Este sábado se cumplen 17 años de la última tragedia espacial, protagonizada por la misión STS 107 del transbordador espacial Columbia de la Nasa. El fatal desenlace ocurrió cuando regresaba de una misión científica de 15 días. Había despegado el 16 de enero del 2003 en aparente normalidad.
Hace 17 años, el Columbia se desintegraba en la atmósfera y ponía fin a las tragedias espaciales
Poco antes del mediodía del 1 de febrero del 2003, el transbordador espacial Columbia se desintegraba mientras sobrevolaba Texas, a unos 60 kilómetros de altura, 15 minutos antes de aterrizar.
Tras el lanzamiento, el Columbia quedó posicionado en órbita con sus siete tripulantes, los astronautas Rick Husband, William McCool, David McDowell Brown, Kalpana Chawla, Michael Anderson, Laurel Clark e Ilan Ramon, el primer astronauta israelí en volar con la agencia espacial estadounidense.
“Cuando muchos me preguntan cuál fue el desastre espacial que más me impactó, les respondo que fue la tragedia del Columbia”, dijo a Aire Digital el especialista en misiones espaciales, el historiador argentino Diego Córdova.
“La inclinación de órbita que tenía la misión del Columbia hizo que durante los 15 días que duró la misión, el transbordador fuera visto a simple vista en nuestro país, prácticamente en todos los rincones, con una leve diferencia horaria entre las 19:05 y las 19:15”, recordó.
“La inclinación de órbita que tenía la misión del Columbia hizo que durante los 15 días que duró la misión, el transbordador fuera visto a simple vista en nuestro país, prácticamente en todos los rincones, con una leve diferencia horaria entre las 19:05 y las 19:15”, recordó.
“Siempre voy a recordar que ese primero de febrero del 2003 era un sábado a eso de las 11 de la mañana más o menos, un día y horario atípico, con muy poca gente conectada a Internet siguiendo el vuelo. Era un sábado cerca del mediodía. Me acuerdo que los medios empezaron a estallar cuando empezaron a llover los primeros datos de que el aterrizaje no había sido satisfactorio, que no había habido contacto visual con el transbordador y que ya había evidencia de un desastre inminente, que se confirmó al poquito tiempo”, dijo Córdova.
La misión del Columbia STS 107
La tragedia del Columbia fue el último desastre espacial de la Nasa. Era una misión rutinaria, que no tenía como objetivo ensamblar la Estación Espacial Internacional (EEI) como lo venían haciendo los viajes en transbordador, sino realizar experimentos científicos. “La misión STS 107 del Columbia no tenía nada que ver con la Estación Espacial. Estaba programada para una órbita completamente distinta. No se iba a acoplar”, explicó el entrevistado.
Desde 1998 la flota de transbordadores se encontraba abocada exclusivamente a la construcción de la Estación Espacial Internacional (EEI). En el 2002, sin embargo, una misión del Columbia había sido destinada a un service para el Telescopio Espacial Hubble”.
El astronauta argentino-estadounidense, Fernando "Frank" Caldeiro, que en aquel entonces estaba en actividad, construyó una relación estrecha con Diego Córdova y fue quien le detalló, de primera mano, el objetivo de la misión del último viaje del Columbia. ¿Por qué habían destinado una misión científica siendo que urgía terminar la EEI? Caldeiro explicó que “la Nasa había contraído compromisos con quien fue vicepresidente de Bill Clinton entre 1993 y 2001, Al Gore, un comprometido con la lucha contra el cambio climático, y destinó un montón de experimentos a la observación de la Tierra que aglomeró en la misión STS 107”. Sin embargo, como la prioridad era la construcción de la EEI, el lanzamiento se fue retrasando. Salió primero la misión 113, luego la 107 y después la 114. El vuelo se demoró más de un año desde su programación.
El fatal desenlace
El 01 de febrero del 2003, el transbordador espacial Columbia se desintegró en la atmósfera de la Tierra cuando faltaban apenas 15 minutos para finalizar su misión, a unos 60 kilómetros de altura, mientras sobrevolaba Texas, territorio en donde quedaron desparramados todos sus restos.
¿Qué pasó? Todo apuntaba a ese fatídico 15 de enero, durante el lanzamiento. El posterior estudio de la misión fue un llamado de atención para la Nasa, que tomó como un hecho menor el desprendimiento de la goma espuma que cubría el tanque de combustible de la nave.
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Los intensos días de lluvia y frío previos al lanzamiento del Columbia, solidificaron agua que se instaló en los poros de ese material y durante el despegue de la misión STS 107, una roca de hielo que se formó de ese combo meteorológico golpeó el ala izquierda del transbordador. Al regreso, ese orificio que dañó la loza de protección térmica de la nave e hizo que el aire caliente de la atmósfera terrestre ingresara y perdiese el control al atravesar esa región del cielo.
El Columbia se desintegró cuando sobrevolaba Texas, a unos 60 kilómetros de altura, 15 minutos antes de aterrizar.
“Hoy lamentamos la vida de siete astronautas”, dijo el especialista a Aire Digital.
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Si bien los desprendimientos de goma espuma que se observaron durante el lanzamiento eran normales, “lo que pasó con el Columbia fue que se sumaron una cadena de hechos fatales”, explicó Córdova. Durante la posterior investigación, “la Nasa observó que en esta ocasión había habido más desprendimientos que otras veces”. Hasta entonces la agencia espacial no tenía los instrumentos para conocer de manera certera si habían sido graves esos impactos.
De todas maneras, la misión STS 107 del Columbia, no tenía los recursos para reparar ese daño ni para acoplarse a la EEI, ya que no viajaba con las herramientas para hacerlo, porque la misión estaba pensada para investigar en el interior del transbordador.
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