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José Froilán González, el piloto que abrió el camino de gloria de Ferrari

El sábado 14 de julio de 1951 y, en el GP de Inglaterra, disputado en el circuito de Silverstone, la legendaria casa italiana logró su primera victoria en la Fórmula 1. Al histórico triunfo lo obtuvo con la conducción de un piloto argentino que, partir de ese momento, se ganó para siempre el corazón de Don Enzo y de todos los tifosi.

José Froilán González nació el jueves 5 de octubre de 1922 en La Colonia, una pequeña localidad bonaerense situada entre Salto y Arrecifes, y fue el mayor de los tres hijos del matrimonio compuesto por Isidro José González y Magdalena Pérez.

Tras debutar en Mecánica Nacional el jueves 8 de agosto de 1946, en Carmen de Areco, con un Chevrolet de 4 cilindros –y con el seudónimo Canuto, para que no se enteraran sus padres–, al año siguiente hizo su estreno en el Turismo Carretera con un Dodge en la 5ª Edición de las Mil Millas Argentinas y, en ese mismo 1947 y también en 1948, alternó sus participaciones en Fuerza Libre con un Ford V8, con el que ganó en Unquillo, Córdoba –y ya con su verdadero nombre– y cuyo premio fueron 650 pesos.

En 1950, Froilán viajó a Europa con el balcarceño Juan Manuel Fangio, integrando el equipo argentino Achille Varzi y, con una Maserati 4CLT/48, corrió dos pruebas del flamante Mundial de Fórmula 1, y abandonó en ambas: debutó en la categoría el domingo 21 de mayo, en el GP de Mónaco, en el callejero del principado y, el domingo 2 de julio, tomó parte del GP de Francia, en el semipermanente de Reims.

Esa temporada, el italiano Giuseppe Nino Farina se consagraría como el primer campeón de la historia de la máxima categoría del automovilismo mundial, escoltado por el Chueco, su coequiper en la poderosa escuadra Alfa Romeo.

Pero, en sus valijas, Pepe había llevado como carta de presentación la muy buena impresión que le produjo a Nello Ugolini, el director de la Scuderia Ferrari. Es que en febrero de 1950, en un circuito callejero de la Costanera porteña y, con una Rossa 166 de 2 litros, el Cabezón había vencido dos veces al poderoso equipo Mercedes, que utilizaba sus modelos de 1938 y 1939 de 3 litros.

En la primera entrevista que Froilán mantuvo con Il Commendatore en Módena –cuando le fue a ofrecer sus servicios–, Don Enzo ya sabía quién era y, aunque no lo contrató en ese momento, le dejó la puerta abierta: “Cuando haya una oportunidad, lo llamaremos”, le dijo el fundador de la Scuderia.

Un accidente que lo catapultó al éxito

Y, el destino, golpearía muy poco después en la puerta de Pepe. El italiano Dorino Serafini se accidentó en las Mil Millas y, Don Enzo, lo convocó de urgencia para probar una Rossa en Reims para cubrir la vacante que se había producido en el equipo de Fórmula 1.

Encima, el ingeniero Piero Taruffi –otro de los pilotos oficiales–, tampoco pudo correr en Francia y, por eso, Froilán disputó el GP de ese país el domingo 1 de julio de 1951, en Reims, como piloto invitado de la casa de Maranello.

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Froilán, quien no conocía el trazado de Siverstone “ni en fotos”, como dijo antes de viajar al mismo, brilló con la Rossa V12 aspirada de 4500 cc y 380 HP al adueñarse de los entrenamientos y de la pole, con un fantástico tiempo de 1’44”4/10, a 161,851 km/h de promedio. Ante tal muestra de poderío, Fangio le adelantó la noche anterior: “Corré tranquilo porque, si no pasa nada raro, mañana ganás”.

Froilán, quien no conocía el trazado de Siverstone “ni en fotos”, como dijo antes de viajar al mismo, brilló con la Rossa V12 aspirada de 4500 cc y 380 HP al adueñarse de los entrenamientos y de la pole, con un fantástico tiempo de 1’44”4/10, a 161,851 km/h de promedio. Ante tal muestra de poderío, Fangio le adelantó la noche anterior: “Corré tranquilo porque, si no pasa nada raro, mañana ganás”.

