberg (Williams FW09-Honda), y Elio de Angelis, quien había largado desde la pole (Lotus 95T-Renault).

A pesar de no contar con un auto de punta, Senna logró sumar dos sextos puestos en las siguientes pruebas del calendario: el sábado 7 de abril, en el GP de Sudáfrica, en Kyalami, y el domingo 29 del mismo mes, en el de Bélgica, en Zolder.

Ya con el nuevo modelo TG184, al mejor resultado en su temporada debut –y que lo catapultó a la consideración de toda la categoría– lo obtuvo en el GP de Mónaco, disputado el domingo 3 de junio bajo una lluvia torrencial en el callejero del principado y donde, con una verdadera cátedra de conducción, tras partir desde la 13ª posición, avanzó decididamente hacia la punta, hasta colocarse como escolta del líder, Alain Prost, quien se vio beneficiado con la suspensión de la prueba en la 31ª vuelta (de las 78 previstas) y se llevó agónicamente la victoria.

Ese año, Senna logró dos podios más, al finalizar tercero en los GP de Gran Bretaña, disputado el domingo 22 de julio en Brands Hatch, y de Portugal, el domingo 21 de octubre, en Estoril. Finalizó noveno en el certamen, con 13 puntos y, para la temporada 1985, firmó con Lotus. Así, se convirtió en el primer piloto en sumarse a esta escudería británica sin haber sido elegido personalmente por el fundador de la misma, Colin Chapman, quien falleció el 16 de diciembre de 1982.

La temporada 1984 tuvo como campeón a Niki Lauda, coequiper de Prost en McLaren, quien relegó al francés por solo medio punto (72 a 71,5), la diferencia más exigua de la historia en la definición de un título en la categoría. El inolvidable austríaco sumó su tercera corona, tras las obtenidas en 1975 y 1977, ambas con Ferrari.

El nuevo coequiper de Senna fue Elio de Angelis y, en la 2ª fecha del año, con el Lotus 97T-Renault, lograría la primera de sus 41 victorias en la Fórmula 1. El domingo 21 de abril, conquistó el GP de Portugal, en Estoril –donde sumaría el primer Grand Slam de su trayectoria, ya que también registró la primera de sus 65 poles, y el primero de sus 19 récords de vuelta–, y en el que ratificaría lo que sería una inconfundible marca registrada en toda su carrera: dar clases magistrales de manejo bajo la lluvia. Su dominio fue tal, que le sacó una vuelta a todos sus rivales, excepto a su escolta, el italiano Michele Alboreto (Ferrrari 156/85).

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El domingo 21 de abril de 1985, logró su primera victoria. Con el Lotus 97T-Renault, conquistó el GP de Portugal, en Estoril –donde sumaría el primer Grand Slam de su trayectoria, ya que también registró la primera de sus 65 poles, y el primero de sus 19 récords de vuelta–, y en el que ratificaría lo que sería una inconfundible marca registrada en toda su carrera: dar clases magistrales de manejo bajo la lluvia. Su dominio fue tal, que le sacó una vuelta a todos sus rivales, excepto a su escolta, el italiano Michele Alboreto (Ferrrari 156/85).

El domingo 21 de abril de 1985, logró su primera victoria. Con el Lotus 97T-Renault, conquistó el GP de Portugal, en Estoril –donde sumaría el primer Grand Slam de su trayectoria, ya que también registró la primera de sus 65 poles, y el primero de sus 19 récords de vuelta–, y en el que ratificaría lo que sería una inconfundible marca registrada en toda su carrera: dar clases magistrales de manejo bajo la lluvia. Su dominio fue tal, que le sacó una vuelta a todos sus rivales, excepto a su escolta, el italiano Michele Alboreto (Ferrrari 156/85).

Recién volvería sumar siete carreras después: el domingo 18 de agosto, finalizó segundo en el GP de Austria, disputado en el trazado de Österreichring, a lo que le agregó sendos terceros puestos: una semana más tarde, en el GP de Holanda, en Zandvoort, y el domingo 8 de septiembre, en el GP de Italia, en Monza.

