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Deportes Conmebol | Copa América | Argentina

Conmebol Copa América: "Arena de goles"

En tiempos de crisis sanitaria, ya está en marcha la Copa América sobre tierra brasileña. Hoy desde las 18 el seleccionado de Scaloni debutará ante Chile en RÍo de Janeiro.

Los días vienen pasando iguales, cielo abierto, sol ardiente, casi ni viento. Hay sed de goles cuando la abundancia pasea entre las butacas el brillo del oro en sus botines. Pero aunque todo pareciera suceder entre ríos que desbordan, se vive como en el desierto. (“El gol menos pensado”, página 67 “Arena de goles”).

En un contexto forzado por las circunstancias, la Conmebol acomodó el fútbol dónde y como pudo, sobrepasando hasta políticas de Estado en algunos casos, arrollando con restricciones durante las competiciones de clubes e instalando la Copa América en ese Brasil generoso, contradictorio y tristemente desopilante como la figura de su presidente.

https://twitter.com/CONMEBOL/status/1399369947172724746

Es difícil de creer todo, como también dejarse llevar por las emociones naturales que brotan del adentro patrio de uno mismo cuando juega la selección de fútbol. ¿Será que iremos andando más por los asuntos del juego, o será que no podremos finalmente impregnarnos de ese dulce exquisito con el que el fútbol nos ha empalagado el alma, como un vicio, ante las condiciones en las que finalmente se pactó la realización de esta competencia? “O qué será qué será”... título de esa canción maravillosa de Chico Buarque que dice: “...lo que no tiene decencia nunca lo tendrá...lo que no está censurado nunca tendrá...lo que no tiene sentido...lo que no tiene gobierno, nunca lo tendrá, lo que no se avergüenza nunca tendrá...”.

https://twitter.com/Argentina/status/1403374804632326150

Respecto a la selección como mística necesaria de las cuestiones vinculantes a cierto sentir nacional, lo que está sucediendo es que muchos estamos esperando que deje de ser una anécdota y verdaderamente sea una auténtica noticia de algo más que un equipo que juega bien a la pelota, más allá del resultado. Que incluya, con ese amor más importante que nosotros mismos, cuando el abrazo es la seña patria. Volver por la selección sería coincidir en la fiesta de todes, con la vida llena de ganas de no tener miedo a soñar con Messi levantando la Copa del Mundo en Qatar. Entonces el grito pueda sonar más sincero, más entero y llegar a ese estado permanente de los nervios que se activan, ahí donde el fútbol es la suma de todos nuestros antojos con la tribuna para todes. Una selección con todos los sentimientos adentro.

Dejar de ser anécdota y pasar a ser noticia con matices históricos, aunque resulte exageradamente romántico, no es solo ganar, es lograr que cuando juega la selección no se negocie el día, la hora, ni el lugar, que ahí, donde la noche sabe que debe detenerse, sea para vivir con el corazón redondo y de cuero latiendo en serio otra vez.