Pepe lideraba la carrera cuando, en la 34ª vuelta, le ordenaron entrar a boxes para cederle su Rossa Nº 14 al italiano Alberto Ascari, quien había roto el eje trasero de la suya. Fangio, con su Alfa Romeo 159, ganó la carrera y, quien sería el primer bicampeón de la Fórmula 1 –en 1952 y 1953, y que perdería la vida en Monza en 1955–, arribó segundo.

Esta fue la competencia de mayor extensión en toda la historia de la Fórmula 1, al completar 601,8 kilómetros tras 77 vueltas al circuito de 7816 metros.

En la semana previa al GP de Inglaterra –la fecha siguiente–, Don Enzo tenía en su despacho una carpeta en cuya tapa decía Silverstone. Tras comparar los tiempos de Froilán con los de Ascari y de otro italiano, Luigi Villoresi, confirmó al piloto argentino por el resto del año.

La histórica primera victoria de Ferrari

El Mundial de la Fórmula 1 de 1951 se compuso de ocho fechas y, el GP británico, fue la 5ª del calendario. Ese año, el circuito inglés –un ex aeródromo militar de la II Guerra Mundial, cuyas pistas de aterrizaje se utilizaron para las competencias– medía 4649 metros y, la carrera, fue a 90 vueltas, totalizando 418,410 kilómetros (tras las múltiples modificaciones a lo largo del tiempo, hoy tiene una cuerda de 5891 metros y la prueba es a 52 giros, completando 306,198 kilómetros).

Froilán, quien no conocía este trazado “ni en fotos”, como dijo antes de viajar al mismo, brilló con la Rossa V12 aspirada de 4500 cc y 380 HP al adueñarse de los entrenamientos y de la pole, con un fantástico tiempo de 1’44”4/10, a 161,851 km/h de promedio.

Ante tal muestra de poderío, el mismo Fangio le adelantó al Cabezón: “Corré tranquilo porque, si no pasa nada raro, mañana ganás”.

Pero el sábado 14 de julio –el día de la carrera–, González no podía con sus nervios. Faltando apenas 15 minutos para la largada, enfiló para el baño pero no reparó en un detalle: se metió en el de mujeres. Su esposa Amalia no pudo contener la risa al ver a Pepe, con sus casi 100 kilos, salir corriendo hacia los sanitarios e ingresar en el que decía Ladies.

Las Ferrari y las Alfettas ocupaban las dos primeras filas de largada y, en esa época, los autos se acomodaban de a cuatro y de a tres hasta completar la grilla. Froilán, quien se quedó patinando en la partida, llegó cuarto a la primera curva pero, cumplidas dos vueltas, ya era el líder de la competencia.

Fangio lo pasó a González en la 10ª vuelta y, luego de 30 giros, ya le habían sacado uno al tercero. Pepe sabía que los Alfa Romeo 159 de 430 HP con compresor eran unos rivales temibles pero, también, que consumían 120 litros de combustible cada 100 kilómetros. Ergo, el Chueco debería parar a reabastecerse.

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Cuando Fangio entró a recargar combustible en el 38º giro, Froilán se fue tranquilo adelante y, aunque paró a cargar 20 litros de nafta en la vuelta 47, la punta era suya y, en los últimos 20 giros, reguló y se impuso en el GP de Inglaterra en 2h42’18”2/10, con 51” de ventaja sobre el Chueco.

Cuando Fangio entró a recargar combustible en el 38º giro, Froilán se fue tranquilo adelante y, aunque paró a cargar 20 litros de nafta en la vuelta 47, la punta era suya y, en los últimos 20 giros, reguló y se impuso en el GP de Inglaterra en 2h42’18”2/10, con 51” de ventaja sobre el Chueco.

Y así fue: en el 38º giro, el balcarceño entró a boxes y, Froilán, se fue tranquilo adelante. Aunque paró a cargar 20 litros de combustible en la vuelta 47, la punta era suya y, en los últimos 20 giros, González reguló y se impuso en 2h42’18”2/10, con 51” de ventaja sobre Fangio. Así, la premonición del Chueco sobre el triunfo de Froilán, se hizo realidad.