El domingo 15 de septiembre siguiente, otra vez bajo la lluvia, logró su segunda victoria, ahora en el GP de Bélgica, en Spa-Francorchamps –la primera de las cinco veces que triunfaría en este legendario trazado– y, el domingo 6 de octubre, finalizó segundo en el GP de Europa, desarrollado en el circuito de Brands Hatch. El paulista se ubicó cuarto en el certamen, con 38 puntos, y marcó seis poles en total.

En 1986 (ahora con el Lotus 98T-Renault, y el escocés Johnny Dumfries como coequiper) ocuparía el mismo puesto en el campeonato, con 55 unidades. Se alzó con el triunfo en los GP de España (el domingo 13 de abril, en Jerez) y, el GP de Detroit (el domingo 22 de junio, en el callejero de dicha ciudad estadounidense). Tras imponerse en este trazado urbano, Senna le pidió a un fan, en la pista, la bandera brasileña que éste tenía, la que luego agitó durante la vuelta de honor. A partir de allí, siempre repetiría este rito en cada victoria que logró.

Al año siguiente, el último con Lotus, finalizaría tercero en el certamen, con 57 unidades. Ese 1987, con el modelo 99T-Honda y el japonés Satoru Nakajima como compañero de equipo, Senna lograría dos victorias: en el GP de Mónaco (el domingo 31 de mayo, en el primero de los seis triunfos que alcanzaría en el callejero del principado, récord aún imbatido), y el GP de Detroit (el domingo 21 de junio).

En septiembre, durante el fin de semana en que se disputó el GP de Italia, en Monza, anunció que a partir de 1988 sería piloto de la escudería con la que alcanzaría la consagración mundial, y obtendría sus tres coronas y dos subcampeonatos: McLaren.

Sus tres títulos del mundo

El nuevo compañero de Ayrton fue Prost, quien ya había logrado los títulos de Pilotos de 1985 y 1986 con este equipo, junto con el subcampeonato de 1984. Con el oriundo de Lorette, el paulista competiría duramente dentro de la escudería e, incluso, cuando años después El Profesor dejó la misma y condujo para Ferrari y Williams.

Ese 1988 fue extraordinario para Senna: con su MP4/4-Honda, se ciñó su primera corona tras sumar ocho victorias (en San Marino, Canadá, Detroit, Gran Bretaña, Alemania, Hungría, Bélgica y Japón), batiendo el récord de siete en un año que Jim Clark estableció en 1963, y el propio Prost, en 1984, y marcar 13 poles, quebrando la marca de nueve en una temporada que su compatriota Nelson Piquet registró en 1984. Senna sumó 90 puntos, escoltado por Prost, con 87.

De las 16 carreras de ese año, McLaren ganó todas, excepto el GP de Italia, donde las Ferrari F1/87/88C de Michele Alboreto y Gerhard Berger hicieron el 1-2 tras el accidente que Ayrton protagonizó a dos vueltas del final con el francés Jean-Louis Schlesser (Williams FW12-Judd), con quien se tocó al intentar sobrepasarlo en la variante del Rettifilo, lo que provocó su abandono mientras lideraba la prueba.

Si en 1988 hubo varios roces y maniobras de carrera muy ajustadas entre Prost y Senna, las mismas se intensificarían en 1989 y, además, las diferencias se trasladarían fuera de las pistas, con declaraciones y acusaciones cruzadas entre ambos. Con el modelo MP4/5-Honda, el paulista ganó en San Marino, Mónaco, México, Alemania, Bélgica y España pero, la falta de fiabilidad de su auto, le impidió sumar por sus abandonos en Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Portugal.

El título de 1989 quedó en manos de Prost (sería el tercero de su carrera) en una definición polémica, tras un toque con Senna en la chicana Casio Triangle –la última antes de ingresar a la recta principal– del circuito de Suzuka, donde el domingo 22 de octubre se disputó el GP de Japón, el penúltimo de la temporada, y que el brasileño necesitaba ganar para seguir con chaces de retener su corona. En la 46ª vuelta, Senna intentó superar por adentro a Prost –que lideraba la carrera– pero, las ruedas de ambos autos, se engancharon. El francés abandonó la competencia, mientras que Ayrton les pidió a los auxiliares de pista que lo empujaran para continuar su marcha.

