Las condiciones climáticas actuales, marcadas por las últimas lluvias, han sido favorables para la agricultura, facilitando la rápida implantación de los cultivos de gruesa. Sin embargo, este escenario también presenta el aumento en la presencia de larvas de lepidópteros en los campos.
Las últimas lluvias elevaron el riesgo de plagas en las siembras.
Estos insectos, favorecidos por la humedad y la disponibilidad de cultivos en óptimas condiciones, amenazan con causar daños considerables y pérdidas de plantas si no se toman las medidas adecuadas.
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Monitoreo de la situación y soluciones innovadoras
Ante esta problemática, la compañía FMC enfatiza la importancia de realizar un monitoreo exhaustivo de los cultivos para detectar a tiempo la presencia de plagas. En este contexto, el insecticida Coragen y la tecnología Cropshield se presentan como aliados clave para los agricultores.
Coragen, reconocido por su eficacia en el control de orugas, destaca por su acción selectiva y su compatibilidad con estrategias de Manejo Integrado de Plagas (MIP), tanto en cultivos de soja como de maíz.
Por otro lado, el reporte del Sistema de Alarma de Plagas del INTA Marcos Juárez subraya la urgencia de esta situación, alertando sobre la detección de oviposturas de oruga bolillera en lotes de soja, un indicativo de que el riesgo de infestación es inminente.
La presencia de Helicoverpa gelotopoeon, cuya población ha aumentado significativamente, coincide con la emergencia de la soja, lo que requiere una vigilancia y acción temprana por parte de los productores.
Estrategias de aplicación y prevención
Matías Moreno, Product Manager de Fungicidas e Insecticidas de FMC para el Cono Sur, recalca la necesidad de estar atentos y proceder con un monitoreo meticuloso. "Es crucial aplicar medidas de control al detectar los primeros signos de la plaga, especialmente en estadios tempranos del cultivo", afirma Moreno.
La aplicación de Coragen se recomienda al observar umbrales de incidencia y densidad de insectos que justifiquen una intervención, destacando su resistencia al lavado por lluvias, un factor crítico en años marcados por el fenómeno El Niño.
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Además de Coragen, FMC propone el uso de Biofusión, un coadyuvante orgánico que mejora la eficacia del insecticida y reduce el riesgo de lavado por precipitaciones, asegurando una protección óptima de los cultivos.
En situaciones de alta presión de plagas, como las orugas cortadoras en maíz, Moreno sugiere aplicaciones preventivas para evitar pérdidas significativas.