La primera victoria de Ferrari en la Fórmula 1 se había consumado y, de yapa, le cortó a Alfa Romeo un invicto que mantenía desde 1946, ya que su archirrival había ganado 27 pruebas al hilo con los modelos 158 y 159. Luigi Villoresi, con otra Rossa, arribó a dos vueltas de ambos argentinos y completó el podio.

El miércoles 18 de julio siguiente, Froilán entró al despacho de Ferrari en Maranello. “El Viejo ya tenía la foto de mi victoria en Silverstone y estaba loco de contento. Me pegó un abrazo que me cortó la respiración. Tuve que contarle toda la carrera, me pidió que le firmara la foto y, además, me regaló un reloj de oro con el Cavallino Rampante en el cuadrante y grabado en la caja”, detalló Pepe.

Asimismo, Ferrari le ofreció a Froilán un contrato de seis millones de liras anuales –lo mismo que ganaban Ascari y Villoresi– y, además, no debería cederle el auto a nadie. “No me olvidaré de usted mientras viva”, le dijo Don Enzo mirándolo fijamente a los ojos. El Cabezón solo le pidió un seguro a su favor y firmó sin revisar los papeles. “Esa era la confianza que le tenía a Ferrari”, recordaría años después.

Además, en ese momento predijo lo que sería la Scuderia a través de los años: “Ferrari será un gran equipo, Commendatore, y se escribirán libros enteros contando su historia, enumerando triunfos y más triunfos. Yo solo seré Pepe González, el piloto argentino que ocupará la primera línea de esa lista”, contestó Froilán. Tal cual.

Luego de esta inolvidable victoria, González arribó tercero en el GP de Alemania, el domingo 29 de julio, en Nürburgring, y segundo en los de Italia (el domingo 16 de septiembre, en Monza) y España (el domingo 28 de octubre, en el callejero de Pedralbes, Barcelona).

Fangio lograría en esta temporada el primero de sus cinco títulos mundiales y, Froilán, finalizaría tercero en el certamen.

También conquistó las 24 Horas de Le Mans

José Froilán González fue el primero de los dos pilotos argentinos que, a la fecha, ganaron las legendarias 24 Horas de Le Mans. Fue el domingo 13 de junio de 1954 –con la Ferrari 375 Plus Sport Nº 4 de 4500 cc– y, su coequiper, fue el francés Maurice Trintignant.

El Cabezón condujo la Rossa durante 17 horas, la mayoría bajo una intensa lluvia. En esa época, dominaban los Jaguar británicos pero, igual, con González y Trintignant, Don Enzo apostó muy fuerte para cortar con la hegemonía inglesa.

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La primera victoria de Ferrari en la Fórmula 1 le cortó a Alfa Romeo un invicto que mantenía desde 1946, ya que su archirrival había ganado 27 pruebas al hilo con los modelos 158 y 159. Cuando el miércoles 18 de julio siguiente, Froilán entró al despacho de Ferrari en Maranello, el fundador de la Scuderia le mejoró el contrato y, además, le regaló un reloj de oro con el Cavallino Rampante en el cuadrante y grabado en la caja.

La primera victoria de Ferrari en la Fórmula 1 le cortó a Alfa Romeo un invicto que mantenía desde 1946, ya que su archirrival había ganado 27 pruebas al hilo con los modelos 158 y 159. Cuando el miércoles 18 de julio siguiente, Froilán entró al despacho de Ferrari en Maranello, el fundador de la Scuderia le mejoró el contrato y, además, le regaló un reloj de oro con el Cavallino Rampante en el cuadrante y grabado en la caja.

El binomio argentino-francés se impuso a un promedio de 169,215 km/h, totalizando 302 vueltas al trazado de 13.492 metros, con 4061,150 kilómetros de recorrido, y fueron escoltados por los británicos Tony Rolt y Duncan Hamilton, con un Jaguar D Type oficial, a una vuelta, y los estadounidenses Bill Spear y Sherwood Johnston, con un Cunningham C4-R del equipo Briggs Cunningham, a 17 giros. Además, este fue el segundo triunfo de Ferrari en la carrera de resistencia más famosa del mundo.

