"Sabía que lo iban a matar y tuve que limpiar su cuerpo", dijo la mamá del motochorro asesinado en La Matanza

A pesar de prever el fatal destino de Franco debido a su estilo de vida y adicción, la noticia de su muerte no sorprendió a su madre. El proceso posterior, incluido el manejo del cuerpo de Franco, reveló serias deficiencias y descuidos, profundizando el dolor de la familia.

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El duro relato de Marcela Liliana Miño

Marcela expresó su consternación al contar el traslado del cuerpo de su hijo desde Puente Doce hasta la morgue de Lomas de Zamora, describiendo el lugar como sumamente descuidado. Al recibir el cuerpo, decidió llevarlo a la cochería Nuestra Señora del Valle.

Tanto ella como sus amigos denunciaron una serie de irregularidades que experimentaron durante este proceso. Sus testimonios resaltan la necesidad de una atención más rigurosa y respetuosa en momentos tan sensibles, exponiendo la importancia de una gestión adecuada en situaciones de pérdida y duelo.

“Comencé a preparar a mi hijo, lo limpié, no quería que me lo toquen más”. Durante el velorio, que se extendió por seis horas, surgieron inquietudes sobre la conservación del cuerpo. Ante esta preocupación, consultaron a los responsables de la cochería si disponían de un espacio refrigerado para preservar dignamente los restos de su hijo, recibiendo una afirmación tranquilizadora.

La cruel realidad se hizo palpable al día siguiente

Cuando regresaron para seguir con el sepelio y se encontraron con el peor de los escenarios: el cuerpo de su hijo en avanzado estado de descomposición.

Este hecho desgarrador expone las falencias y negligencias en el tratamiento de los fallecidos, resaltando la necesidad imperiosa de una atención más escrupulosa y compasiva en momentos de duelo.“Dejaron que mi hijo se pudra como un perro”, dijo Marcela, a TN.

Marcela destacó las luchas de Franco con la adicción y su incapacidad para encontrar ayuda, así como la falta de apoyo adecuado durante el duelo.

Este caso subraya las complejidades de la adicción, el crimen y el sistema de manejo de fallecidos, dejando a la familia en busca de justicia y respeto en momentos de vulnerabilidad.

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Quién era Franco Ezequiel Rodríguez Miño, alias “Millo”

Franco Ezequiel Rodríguez Miño, conocido por el alias de "Millo", fue un joven de 21 años cuya vida terminó de manera trágica en un enfrentamiento con un policía.

Este incidente tuvo lugar en Virrey del Pino, La Matanza, en la madrugada del miércoles 24 de enero de 2024. Rodríguez Miño, que se desplazaba en una motocicleta Honda GLH 150 junto a un cómplice, intentó asaltar a un hombre que resultó ser un oficial de la Policía Federal Argentina (PFA) vestido de civil y en camino a su trabajo.

El enfrentamiento comenzó cuando el agente, de 25 años, se identificó y resistió el asalto, lo que derivó en un tiroteo. Como resultado, el policía sufrió una herida de bala en una pierna, mientras que "Millo" recibió un disparo letal detrás de la oreja derecha, cayendo a unos 50 metros de la escena del hecho. Su cuerpo fue identificado por su madre en el lugar del incidente.

Rodríguez Miño, quien residía en González Catán y era padre de una niña de casi dos años, era conocido entre sus compañeros del delito como el "piloto de fuga 1". Se había enviciado con la "plata fácil" derivada de sus actividades delictivas, lo que, lamentablemente, lo llevó a un trágico final. Tras el incidente, su cómplice logró escapar, y hasta el momento de los reportes, era buscado intensamente por las autoridades.

El fiscal Matías Folino, a cargo de la Unidad Temática de Homicidios de La Matanza, no adoptó medidas contra el policía, considerando que actuó en legítima defensa.

En el lugar del asalto, se recolectaron evidencias como 20 vainas servidas y cuatro plomos desnudos. La moto en la que se desplazaban Rodríguez Miño y su cómplice fue secuestrada por orden judicial.

Este caso añade otra triste historia a la crónica de inseguridad en la región, recordando los peligros y las consecuencias de la vida delictiva.