En los últimos años, Córdoba se consolidó como uno de los destinos más elegidos por quienes buscan desconectar, escapada del ritmo de la ciudad y relajarse en entornos naturales. Los fines de semana en esta provincia permiten descubrir rincones escondidos que invitan al descanso en familia. Entre ellos, La Paisanita se destaca como un verdadero refugio serrano.
Ubicada en el corazón del Valle de Paravachasca, esta pequeña comuna cordobesa queda a solo 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba y a unos 10 de Alta Gracia. Caminos de tierra, árboles frondosos y paisajes que invitan a bajar el ritmo marcan la esencia del lugar.
Escapada a La Paisanita, un refugio entre sierras y ríos
La historia de La Paisanita se remonta a la época de los Comechingones, quienes habitaron la zona y dejaron su huella en la forma de morteros tallados en las piedras para moler alimentos. A principios de los años 40, Elías López adquirió el terreno y le dio impulso turístico con la construcción de un dique y un mirador en forma de hongo, hoy símbolo del pueblo.
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Desde entonces, el lugar se volvió un atractivo para visitantes que buscan playas naturales, aire puro y tranquilidad serrana.
El río Anisacate cruza La Paisanita y ofrece playas de arena, sombra y agua cristalina. Se puede disfrutar de un picnic, leer un libro, o simplemente sentarse a escuchar el sonido del agua. En medio del cauce, el mirador del Honguito regala una postal inolvidable en cualquier época del año.
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La Paisanita propone reconectar con lo esencial. Sus sierras ofrecen senderos ideales para caminar entre monte nativo, hacer cabalgatas, andar en bicicleta o practicar avistaje de aves. El entorno invita a dejar el celular de lado y entregarse al ritmo del lugar.
Entre las paradas imperdibles se encuentra la capilla Nuestra Señora de Luján, construida en los años 50 en lo alto de un cerro. También se pueden visitar la escuela Sarmiento y la colonia Evita, ambas inauguradas durante la gestión de Eva Perón y aún cargadas de valor histórico.
Dónde comer y hospedarse en La Paisanita
En La Paisanita, la comida tiene gusto a hogar. Las empanadas al horno, pastelitos, minutas y platos criollos forman parte de la identidad gastronómica del pueblo. Algunas paradas recomendadas: La Casa de María, con sus sabores tradicionales; Alma-Zen, para una experiencia más gourmet; y el parador al lado del río, que abre entre diciembre y marzo con mesas al aire libre y asadores para disfrutar del día completo.
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El pueblo ofrece opciones de hospedaje que se adaptan a cada tipo de viajero. Para quienes buscan una experiencia más natural, el camping Hakuna Matata es ideal. También están disponibles la hostería Complejo Mi Hogar y la colonia de vacaciones de la Unión Ferroviaria, perfectas para familias o grupos que prefieren mayor comodidad.
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