El otro argentino que se impuso en esta legendaria prueba fue el cordobés José María López. El domingo 22 de agosto de 2021, Pechito, junto con el japonés Kamui Kobayashi y el británico Mike Conway, cantó victoria en la categoría mayor (la del World Endurance Championship –WEC–, oCampeonato Mundial de Resistencia), conduciendo un Toyota GR010 Hybrid del equipo oficial nipón.

En ese 1954, Froilán logró su segunda y última victoria en la Fórmula 1: el sábado 17 de julio, se impuso nuevamente en el GP de Gran Bretaña, con una Ferrari 675, y fue escoltado por su coequiper, el local Mike Hawthorn, y el bonaerense Onofre Marimón (Maserati 250F) quien, dos semanas después, en la clasificación del GP de Alemania, en Nürburgring, se convertiría en el primer piloto de la categoría en perder la vida.

En esta temporada, González obtuvo el tercer puesto en el GP de Argentina (el domingo 17 de enero, en Buenos Aires), y fue cuarto en Bélgica (el domingo 20 de junio, en Spa-Francorchamps), segundo en Alemania (el domingo 1 de agosto) y en Suiza (el domingo 22 de agosto, en el semipermanente de Bremgarten), y tercero en Italia (el domingo 5 de septiembre, en Monza).

Por su parte, Fangio logró seis triunfos (se impuso en Argentina, Bélgica, Francia, Alemania, Suiza e Italia), sumó 42 puntos, y logró su segundo título mundial (el primero con Mercedes Benz), y fue escoltado por Froilán, con 25, en un hecho aún no igualado: ¡el campeón y el subcampeón de la Fórmula 1 fueron argentinos!

Entre 1950 y 1960, cuando Froilán, al volante de una Ferrari 246, le dijo adiós a la Fórmula 1 con un 10º puesto en el GP de la Argentina, que se corrió el domingo 7 de febrero en Buenos Aires (y que ganó el neozelandés Bruce McLaren, con un Cooper-Climax), disputó 26 carreras, obtuvo dos triunfos (ambos con Ferrari), logró siete segundos puestos, seis terceros, tres poles y seis récords de vuelta.

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José Froilán González es uno de los dos argentinos que, a la fecha, ganaron las legendarias 24 Horas de Le Mans (el otro es el cordobés José María López). Pepe las conquistó el domingo 13 de junio de 1954 –con la Ferrari 375 Plus Sport Nº 4 de 4500 cc– y, su coequiper, fue el francés Maurice Trintignant. El Cabezón condujo la Rossa durante 17 horas, la mayoría bajo una intensa lluvia.

José Froilán González es uno de los dos argentinos que, a la fecha, ganaron las legendarias 24 Horas de Le Mans (el otro es el cordobés José María López). Pepe las conquistó el domingo 13 de junio de 1954 –con la Ferrari 375 Plus Sport Nº 4 de 4500 cc– y, su coequiper, fue el francés Maurice Trintignant. El Cabezón condujo la Rossa durante 17 horas, la mayoría bajo una intensa lluvia.

Además de competir con los autos de la Scuderia en 1951, 1954-55, 1957 y 1960), también lo hizo con Maserati (1950, 1952-53 y 1956), Talbot (1951), y Vanwall (1956).

Entre todas las categorías en las que participó entre 1946 y 1960, González disputó 161 carreras, de las que ganó 43, fue 20 veces segundo, y 15 tercero.

Tras su retiro, se convirtió en preparador en el Turismo Carretera, donde revolucionó el automovilismo argentino con el recordado Chevitu –que era un Chevrolet Nova estadounidense, de dos puertas, con un motor de Chevrolet 400 y que, entre 1965 y 1966, ganó 12 carreras al mando del capitalino Jorge Cupeiro y el arrecifeño Carlos Marincovich– y, en 1980, Pepe recibió el Premio Konex al Mérito por ser uno de los cinco mejores pilotos de nuestra historia.