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Con Alain Prost competiría duramente dentro de la escudería McLaren e, incluso, cuando años después el francés dejó la misma y condujo para Ferrari y Williams. En la foto, la polémica definición del título de 1989 –que se llevó Prost–, cuando se tocaron en la chicana Casio Triangle de Suzuka, Japón. Si bien el francés (N° 2) abandonaría y Senna (N° 1)  remontaría y ganaría esa carrera, finalmente sería descalificado por cortar esa chicana tras su toque con su coequiper y no completar la distancia completa del Gran Premio.

Con Alain Prost competiría duramente dentro de la escudería McLaren e, incluso, cuando años después el francés dejó la misma y condujo para Ferrari y Williams. En la foto, la polémica definición del título de 1989 –que se llevó Prost–, cuando se tocaron en la chicana Casio Triangle de Suzuka, Japón. Si bien el francés (N° 2) abandonaría y Senna (N° 1) remontaría y ganaría esa carrera, finalmente sería descalificado por cortar esa chicana tras su toque con su coequiper y no completar la distancia completa del Gran Premio.

Tras detenerse en los boxes para cambiar la trompa dañada de su McLaren, a partir de ahí protagonizó una remontada “a lo Senna” –es decir, volando por la pista–, superó a quien marchaba en la punta, el italiano Alessandro Nannini (Benetton B189-Ford) y ganó la carrera, pero fue descalificado por cortar la chicana tras su toque con su coequiper y no completar la distancia completa del Gran Premio.

Esto no solo confirmó a Prost como campeón (sumó 76 puntos, contra 60 del brasileño) sino que, además, Ayrton fue sancionado con una multa de 100.000 dólares y una suspensión de seis meses. Los ecos de esta definición continuarían durante mucho tiempo, porque Senna declaró públicamente que esto fue una "manipulación del campeonato", amén de sus duras críticas al presidente de la FIA, Jean-Marie Balestre –a quien también acusó de favorecer abiertamente a Prost, francés como él–, lo que casi le costó que no le otorgaran la superlicencia para correr en la temporada siguiente.

En 1990, el paulista lograría su segunda corona en la Fórmula 1. Ese año, Prost se fue a Ferrari y, el nuevo coequiper de Ayrton, fue Gerhard Berger. Con seis victorias con el modelo MP4/5B-Honda, más dos segundos puestos y tres terceros, Senna lideraba el torneo. Pero Prost se había impuesto en cinco carreras y, a falta de dos para terminar el año, estaba 9 puntos detrás del brasileño.

El domingo 21 de octubre –364 días después del incidente en el mismo trazado entre ambos– y, tras marcar una nueva pole, Senna fue superado por Prost en la largada pero, llegando a la primera curva de Suzuka y, mientras el francés encaraba la misma, Ayrton no levantó el pie del acelerador, lo que provocó que su McLaren colisionara con la Ferrari 641 del galo a unos 270 km/h. Con el abandono de los dos, Senna se consagró campeón, con 78 unidades, contra los 71 que sumaría Prost.

La temporada 1991 vería consagrarse nuevamente al paulista –y a McLaren por cuarto año consecutivo entre los Constructores–, que se convertiría en tricampeón de la categoría con el MP4/6-Honda y, el subcampeón, fue el británico Nigel Mansell (Williams FW14-Renault), quien se alzaría con el título al año siguiente. Ayrton logró siete victorias en 1991 y, al igual que en sus coronaciones de 1988 y 1990, fue galardonado con el International Racing Driver Award, que anualmente otorga la revista británica Autosport, y lo recibió de manos de Stirling Moss.

