Durante la conversación, Gonzalo Bonadeo abordó con mirada crítica el crecimiento de instituciones como Camioneros, Ciudad de Bolívar o el SAT, que en pocos años lograron llegar a torneos nacionales. “En el fútbol argentino es difícil encontrar inocentes”, dijo, al referirse a las sospechas que suelen recaer sobre clubes emergentes.
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Atlético de Rafaela Ciudad de Bolívar Lucas Albertengo
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Gonzalo Bonadeo analizó el fútbol argentino
Gonzalo Bonadeo remarcó en AIRE que detrás de estos casos hay “una mezcla de poder político, económico y deportivo”, y que muchas veces la mirada social es injusta, porque “Camioneros, más allá de lo que se diga, es un club extraordinario, con actividades deportivas muy diversas y una gran estructura social”.
Bonadeo también se detuvo en el caso de Riestra y Central Córdoba, que sorprendieron al ubicarse en la punta de sus respectivas zonas. Sostuvo que es fácil simplificar los análisis con acusaciones de favoritismo arbitral, pero que “estos equipos también tienen virtudes deportivas”. Comparó esta situación con la de Arsenal de Sarandí, que cayó tres categorías desde la muerte de Julio Grondona, y destacó que “muchas veces lo que se nota es una cierta tranquilidad institucional que otros clubes no tienen, menos presión popular y planteles ordenados económicamente”.
Finalmente, el periodista reflexionó sobre la necesidad de asumir responsabilidades dentro del juego: “Si un club con diez veces más presupuesto no puede superar a otro, el problema no es del árbitro”, afirmó. Gonzalo Bonadeo señaló que la raíz del problema está en una cultura futbolera que “no busca árbitros justos, sino árbitros que nos beneficien”. Su análisis dejó una lectura profunda sobre el presente del fútbol argentino, donde el talento deportivo convive con estructuras de poder que muchas veces condicionan la percepción y el desarrollo del juego.