Asimismo, fue el permanente invitado de honor en cada celebración que Ferrari realizó para recordar su inolvidable victoria y, hasta la muerte de Don Enzo –el 14 de agosto de 1988– Pepe fue uno de los muy, pero muy pocos a los que Il Commendatore atendía sin audiencia previa.

Había que ganarse el corazón de alguien con un carácter tan difícil como el del fundador de la legendaria Scuderia pero, Froilán, largamente lo logró.

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En 1954, Pepe logró su segunda y última victoria en la Fórmula 1: el sábado 17 de julio, se impuso nuevamente en el GP de Gran Bretaña, con una Ferrari 675. Por su parte, Fangio logró seis triunfos (ganó en Argentina, Bélgica, Francia, Alemania, Suiza e Italia), sumó 42 puntos, y conquistó su segundo título mundial (el primero con Mercedes Benz), y fue escoltado por Froilán, con 25, en un hecho aún no igualado: ¡el campeón y el subcampeón de la Fórmula 1 fueron argentinos!

En 1954, Pepe logró su segunda y última victoria en la Fórmula 1: el sábado 17 de julio, se impuso nuevamente en el GP de Gran Bretaña, con una Ferrari 675. Por su parte, Fangio logró seis triunfos (ganó en Argentina, Bélgica, Francia, Alemania, Suiza e Italia), sumó 42 puntos, y conquistó su segundo título mundial (el primero con Mercedes Benz), y fue escoltado por Froilán, con 25, en un hecho aún no igualado: ¡el campeón y el subcampeón de la Fórmula 1 fueron argentinos!

En la madrugada del sábado 15 de junio de 2013, Pepe falleció en el Instituto Fleming de Buenos Aires, donde se encontraba internado desde hacía casi dos meses, debido a diversas complicaciones respiratorias.

Nos dejó a los 90 años –la misma edad en la que murió Enzo Ferrari– y, sus restos, descansan en su querida Arrecifes, donde se radicó desde muy joven con su familia.

Su imborrable recuerdo

Hasta el último de sus días, Froilán le contaba –y con lujo de detalles–, a quien le preguntara, tanto en nuestro país como en cualquier lugar del mundo, sobre su triunfo de 1951 en Silverstone con una Rossa: “Por ser la primera que ganó un equipo como Ferrari será recordada siempre, incluso si la Fórmula 1 desaparece alguna vez. Ferrari es el mayor símbolo de la Fórmula 1 de todos los tiempos y, también, del automovilismo deportivo mundial por todo lo que hizo y hará. Ni el propio Enzo Ferrari imaginó hasta dónde llegaría”, afirmó.

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Sobre su victoria de 1951 en Silverstone, destacó: “Por ser la primera que ganó un equipo como Ferrari será recordada siempre, incluso si la Fórmula 1 desaparece alguna vez. Ferrari es el mayor símbolo de la Fórmula 1 de todos los tiempos y, también, del automovilismo deportivo mundial por todo lo que hizo y hará. Ni el propio Enzo Ferrari imaginó hasta dónde llegaría”, dijo Pepe, que murió el 15 de junio de 2013, a los 90 años.

Sobre su victoria de 1951 en Silverstone, destacó: “Por ser la primera que ganó un equipo como Ferrari será recordada siempre, incluso si la Fórmula 1 desaparece alguna vez. Ferrari es el mayor símbolo de la Fórmula 1 de todos los tiempos y, también, del automovilismo deportivo mundial por todo lo que hizo y hará. Ni el propio Enzo Ferrari imaginó hasta dónde llegaría”, dijo Pepe, que murió el 15 de junio de 2013, a los 90 años.

Y agregó: “Si ganar con cualquier Ferrari es único, haber ganado la primera carrera de Ferrari en la Fórmula 1, es incomparable”.

Sin dudas, lo fue, es y será: poco más de 73 años atrás, tanto Froilán (el piloto) como Il Commendatore (el constructor) hicieron historia con esta inolvidable primera victoria de las 243 que, hasta hoy, logró la mítica Scuderia.

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