¿Cómo es que la Tierra puede capturar una nueva Luna? ¿Significa algún peligro para los habitantes del planeta? ¿Por qué no la vieron antes? Para responder estas preguntas, Aire Digital habló con el doctor en Astronomía, Cristian Giuppone.
“Contrariamente a lo que uno aprende en la secundaria o que escucha como formación básica en Astronomía, la Tierra tiene varios satélites naturales. La Luna es el más conocido, pero tiene otros satélites naturales de distintos tamaños y con órbitas que no son tan regulares como la de la Luna”, explicó.
Cristian Giuppone
Cristian Giuppone a unos colegas de Chile trabajando sobre simulaciones numéricas.
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La órbita de la Luna es regular. Podemos predecir exactamente en dónde estuvo hace millones de años y en dónde va a estar dentro de otros millones de años con las ecuaciones básicas de la física. Pero hay otras “lunas” que tienen una órbita que no es para nada regular, sino “caótica”.
“Existen otros objetos que son bastante menores que la Luna que entran en el campo gravitatorio de la Tierra y comienzan a orbitar alrededor de ella. Este tipo de objetos como el que se descubrió puede tener una órbita caótica, esto quiere decir que no podemos predecir mucho en el futuro para dónde va a ir. Podría impactar contra la Tierra o podría ser expulsado de la cercanía de la órbita de la Tierra”, dijo el especialista.
Pruyne y Wierzchos descubrieron un pequeño objeto que tiene entre 1.8 y 3.6 metros de diámetro y que fue capturado por la atracción de la Tierra. Es algo común que, a medida que la Tierra orbita alrededor del Sol, vaya apresando objetos que se encuentren en su cercanía. Esto fue lo que ocurrió.
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Según el informe de los investigadores, se trata de un asteroide tipo C. Los asteroides pueden ser de silicato (clasificados como parte del grupo s), de carbono (clasificados como parte del grupo C) o de metal (clasificados como parte del grupo M). “Se estima, por el brillo que tiene, que debería ser tipo C”, contó el entrevistado.
“Antes no era posible descubrir estos objetos. Ahora se puede gracias a la evolución de la capacidad de detección de las cámaras de alta precisión CCD que son las que monitorean continuamente el espacio para ver si descubren algo que sea potencialmente peligroso para nosotros”, explicó. “En medio de un seguimiento de estos fue que surgió el descubrimiento”, agregó.
¿Y hacia dónde se dirige el asteroide?
Para tener mucha precisión sobre el destino de este asteroide hay que estudiar muy bien el potencial gravitatorio de la Tierra. “Se necesita mucho desarrollo matemático y poner todas las ecuaciones del movimiento de la Tierra y los otros planetas del Sistema Solar, la posición del Sol y todo eso que es lo que va a determinar para dónde va a ir”, explicó el especialista. “Se puede determinar con cierta confianza si va a impactar contra la Tierra o no pero nunca tenés el cien por ciento de precisión. Ni siquiera podés saber con exactitud a dónde va a caer porque hay un montón de parámetros que no controlamos”, dijo.
Todo va a depender de cómo entre en la atmósfera. “Normalmente la atmósfera hace que objetos de este tamaño se desintegren. Depende del ángulo en el que ingrese, puede producir una estrella fugaz, que se da cuando un asteroide ingresa en la atmósfera y se quema”, contó el científico.
¿Es posible ver desde la Tierra a esta pequeña Luna?
No. No es posible. “Este tipo de objetos tienen un brillo superficial muy bajo. Ni siquiera con un gran telescopio se podría observar. Hay que tener mucho tiempo de observación, capturar una imagen y procesarla”, explicó Giuppone a Aire Digital.
Lo que sí podremos ver es una eventual estrella fugaz si ese fuera su destino, aunque los científicos a cargo de su observación aseguraron que la trayectoria de 2020 CD₃ tiende a alejarse de la Tierra.
Las condiciones del cielo son sumamente importantes para los astrónomos que buscan con precisión los lugares y estaciones del año para poder estudiar mejor el cosmos. Cualquier interferencia lumínica complica las cosas cuando se observan objetos como éste, con poca luz.
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El lanzamiento de los satélites artificiales Starlink, les trajo muchos dolores de cabeza a los astrónomos, contó el investigador.
“Estos satélites artificiales producen mucho brillo. Cuando uno hace este tipo de estudios que tienden a detectar objetos chicos cercanos a la Tierra, si pasa esta línea de satélites te arruina toda la noche de observación porque te saturan toda la imagen con su brillo. Por eso los astrónomos no los quieren mucho”, explicó el científico.
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Así se ven los satélites Starlink de Space X.
“En teoría, están tratando de mitigar su efecto poniéndoles una tintura que es anti reflectora para que no se alteren las observaciones. El brillo se produce cuando está en la primer parte de la órbita baja de la Tierra. Cuando están en su posición final ya no se ve la una cadena de puntitos brillantes”, aclaró sobre los Starlink.
El pequeño y oscuro 2020 CD₃ habría llegado desde las fronteras del cinturón de asteroides. Su composición es muy parecida a la de los meteoritos de condrita carbonácea, que en ocasiones caen en la Tierra. El destino de esta pequeña segunda Luna es, por el momento, un misterio más del cosmos.