Sus últimos años

En 1992, Senna y su McLaren MP4/6B-Honda (que, tras las dos primeras carreras, en Sudáfrica y México, fue reemplazado por el MP4/7A) no pudieron ante el Williams FW14B-Renault de Mansell, que logró nueve triunfos contra tres del brasileño y se llevó el título. Ayrton finalizó cuarto en el certamen, con 50 puntos.

Ese año, Senna protagonizó un hecho que lo engrandece aún más. El sábado 29 de agosto, durante la clasificación del GP de Bélgica, en Spa-Francorchamps, el francés Érik Comas (Ligier JS37-Reanult), se despistó a casi 320 km/h en Blanchimont y quedó momentáneamente inconsciente. Ayrton, quien venía detrás, se detuvo, bajó de su auto y, olvidándose de su propia seguridad, corrió para auxiliar al accidentado al cual, tras cortar la corriente del Ligier para evitar el riesgo de un incendio, le sostuvo la cabeza derecha hasta que llegaron los auxilios médicos. Pero no solo eso, luego visitó a Comas en el hospital, en una acción que el francés absolutamente jamás olvidó.

La de 1993 sería la última temporada del paulista con McLaren, y tuvo como coequipers al estadounidense Michael Andretti (hijo de Mario, campeón de la Fórmula 1 en 1978, con un Lotus 79-Cosworth), y el finés Mikka Häkkinen (quien se coronaría en 1998 y 1999, y sería subcampeón en 2000, en todos los casos con McLaren). Afrontó el certamen con el modelo MP4/8-Ford, con el que logró cinco triunfos y alcanzó el subcampeonato, detrás de Alain Prost quien, tras su ausencia en 1992, regresó la categoría para ceñirse su cuarta corona con el Williams FW15C-Renault. El Profesor ganó siete pruebas y acumuló 99 puntos, contra 73 del brasileño.

El domingo 21 de marzo, en la 2ª fecha del calendario, Senna ganó por segunda y última vez el GP de Brasil. El paulista jamás ocultó la infinita admiración que sentía por Juan Manuel Fangio. “Sus cinco títulos serán únicos, por más que otro los supere, porque los logró en la época más difícil”, dijo sobre el balcarceño. Por su parte, el Chueco afirmó: “Senna es el mejor piloto de todos los que vi. Sin dudas, es el más rápido y creo que es el único que está en condiciones de sacarme el récord de cinco campeonatos mundiales”.

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El domingo 21 de marzo de 1993, Senna ganó por segunda y última vez el GP de Brasil. Quien le entregaría el trofeo sería Juan Manuel Fangio, a quien Ayrton admiraba profundamente. Y, en la premiación, se bajó del primer escalón del podio, se paró al lado del Chueco, y le dijo: “Ninguno de nosotros puede estar por encima suyo, Maestro”, y se fundieron en un interminable abrazo.

El domingo 21 de marzo de 1993, Senna ganó por segunda y última vez el GP de Brasil. Quien le entregaría el trofeo sería Juan Manuel Fangio, a quien Ayrton admiraba profundamente. Y, en la premiación, se bajó del primer escalón del podio, se paró al lado del Chueco, y le dijo: “Ninguno de nosotros puede estar por encima suyo, Maestro”, y se fundieron en un interminable abrazo.

El hondo respeto de Ayrton por Fangio alcanzó su máxima expresión en ese GP de Brasil de 1993, en el circuito de Interlagos. El Quíntuple era quien debía entregarle el trofeo por su victoria pero, al verlo, Senna –bajándose del primer escalón del podio para pararse al lado del Chueco–, le dijo: “Ninguno de nosotros puede estar por encima suyo, Maestro”, y se fundieron en un interminable abrazo.

En el GP de Europa del mismo año, que tuvo lugar en Donnington Park el domingo 11 de abril, Ayrton hizo de las suyas nuevamente. Bajo una lluvia torrencial superó cuatro autos ¡en la primera vuelta! y pasó a liderar la prueba. El resto de la misma fue una constante muestra del talento del brasileño, que solo paró cuatro veces en los boxes para cambiar los neumáticos (mientras que Prost lo hizo en siete oportunidades, récord aún vigente), debido a los constantes cambios en las condiciones meteorológicas. Senna relegó por casi ¡90 segundos! a su escolta, el británico Damon Hill, coequiper de un Prost que arribó tercero, ¡y con un giro menos!

