La bala fue disparada por su colega y amigo de la infancia, Carlos Javier Gauna, quien quedó detenido y fue imputado por homicidio.
Un policía murió al ser baleado accidentalmente en la cabeza por un colega
El trágico episodio ocurrió alrededor de las 11 de la mañana, cuando el Carlos Javier Gauna limpiaba su arma en la sala de armas de la Departamental. Según las primeras versiones de la investigación, en un momento, el oficial gatilló accidentalmente su pistola, sin percatarse de que tenía una bala en la recámara.
El disparo impactó en la cabeza del oficial, identificado como Gastón Roldán, quien fue trasladado al hospital local, pero falleció poco después debido a la gravedad de la herida.
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Marcelo Castillo Gioya, abogado defensor de Gauna, aseguró que su cliente está profundamente afectado por el suceso. "Está shockeado y no puede creer lo sucedido. Se han criado prácticamente juntos, se han recibido juntos en la Escuela de Policía", declaró el letrado al medio El Liberal. Además, insistió en "se trató de un accidente, es una desgracia".
A pesar de la naturaleza accidental del disparo, Gauna fue imputado por homicidio, mientras se espera el resultado de las pericias realizadas por la Gendarmería Nacional. Castillo Gioya adelantó que intentarán que la imputación se modifique a homicidio culposo, ya que se trató de una negligencia involuntaria.
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Los familiares de Gastón Roldán despidiendo sus restos.
"Entendemos que la figura acorde a lo sucedido sería homicidio culposo", afirmó el abogado.
El propio Gauna y otros oficiales de la Departamental explicaron que desconocían que, aun sin el cargador, el arma podía tener una bala en la recámara. "No hubo intención de matar", reafirmaron en sus declaraciones.
Las tristes palabras de la familia del Roldán
La familia de Gastón Roldán, sumida en el dolor, despidió sus restos en las últimas horas. Fabián Roldán, padre de la víctima, expresó entre lágrimas: "No tenemos explicaciones. Duele muchísimo perder a mi hijo así. Deseamos una investigación seria y la verdad".
Nelson Sandoval, tío del joven fallecido, recordó con tristeza cómo desde niño Roldán había soñado con ser policía. "De chiquito nos dijo que quería ser policía y todos lo ayudamos. El año pasado llegó a la fuerza. Su primer destino fue Suncho y de ahí a Quimilí, para estar cerca de su familia", relató Sandoval.