El trágico suceso ocurrido la semana pasada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) generó una ola de conmoción en Argentina. Un joven de 27 años, Matías Rolfi, cayó al vacío desde el segundo piso del edificio de Uriburu al 900, poniendo fin a su vida en un hecho que, según su familia, pudo haberse evitado.
Matías, quien había sido diagnosticado con autismo, había comenzado la carrera de Nutrición junto a su hermana, Rocío, con la ilusión de poder graduarse juntos. Sin embargo, esa esperanza se rompió de manera brutal. Según su entorno, las condiciones que enfrentó dentro de la universidad no fueron las adecuadas.
El testimonio de Rocío tras la trágica muerte de su hermano
Rocío, su hermana, relató con dolor las circunstancias previas a la tragedia. En una entrevista con el Diario Clarín, explicó cómo Matías, por su condición, era vulnerable al acoso. “Era un blanco fácil para los demás. Para la gente de mi facultad, no fue más que una víctima”, expresó con angustia.
Matías Rolfi, el joven que murió al caer en la UBA
Rocío Rolfi, hermana de Matías, denuncia el acoso institucional que sufrió su hermano en la UBA.
El entorno académico, en lugar de ser un refugio, se convirtió en un lugar hostil para Matías. La situación se agudizó después de un examen de Fisiología que el joven desaprobó, a pesar de haber estudiado incansablemente durante semanas. “Se había bajoneado mucho”, recordó Rocío. Ese mismo día, Matías tomó la drástica decisión de acabar con su vida.
La familia Rolfi cuestiona la falta de apoyo institucional. “Nadie nos avisó lo que había pasado en la facultad, ni las autoridades, ni la Policía. Nos enteramos recién a las 23 horas, después de hablar con algunos compañeros”, denunció Rocío, quien expresó su frustración por la falta de comunicación de la UBA.
Además, destacó que este no era el primer incidente que Matías había enfrentado en la universidad. “Hace un año y medio, tuvo un conflicto con compañeros y un ayudante de cátedra. Decidimos pausar la cursada ese cuatrimestre y retomarla después”, agregó la hermana.
Aunque Rocío reconoce las dificultades familiares que atravesaba su hermano, también dejó en claro su bronca y dolor por la ausencia de una respuesta adecuada por parte de la universidad. “No culpo al 100% a la facultad porque vivimos muchas dificultades como familia. Él solo sabía sus motivos”, dijo. Sin embargo, el vacío institucional se siente profundamente.