De yapa, en la 57ª vuelta, Senna entró a boxes pero, como el equipo no estaba preparado, no se detuvo en el pit lane ¡y marcó el récord de vuelta! En Donnington, la última curva es bastante más larga que el trayecto de entrada a los boxes y, por eso, el paulista marcó el único giro más veloz de la historia de la Fórmula 1 que se hizo circulando por el pit lane.

Tras vencer en el GP de Japón, en Suzuka, el domingo 24 de octubre, Senna logró la 41ª y última victoria de su vida en el GP de Australia, disputado el domingo 7 de noviembre en el circuito callejero de Adelaida. Asimismo, fue la última victoria para un auto de Fórmula 1 con suspensión activa (la primera también la había logrado el brasileño, en 1987, en Mónaco). Prost lo escoltó y, ya coronado por cuarta vez, anunció su retiro, mientras que Ayrton confirmó que, en 1994, se sumaría a Williams, donde muchos pensaban que conformarían una dupla imbatible. Lamentablemente, no fue así…

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Senna logró la 41ª y última victoria de su vida en el GP de Australia, disputado el domingo 7 de noviembre en el circuito callejero de Adelaida. Fue escoltado por Prost (a su derecha) quien, ya coronado por cuarta vez, anunció su retiro, mientras que Ayrton confirmó que, en 1994, se sumaría a Williams, donde Damon Hill (a su izquierda), sería su coequiper. En la temporada siguiente, perdería la vida en la que tercera carrera que disputó con su nueva escudería.

Senna logró la 41ª y última victoria de su vida en el GP de Australia, disputado el domingo 7 de noviembre en el circuito callejero de Adelaida. Fue escoltado por Prost (a su derecha) quien, ya coronado por cuarta vez, anunció su retiro, mientras que Ayrton confirmó que, en 1994, se sumaría a Williams, donde Damon Hill (a su izquierda), sería su coequiper. En la temporada siguiente, perdería la vida en la que tercera carrera que disputó con su nueva escudería.

Su multitudinaria despedida

Al conocerse la muerte de Senna, el presidente de Brasil, Itamar Franco, decretó tres días de duelo y ordenó un sepelio con honores de Estado. Por su parte, el cuerpo del paulista fue retirado el martes 3 del Instituto Médico Legal de Bologna, donde se realizó la autopsia y, un avión de la Fuerza Aérea italiana, lo trasladó desde dicha ciudad hacia París. Allí, los restos del tricampeón fueron embarcados en un McDonnell Douglas MD-11 (matrícula PP-VOQ) de la empresa brasileña Varig.

El vuelo RG723 de la misma despegó desde el aeropuerto Charles de Gaulle con destino al de Sao Paulo-Guarulhos, donde arribó pasadas las 7 del miércoles 4. El ataúd de Senna, envuelto en una bandera de su país, fue colocado en la clase ejecutiva del avión y, para acomodar el féretro, fueron retiradas tres filas centrales de asientos. Su hermano Leonardo, presente ese fin de semana en Imola, fue el único familiar que lo acompañó en el viaje final.

Los restos fueron recibidos por el alcalde de San Pablo, Paulo Maluf, y el gobernador del estado, Luís Antônio Fleury. El féretro fue colocado sobre una autobomba y, acompañado por unas 250.000 personas, recorrió los 31 kilómetros que separan al aeropuerto de la Asamblea Legislativa del estado de San Pablo, en el parque Ibirapuera de la ciudad homónima, y que contó con la transmisión en directo por las principales cadenas de televisión locales y otras de distintos países del mundo.

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Se calcula que unos tres millones de personas despidieron a Senna, tanto en su llegada de sus restos al aeropuerto de San Pablo, el miércoles 4 de mayo, como en su sepelio, el jueves 5, en el cementerio de Morumbi. Solo para ver su ataúd por última vez en la Asamblea Legislativa, se formaron colas de siete kilómetros.

