Fernando Burlando, abogado de la familia de Fernando Báez Sosa, habló luego de terminada la audiencia número 12 del juicio por el asesinato de Fernando Báez en Villa Gesell en enero del 2020 y enfrentó a los padres de los acusados, al considerar que sus declaraciones fueron "repugnantes".
"Cuando uno ve esos padres que en vez de dar condolencias a Silvino y Graciela, hablan precisamente de sus problemas, te das cuenta que los hijos ni más ni menos están tallados con el mismo escultor”, expresó en el programa Argenzuela, de C5N.
Además, se refirió a la declaración de Máximo Thomsen, a la que calificó como "un verdadero papelón jurídico". "Si querés pedir disculpa primero tenés que mirar a los ojos y decirle a quien le querés pedir disculpa decirle el motivo y el por qué", añadió.
"Thomsen pidió una disculpa al aire, dice que pegó dos patadas que no sabía a quién se lo había dado, que le habían pegado previamente", explicó Burlando.
Qué dijo el padre de los hermanos Pertossi
El día de ayer, el padre de los hermanos Pertossi, Mauro Pertossi, virtió polémicas frases durante su declaración en el juicio por Fernando Báez Sosa. “Mis hijos no son asesinos, son chicos, son adolescentes, son vagos como le decimos, pero no puedo creer por lo que se les está acusando”, manifestó.
También contó que después del asesinato fue desvinculado de su trabajo en Toyota, donde trabajaba hacía 25 años. “Hemos pasado necesidades. No consigo trabajo y el sostén de mi familia es mi esposa. Las cosas no salen bien, he recibido amenazas, están hechas las denuncias”, advirtió.
Fernando Burlando contra los padres de los rugbiers acusados
Otra aberrante denuncia contra el clan Pertossi
Este martes, una vecina de Zárate, localidad de donde son oriundos los rugbiers imputados, habló por los medios y reveló graves detalles del habitual accionar violento de los hijos y sobrinos de la familia Pertossi. “Los Pertossi desnudaban chicas en la calle. Son los tipos más hijos de p... que hay en Zárate. Ellos le pegaban a todos, donde iban había problema, eran dueños de la ciudad. Se manejaron así toda la vida, en el barrio nadie los miraba, los odian”, afirmó Carla, una mujer de 71 años, en diálogo con A la tarde (América).