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Un desarrollo santafesino para el agro podría fabricarse en Paraguay

Tras una década y media de intentos infructuosos en Argentina, una máquina creada en los talleres de INTA Reconquista está siendo adaptada a las condiciones productivas en el país vecino. Si las pruebas son positivas, se fabricaría a escala industrial.

Quince años después de su creación, la cosechadora de caña de azúcar “Cañera INTA”, un prototipo experimental de arrastre pensado para pequeños productores santafesinos y construído en los talleres de la EEA Reconquista, será puesta a prueba para su posible fabricación a escala en Paraguay.

La historia de la cosechadora “Cañera INTA”

Ideada a fines de los 2000 por dos “leyendas” de la mecanización agrícola santafesina como Orlando Pilatti y Víctor Feresín, creadores -entre otras- de la famosa cosechadora de algodón “Javiyú”, la máquina nunca logró producirse en el país. Durante mucho tiempo se intentó sin éxito en Tucumán. Y en los últimos años estuvo operando en La Leonesa, Chaco, ya que en Santa Fe la cuenca cañera se perdió con el cierre de los ingenios en Villa Ocampo y Las Toscas.

Fue Enzo Battú, un ingeniero agrónomo santafesino que asesora a la Federación De Cooperativas De Producción "Fecoprod" Ltda del Paraguay, quien imaginó que el implemento podría impulsar la mecanización de los pequeños productores de ese país, que hoy siguen cosechando a mano.

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Así nació en 2023 el convenio de transferencia tecnológica entre Fecoprod y el INTA Reconquista, por el cual el prototipo será puesto a prueba para evaluar adaptaciones a las características productivas en el país vecino. Si funciona, el paso siguiente será un segundo convenio para trabajar el licenciamiento de la tecnología y fabricarla en serie.

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Innovación en maquinaria agrícola para pequeños productores

Alejandro Fabbro, ingeniero electromecánico y coordinador del equipo de mecanización en INTA Reconquista, explicó que -por sus características- el implemento sería de gran utilidad para la producción de azúcar orgánica. Es lo que hacen los socios de Manduvirá, una cooperativa que integra Fecoprod, que tiene su propio ingenio y más de 1.000 productores en una cuenca de unas 3.000 hectáreas. “Trabajan con orientación orgánica y certificaron para Unión Europea”, indicó el ingeniero.

A diferencia de las grandes cosechadoras, que pican la planta, Cañera INTA la mantiene entera, conservando por más tiempo sus propiedades. “Es útil para los productores que trabajan poca escala y les sirve conservar la caña en fardos; también mejora el acopio en ingenios más pequeños”.

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El convenio implicó que la máquina vuelva a los talleres de INTA Reconquista para la construcción de un modelo 3D computacional.

El convenio implicó que la máquina vuelva a los talleres de INTA Reconquista para la construcción de un modelo 3D computacional.

Fabbro relató que el convenio implicó que la máquina vuelva a los talleres de INTA Reconquista para la construcción de un modelo 3D computacional. “Pieza por pieza, generamos la planimetría completa”. Luego, se comenzó a trabajar en las adaptaciones a la producción paraguaya, donde tienen menos espacios para el giro en cabeceras, la consistencia de los suelos es distinta y utilizan variedades con mayores rindes. “Poder hacer una planimetría más técnica nos permite comunicarnos de taller a taller a distancia sin necesidad de estar todo el tiempo allá”, agregó.

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Producción a escala industrial: un objetivo cercano

Con estos nuevos planos, se fabricó un nuevo prototipo en Paraguay que comenzará próximamente las pruebas a campo, con la asistencia de los técnicos santafesinos.

Battú indicó que para llevar adelante el proyecto, Fecoprod utilizó fondos propios más una ayuda de la Unión Europea. “Es un presupuesto chico, de u$s40.000”, dijo, aparte de los gastos logísticos. Si llega a escala industrial, “va a ser registrado como propiedad intelectual por Fecoprod e INTA en Paraguay”, precisó.

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Orlando Pilatti, uno de los creadores, exhibiendo el implmento ante los productores paraguayos.

Orlando Pilatti, uno de los creadores, exhibiendo el implmento ante los productores paraguayos.

El asesor adelantó que se piensa en un implemento que pueda valer unos u$s 30.000, a lo que se debe sumar un tractor de 100hp (que podría valer u$s 70.000). Si se logra hacerlo accesible, estimó que “podría pensarse en unas 100 máquinas” a fabricarse en Paraguay, para un mercado conformado por 10.000 pequeños cañeros.

En cuanto a la capacidad de trabajo, consideró que sería de una hectárea al día para un rendimiento de 60/70 toneladas de caña, equivalente a unos 15 jornales.

“La idea es que se pruebe en abril y mayo, en distintos ciclos del cultivo, para que se le hagan las correcciones necesarias; luego pensar en registrarlo y más adelante la fabricación a escala”, dijo Battú.

Alejandro Fabbro celebró que la creación de Pilatti y Feresín encuentre finalmente un lugar en el medio productivo, donde cumplir su función. “Sería muy lindo ver que un desarrollo local, para una cuenca cañera que desapareció, encontró su funcionalidad en otro lugar y está cumpliendo el rol de solucionar un problema concreto”, concluyó.