Se calcula que unos tres millones de personas despidieron a Senna, tanto en su llegada de sus restos al aeropuerto de San Pablo, el miércoles 4 de mayo, como en su sepelio, el jueves 5, en el cementerio de Morumbi. Solo para ver su ataúd por última vez en la Asamblea Legislativa, se formaron colas de siete kilómetros.

Según la Policía Militar, la cola para ver por última vez el ataúd llegó a extenderse por siete kilómetros. Quien fuera su archirrival, Alain Prost, ingresó a la capilla ardiente acompañado por Betise Assumpção, encargada de prensa, asistente personal y confidente de Senna. No se aproximó al féretro, sino que lo rodeó un par de veces a cierta distancia y se persignó. Con él estaban Patrick Faure y Christian Contzen, presidente y director de Renault Sport, respectivamente.

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Su archirrival, Alain Prost (segundo de la izquierda), asistió al velatorio y fue uno de los que portaron el féretro de Senna, quien fue sepultado en la tumba 0011 del cementerio e Morumbi. Poco después, siete Embraer T-27 Tucano de la Esquadrilha da Fumaça, de la Fuerza Aérea Brasileña, dibujaron un corazón y la “S” de Senna en el cielo paulista. Todo había terminado y, la leyenda de Ayrton, había nacido.

Su archirrival, Alain Prost (segundo de la izquierda), asistió al velatorio y fue uno de los que portaron el féretro de Senna, quien fue sepultado en la tumba 0011 del cementerio e Morumbi. Poco después, siete Embraer T-27 Tucano de la Esquadrilha da Fumaça, de la Fuerza Aérea Brasileña, dibujaron un corazón y la “S” de Senna en el cielo paulista. Todo había terminado y, la leyenda de Ayrton, había nacido.

Además de Prost, Berger, Barrichello, Christian Fittipaldi y Lamy fueron los otros pilotos de Fórmula 1 que asistieron al velatorio. Por su parte, Frank Williams, titular y director de la escudería con la que Ayrton perdió la vida, no pronunció palabra alguna, al igual que el director de McLaren, Ron Dennis, acompañado por su esposa.

Uno de los momentos de mayor emoción fue cuando se acercaron al ataúd el padre, Milton da Silva; la madre, Neide; la hermana mayor, Viviane, junto con su marido, Flávio Lali –padres de Bruno Lali Senna, quien competiría en la Fórmula 1 entre 2010 y 2012–, y el hermano menor, Leonardo.

Bajo una salva de 21 disparos, efectuados por cuatro cañones del Ejército Brasileño y, acompañada por estridentes toques de bocinas y sirenas, la autobomba que transportaba el ataúd de Senna dejó Ibirapuera a las 10 del jueves 5 de mayo en dirección al cementerio de Morumbi, donde 16 pilotos y ex pilotos aguardaban la llegada del cortejo.

Quienes portaron el féretro fueron: a la derecha, Emerson Fittipaldi, Alain Prost, Christian Fittipaldi, el escocés Jackie Stewart, Roberto Moreno, Johnny Herbert y Wilson Fittipaldi y, a la izquierda, Gerhard Berger, Rubens Barrichello, el belga Thierry Boutsen, Raul Boesel, Michele Alboreto, Pedro Lamy, Damon Hill y Derek Warwick. También lo acompañaron el alemán Hans-Joachim Stuck, y el constructor británico Ken Tyrrell.

Posteriormente, soldados del Ejército Brasileño dispararon tres salvas de fusil. A las 11.55, el féretro fue cargado en los hombros de 12 cadetes de la Policía Militar, que lo llevaron a la sepultura N° 0011. Poco después, siete Embraer T-27 Tucano de la Esquadrilha da Fumaça, de la Fuerza Aérea Brasileña, dibujaron un corazón y la “S” de Senna en el cielo paulista. Todo había terminado y, la leyenda de Ayrton, había nacido.

