Ubicado en la provincia de Salta, se encuentra el Cañón del Ocre, un destino que escapa aún del turismo masivo del norte argentino. Este destino ofrece un paisaje impactante, modelado por la erosión y el paso del tiempo. Quienes se animan a conocerlo descubren un entorno silencioso, salvaje y distinto a los circuitos tradicionales.
El Cañón del Ocre muestra una de las formaciones geológicas más singulares del norte argentino.
A diferencia de otros puntos turísticos de la región, este cañón mantiene un perfil bajo. Su acceso requiere planificación, pero la recompensa llega rápido: paredes estrechas, curvas naturales y tonos rojizos que cambian con la luz del sol.
Qué hacer en una escapada al Cañón del Ocre: con caminatas y exploración natural
La experiencia conecta de forma directa con la naturaleza. El recorrido invita a caminar sin apuro y observar cada detalle del relieve. El paisaje se transforma en protagonista absoluto, lejos del ruido y de las multitudes.
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El principal atractivo del Cañón del Ocre es la caminata por su interior. El sendero avanza por un lecho seco rodeado de paredes altas, donde se aprecian capas geológicas y formas esculpidas por el agua durante miles de años.
El recorrido no exige experiencia técnica, pero sí atención. El terreno presenta irregularidades y el calor puede intensificarse en verano. Por eso, conviene llevar agua, protección solar y calzado adecuado.
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Durante el trayecto aparecen sectores más amplios para descansar y observar el paisaje desde distintos ángulos. La variedad de colores y texturas convierte al cañón en un escenario ideal para la fotografía, especialmente en las primeras y últimas horas del día.
Dónde queda el Cañón del Ocre y por qué es único en Salta
El Cañón del Ocre se ubica en la provincia de Salta, dentro del departamento General Güemes, en una zona rural poco intervenida. El entorno conserva su estado natural, con suelos arcillosos y relieves erosionados que definen su identidad.
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La formación del cañón se explica por la acción constante del agua sobre el terreno. Ese proceso dio lugar a pasajes angostos, paredes curvas y tramos cerrados que lo diferencian de otros paisajes del norte argentino.
Este aislamiento natural lo transforma en una opción ideal para quienes buscan turismo alternativo, lejos de los destinos más conocidos de la región.
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