Cuando el verano llega, muchos argentinos buscan un lugar para disfrutar del mar y la naturaleza. Si bien destinos como Mar del Plata, Villa Gesell o Pinamar son clásicos, existen playas en el país con aguas cristalinas y cálidas que compiten con las postales del Caribe o Brasil. Estas dos playas son opciones ideales para quienes buscan belleza, tranquilidad y paisajes únicos.
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Punta Perdices: el “Caribe argentino”
Ubicada en la provincia de Río Negro, cerca de San Antonio Oeste, Punta Perdices es un verdadero paraíso escondido. Sus aguas cristalinas y tonos turquesas le han valido el apodo de “Caribe argentino”.
Este destino es perfecto para quienes desean disfrutar de un entorno tranquilo, lejos del bullicio de las playas más concurridas.
Actividades imperdibles en Punta Perdices
- Relajarse en sus aguas cristalinas: Nadar o simplemente flotar en las tranquilas aguas de Punta Perdices es una experiencia única que permite conectar con la naturaleza.
- Practicar deportes acuáticos: La zona es ideal para actividades como kayak, stand-up paddle o windsurf, gracias a la calma de sus aguas.
- Explorar el entorno: Las caminatas por la playa ofrecen vistas inolvidables y permiten descubrir rincones mágicos.
- Pesca: Tanto en la costa como en sus alrededores, la pesca es una actividad popular para quienes buscan una conexión más directa con el mar.
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El Doradillo: aguas cálidas y ballenas
En la provincia de Chubut, al norte de Puerto Madryn, se encuentra El Doradillo, una playa que combina aguas cálidas y cristalinas con la posibilidad de avistar ballenas francas australes desde la costa. Este destino, ubicado en la Patagonia argentina, es una opción única para quienes aman la naturaleza.
Qué hacer en El Doradillo
- Avistar ballenas desde la playa: Entre junio y octubre, las ballenas se acercan a la costa, permitiendo una experiencia inolvidable.
- Senderismo y observación de fauna marina: Además de las ballenas, se pueden observar otras especies de fauna y disfrutar de caminatas por los alrededores.
- Fotografía: Los paisajes patagónicos y la fauna marina hacen de este lugar un destino perfecto para los amantes de la fotografía.
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