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Deportes Alto Verde | pandemia | Defensores

La historia de Defensores de Alto Verde: un sueño que creció para darle otro horizonte a los pibes

En el suelo arenoso de Alto Verde hay un club que la pelea para que los chicos del barrio puedan soñar con un futuro diferente.

Alto verde querido, pueblito humilde del litoral, tus ranchitos dormidos, yo sé que un día despertarán. Así rezan las primeras estrofas de La Litoraleña, tantas veces cantada por don Horacio Guarany, el hijo pródigo de Alto Verde. Y es que en cada una de esas palabras guardan con entusiasmo la esperanza de toda una barriada, que oscurecida en el olvido, intenta salir a flote ante tanta desigualdad.

En el medio de un suelo arenoso, en la costa de Santa Fe, zona de pescadores y soñadores, se encuentra el club Defensores de Alto Verde, una historia que nos invita a ir por más, que nos hace pensar que pese a toda inequidad que se les ocurra, se puede no bajar los brazos y, ante tanta adversidad, cumplir objetivos. Ellos pudieron. En plena pandemia y sin ingresos inauguraron con mucho orgullo cuatro torres de iluminación led para la cancha principal.

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Un minuto en el club, es un minuto que un chico no se droga.

Lo pudimos hacer con venta de alfajores y de pastas. También contamos con la colaboración de los vecinos.

La iluminación se hizo con mano de obra con jugadores de la senior y también los integrantes de la comisión directiva.

Hace tres años que venán haciendo rifas para poder llegar al sueño de poner las leces led en la cancha.

Luis Zabala, fundador del club tras la donación de las tierras donde están actualmente las instalaciones.

La subsistencia

"Si la Liga Santafesina no tiene actividad, nosotros no podemos recaudar". Esta realidad le sucede a la mayoría de los equipos que la confirman. “Pasa que si los chicos no viene a entrenar o a practicar, los padres no pagan la cuota”, cuenta Victor Zabala, uno de los dirigentes del club.

Rifas, venta de alfajores y pastas, la colaboración de los vecinos del barrio, vender publicidad en las paredes sobre la calle, bingos, sobrevivir como se puede. Los costos para Defensores no son baratos. Deben pagar $1500 por categoría para solventar los gastos por mes para estar dentro de la Liga Santafesina. En total lo que deben abonar para poder jugar los partidos son $20.000, monto aún en pandemia tuvieron que pagarlo.

Además, tienen un convenio con una copa de leche que utiliza las instalaciones para realizar la labor benéfica. Entonces cuando se juegan los partidos de fútbol de local, esa misma organización se encarga de darle de comer a jugadores.

La falta de sponsors es un gran inconveniente a la hora de hablar de los ingresos económicos para el club. Sin embargo, para todo hay una idea. Además de utilizar la fan page de Facebook @ClubDefensoresDeAltoVerde para poder obtener publicidad, también tienen el tapial de ingreso para que los comercios lo pinten. Tienen dos propuestas: $1000 pesos la mitad y $2000 completo.

La pandemia y la inseguridad, la cruel realidad de Defensores de Alto Verde

“El año pasado fue crítico”, relata Zabala. Con palabras dolorosas, cuenta la realidad de lo que han vivido desde el inicio de la pandemia del coronavirus. “Tuvimos un montón de robos”. Aunque lo más triste de esta situación es que la mayoría de los robos fueron perpetrados por delincuentes que son del barrio.

En una fría mañana de invierno, los profes de Defensores de Alto Verde habían llegado para dar las clases con las categorías más chicas. Cuando llegaron al club, notaron que la tierra estaba removida con una línea recta que iba por la mitad de la cancha pasando por el círculo central. “No lo podíamos creer, nos robaron los cables para las luces que estaban colocados por debajo del pasto”, cuenta uno de los directivos de Defensores de Alto Verde.

Inodoros, fierros para usarlos en ampliaciones del bufet y otros lugares, vidrios, postes de madera, entre muchas más pertenencias fueron las que con el tiempo generaron un daño enorme a las esperanzas del crecimiento del club.

Hubo una presentación de una nota por parte de Defensores exigiendo que la garita de la Prefectura se ubique en la entrada del club, pero todavía están a la espera. Ellos creen que es una ventaja y le aportaría mayor seguridad.

Vivir con miedo. Es la sensación de todos los días.

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No bajar los brazos y seguir soñando

Pese a los reiterados hechos delictivos y de vandalismo en Defensores de Alto Verde, es evidente que las ganas de ir por más son inquebrantables. Lágrimas soltadas por los robos, domingos sin la familia y el esfuerzo para llegar a fin de mes son algunas de las vivencias de cada uno de los que se desviven por el Club. Por eso ellos no bajan los brazos y siguen soñando. Y lo que sueña toda la Comisión Directiva es tener al club en Primera. Por ese objetivo van ahora.

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