Para Bonadeo, esta tendencia tiene una explicación clara: la capacidad de los clubes brasileños para retener y repatriar talentos, algo que el fútbol argentino no ha logrado replicar. “Los equipos brasileños han logrado que sus mejores jugadores regresen y jueguen en su propia liga, mientras que en Argentina, las jóvenes promesas se van cada vez más temprano”, analizó.
El periodista comparó la fortaleza estructural y económica de los clubes brasileños con la fragilidad del fútbol argentino, donde los equipos luchan por sostenerse y compiten en un torneo que, según él, “es una porquería” en comparación.
Un torneo local que no ayuda
Bonadeo no escatimó en críticas al sistema del fútbol argentino, al que describe como poco atractivo y desordenado. “Nos estamos engañando a nosotros mismos”, expresó el periodista, subrayando que el formato del torneo local y la continua salida de talentos no permiten construir equipos sólidos.
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Este déficit competitivo se refleja en la Copa Libertadores, según el propio Bonadeo, en donde los equipos argentinos ya no dominan como antes y tienen dificultades para enfrentar a los brasileños, quienes cuentan con plantillas reforzadas y con mayor inversión.
Bonadeo concluyó su análisis sugiriendo que, mientras el fútbol brasileño siga consolidándose, el argentino necesita un cambio profundo en su estructura si quiere recuperar protagonismo en el continente. “Nos comemos una curva”, afirmó el periodista, en referencia al autoengaño sobre la competitividad actual del fútbol argentino frente al brasileño.