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Ciencia Egipto |

El santafesino que descubrió los secretos de una tumba de 3.500 años de antigüedad en Egipto

Un investigador de Santa Fe participó de un proyecto de investigación en una tumba de casi 3.500 años de antigüedad en Egipto. Los hallazgos son sorprendentes.

Hace aproximadamente 3.500 años, en Egipto, un alto funcionario del faraón Amenothep II planeaba su vida después de la muerte. Qen Amón, quien murió entre el 1426 y el 1300 A.C., fue enterrado en la que hoy se conoce como la Tumba Tebana 93 (TT93), en la necrópolis de Tebas, ubicada en Luxor, Egipto.

En 2024, un equipo interdisciplinario conformado por investigadores argentinos y egipcios y liderado por la Dra. María Bernarda Marconetto (IDACOR, CONICET-UNC) realizó tareas de documentación en la TT93, buscando reconstruir la historia de la tumba desde su concepción hasta nuestros días. Los hallazgos fueron muchos.

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Sin embargo, que su objeto de estudio haya sido la TT93 fue un hecho casi azaroso. En diálogo con AIRE, el santafesino y codirector de la investigación, Dr. Lucas Gheco (EAyP, UNSAM - IRES, CONICET-UNCA), explicó que, antes de comenzar su investigación, se les presentó una suerte de “catálogo de tumbas”.

De esta forma, el equipo debió elegir, sin tener prácticamente información, qué tumba de la necrópolis tebana documentar.

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Plano de la TT93 en Luxor, Egipto.

Plano de la TT93 en Luxor, Egipto.

Una tumba en Egipto con más de 3.500 años de historia

A pesar de que Qen Amón tenía su vida eterna planificada, sus planes se vieron truncados. El equipo de investigadores descubrió que, a lo largo de la extensa historia de la TT93, la misma tuvo diversos usos que su propietario original no había esperado.

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Uno de los murales de la tumba de Qen Amón, con las figuras eliminadas.

Uno de los murales de la tumba de Qen Amón, con las figuras eliminadas.

De acuerdo a los hallazgos del equipo de investigación, cierto tiempo luego de que Qen Amón haya sido enterrado, su lugar de descanso fue víctima de una práctica conocida como damnatio memoriae. Este término en latín se utiliza para describir un “borrado de la memoria”.

De esta manera, se cree que personas entraron a la tumba y borraron el nombre y la figura del propietario de la misma. Así, no solo eliminaron casi todos los rastros de la existencia terrenal de Qen Amón, sino que se aseguraron de que el funcionario egipcio no pudiera seguir prosperando en su vida eterna. Hay diversas teorías que intentan explicar por qué Qen Amón fue víctima de esta práctica.

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Otra de las pinturas de la TT93. La figura no tiene ojos. Se teoriza damnatio memoriae.

Otra de las pinturas de la TT93. La figura no tiene ojos. Se teoriza damnatio memoriae.

A modo de resultados preliminares, el equipo de investigación puede afirmar que la tumba de Qen Amón fue mucho más que eso: además de ser el lugar de descanso del funcionario, la TT93 fue también un corral de animales, una vivienda, un sitio de búsqueda de objetos arqueológicos y, en el presente, el sitio de trabajo de una misión binacional de investigadores.

“Encontramos en esta última campaña dos o tres cuerpos, y es probable que haya más restos humanos de otros momentos en el tiempo”, explicó el Dr. Gheco. “Con esta investigación queremos resaltar que estos espacios tienen historias mucho más complejas y diversas de lo que usualmente se conoce”, agregó.

Una colaboración binacional

Esta investigación fue realizada de forma binacional, es decir, un equipo egipcio y un equipo argentino trabajaron en forma colaborativa para alcanzar los mejores resultados. Cabe destacar que los científicos de Argentina no se especializan en egiptología. “Si bien este proyecto es compartido con colegas egipcios, desde el equipo argentino no nos dedicamos exclusivamente a Egipto. Nuestra formación proviene, en su mayoría, de la arqueología del noroeste argentino, y gran parte de nuestro trabajo sigue centrado en el estudio del pasado prehispánico de esa región”, explicó Gheco.

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El equipo interdisciplinario y binacional formado por egipcios y argentinos que trabajó en la TT93.

El equipo interdisciplinario y binacional formado por egipcios y argentinos que trabajó en la TT93.

La experiencia de los investigadores argentinos en el análisis de las cuevas con arte rupestre en Catamarca fue clave para ser convocados a trabajar en Egipto, donde aplican las mismas técnicas para estudiar historias extensas y diversas pintadas en las rocas.

“La ciencia argentina tiene una gran capacidad de desarrollo metodológico y articulación de técnicas analíticas que van desde observaciones visuales hasta estudios microscópicos con equipos de alta complejidad”, agregó.

En ese sentido, subrayó que los métodos desarrollados en el país están a la altura de los utilizados por equipos científicos de potencias como Francia, Estados Unidos o Inglaterra. “Es importante remarcar que en Argentina se produce ciencia de calidad, con innovación técnica y metodológica reconocida a nivel internacional”, concluyó el Dr. Lucas Gheco.

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