Su legado

La seguridad de los autos y los circuitos de la Fórmula 1 mejoraron sensiblemente tras las muertes de Ratzenberger y Senna. Tal es así, que pasaron 21 años hasta que la categoría sufriera la pérdida de otro piloto: fue Jules Bianchi, quien falleció en Niza el 17 de julio de 2015. El francés sufrió un accidente en el GP de Japón del año anterior, disputado el 5 de octubre en Suzuka, donde se despistó con su Marussia MR03-Ferrari y golpeó su cabeza contra una grúa que retiraba un auto del circuito. Tras casi nueve meses en estado crítico, falleció 17 días antes de cumplir 26 años.

Después de la muerte de su hermano, Viviane Senna fundó en su honor el Instituto Ayrton Senna (IAS), que invirtió más de 80 millones de dólares durante los últimos años en programas de ayuda a niños pobres. Uno de los asesores es el propio Alain Prost.

El miércoles 26 de abril de 1997, se inauguró el Ayrton Senna Memorial en el Acqua Minerali Park, situado en la curva Tamburello de Imola, donde el paulista sufriera su mortal accidente. Obra del artista italiano Stefano Pierotti, siempre es visitado por miles de fans, quienes dejan flores, fotos y mensajes en el mismo.

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El miércoles 26 de abril de 1997, se inauguró el Ayrton Senna Memorial en el Acqua Minerali Park, situado en la curva Tamburello de Imola, donde el paulista sufriera su mortal accidente. Obra del artista italiano Stefano Pierotti, siempre es visitado por miles de fans, quienes dejan flores, fotos y mensajes en el mismo.

El miércoles 26 de abril de 1997, se inauguró el Ayrton Senna Memorial en el Acqua Minerali Park, situado en la curva Tamburello de Imola, donde el paulista sufriera su mortal accidente. Obra del artista italiano Stefano Pierotti, siempre es visitado por miles de fans, quienes dejan flores, fotos y mensajes en el mismo.

En abril de 2000, Senna ingresó al International Motorsport Hall of Fame (Hall de la Fama del Automovilismo Internacional), sito en Lincoln, Alabama, Estados Unidos. Además, los circuitos de Interlagos, Adelaida, Jerez, Hockenheim (en Alemania), Gilles Villeneuve (Canadá) y Oscar y Alfredo Gálvez, en Buenos Aires, perpetúan su memoria al denominar chicanas o curvas de sus respectivos trazados con su nombre.

Numerosas encuestas lo eligieron como el más grande piloto de todos los tiempos, incluidas las de 2004 de la revista F1 Racing; la de 2009 de la revista Autosport; la de 2010 del diario alemán Bild am Sonntag (ese mismo año, se estrenó Senna, un excelente documental sobre su vida, que ganó el Premio BAFTA en 2012, y fue dirigido por el británico Asif Kapadia), y la de 2012 de la BBC Sports.

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Su sepultura convoca a más visitantes que –nada menos– las de John F. Kennedy, Marilyn Monroe y Elvis Presley juntas. En la placa de su tumba –absolutamente siempre cubierta con flores frescas, que dejan los miles de fans de todo el mundo– dice: “Nada pode me separar do amor de Deus” (“Nada puede separarme del amor de Dios”).

Su sepultura convoca a más visitantes que –nada menos– las de John F. Kennedy, Marilyn Monroe y Elvis Presley juntas. En la placa de su tumba –absolutamente siempre cubierta con flores frescas, que dejan los miles de fans de todo el mundo– dice: “Nada pode me separar do amor de Deus” (“Nada puede separarme del amor de Dios”).

Sin lugar a dudas, Senna es un auténtico héroe nacional en Brasil y, su sepultura, convoca a más visitantes que –nada menos– las de John F. Kennedy, Marilyn Monroe y Elvis Presley juntas. En la placa de su tumba –absolutamente siempre cubierta con flores frescas, que dejan los miles de fans de todo el mundo– dice: “Nada pode me separar do amor de Deus” (“Nada puede separarme del amor de Dios”).

Obrigado, Ayrton.