Redacción Aire Digital
Pareciera mentira en estos tiempos, donde los Juegos Panamericanos de Lima nutrieron de orgullo a nuestros atletas, a un año de la cita olímpica de la Juventud en Buenos Aires; que nuestra nación haya tenido una sequía de más de cinco décadas sin medallas. 52 años, para ser más exactos, con el último registro laureado logrado con los remos de Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero en el doble sin timonel, en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952.
Hubo muchas ilusiones en el camino: el remo y la vela siendo protagonistas infaltables en cada disciplina, Gabriela Sabatini en Seúl 1988, el fútbol, al que se le escapó insólitamente la medalla dorada en Atlanta 1996; y por último Las Leonas, quiénes quedaron a las puertas de la gloria olímpica en Sydney 2000. Una pasión de multitudes, con tal solo unas horas de diferencia, fue la responsable de cortar una sequía histórica. Como si fuera poco, unas horas más tarde, el básquet coronaba a una delegación dorada que se tomaba revancha del subcampeonato mundial obtenido dos años antes.
El fútbol, la pasión responsable de cortar una sequía injusta
En primer turno fue de la mano del fútbol, dirigidos por Marcelo Bielsa, dándole a la Selección Argentina y a la AFA, el único laurel que le faltó conseguir, y que comparte actualmente con Francia y Brasil, siendo los únicos equipos que han ganado absolutamente todas las competencias posibles.
La primera fase fue con puntaje ideal, con triunfos sobre Túnez, Serbia y Australia, para luego vencer a Costa Rica en cuartos (4-0), a Italia en semis (3-0) y a Paraguay en la final (1-0). Aquella selección olímpica no cedió ningún gol durante toda la competencia, marcando un auténtico récord.
El plantel era el siguiente: Germán Lux, Wilfredo Caballero, Roberto Ayala, Fabricio Coloccini, Gabriel Heinze, Clemente Rodríguez, Leandro Fernández; Javier Mascherano, Cristian ‘Kily’ González, Andrés D’Alessandro, Luis González, Nicolás Medina, César Delgado, Carlos Tévez; Mauro Rosales, Javier Saviola, Mariano González y Luciano Figueroa.
El básquet escribiendo su página más dorada
Unas horas más tarde, el seleccionado argentino de básquetbol cerraba un torneo glorioso, venciendo a Italia por 84-69 en la final luego de despachar al Dream Team en las semifinales, y al vigente campeón del mundo Serbia y Montenegro en la fase de grupos. Fue una hazaña construida a pulmón, con derrotas en la fase de grupos pero con un sprint final memorable, del cual nadie olvidará jamás.
La Argentina alineó a: Juan Ignacio Sánchez (3), Emanuel Ginóbili (16), Andrés Nocioni (7), Luis Scola (25), Rubén Wolkowyski (13), Alejandro Montecchia (17), Gabriel Fernández (1), Hugo Sconochini (2), Carlos Delfino, y el arbitraje estuvo a cargo de Dos Santos (Brasil) y Voreadis (Grecia).
De esta manera, luego de la obtención de la medalla de bronce en Vela, Clase Tornado, de la mano de Carlos Espínola y Santiago Lange (éste último campeón olímpico en Río 2016); conformaron la jornada más gloriosa del deporte nacional. Consagraciones que nunca se olvidarán, y quedarán grabadas por mucho tiempo más, esperando ser reeditadas.
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