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Sociedad

Mamá trans: la larga lucha de Nicole Vázquez por la tenencia de sus sobrinos

Nicole Vázquez es uruguaya pero vive en Buenos Aires. En octubre de 2018, se convertía en la primera mujer trans a quien la Justicia de Paysandú le concedía la tenencia de un niño: su sobrino de cuatro años. El proceso comenzó en 2014, cuando todavía era un bebé y no había ningún familiar que lo cuidara. Ahora espera también la tenencia del hermano mayor del niño. En el Día de la Madre, Nicole explica que no existen manuales para la maternidad.

Por Julieta Morales

La maternidad será deseada o no será. ¿Qué es ser madre? ¿Cómo se deviene familia? En la década de los ’90, la activista trans Mariela Muñoz de Tucumán revolucionaba las ideas de familia al criar 23 hijos a lo largo de su vida. Llegaban a su casa y ella les abría la puerta del corazón: era la primera vez que se visibilizaba con tanta magnitud la maternidad trans en Argentina.

Nicole Vázquez (30) es uruguaya, vive en Argentina desde que tiene 15 años y todavía recuerda la historia de Mariela Muñoz. “Se hizo justicia, gracias, oficialmente soy una madre travesti trans”, escribía hace un año Nicole en su cuenta de Facebook. Esa puerta que Muñoz abrió en la década de los ’90 fue atravesada por muchas compañeras, como Nicole.

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Mariela Muñoz, década ’90.

Erika Halvorsen dice: “Las historias de amor están en todas partes”. En 2014, Nicole Vázquez recibió en Buenos Aires un llamado inesperado desde su país natal: le avisaban que uno de sus sobrinos, de ocho meses, había sido judicializado y trasladado al Instituto del Niño y el Adolescente de Uruguay (INAU). Su madre y padre biológico no podían cuidarlo, por lo que ella era la familiar más directa que podría darle un hogar. No lo dudó: dijo que sí.

El tránsito por una Justicia transfóbica

A partir de ese momento inició un proceso largo y doloroso, que con valentía recordó durante la entrevista para Aire Digital: “La gente del Instituto me dijo que ellos trabajan para encontrar a los familiares antes de ponerlo en adopción. Como nadie podía hacerse cargo, me llamaron a mí como última instancia. Siempre pensé en ser madre, pero estaba convencida de que si no tenés una profesión o status económico determinado era imposible. Para mí era un sueño, pero solo si estabas fuera del rango de la estigmatización, criminalización y prostitución”.

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Nicole Vázquez tuvo que viajar varias veces a Uruguay para construir lazos con el niño, costeando con sus propios ingresos cada uno de los traslados. Incluso tuvo que atravesar una infinidad de entrevistas antes de que le permitan verlo. Un trámite que habitualmente demora un año, llevó cuatro hasta la sentencia firme anunciada en la audiencia del 16 de octubre de 2018.

 

 

Nicole Vázquez y su hijo en Uruguay, el día que la Justicia le otorgó la tenencia. Foto: Facebook.

 

 

En un primer momento, la jueza Karen Ramos del Juzgado de Primera Instancia de Séptimo Turno de Paysandú le negó el pedido de custodia provisoria que había pedido. “En una de las audiencias estaban los padres biológicos y decían que querían que el nene estuviera conmigo. Pero se me exigía más de lo que se le puede exigir a cualquier pareja que quiera pedir una tenencia o adoptar. Ahí me di cuenta que estaba viviendo en carne propia los prejuicios que la Justicia tenía sobre mí”, cuenta Vázquez.

 

Nicole Vázquez y su hijo. Fotografía: Facebook.

Sus recuerdos son siempre los mismos: un trato discriminatorio por su identidad de género. “Me acuerdo que una vez la traté de ‘vos’ a la jueza en vez de ‘usted’, y su reacción fue exagerada. Incluso se me ha preguntado si había ofrecido plata a mi cuñada o a mi hermano para que ellos vayan a dar el testimonio a la audiencia, como si yo fuese una mafiosa. La Justicia es muy clasista: si yo hubiese sido Florencia de la V quizás me hubiesen dado la tenencia en pocos meses. Pareciera que tenés que ser travesti de la alta sociedad. ¿Pero por qué? Si tenía mi casa y las garantías constatadas para que el niño esté bien”, relata.

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Todavía conserva en su casita de Hurlingham una carpeta con los expedientes donde quedó todo constatado. Debía respirar y contar hasta mil: pensaba que si reaccionaba frente a estas actitudes de odio sólo complicaría el proceso. La jueza Ramos incluso propuso que podría estar con el niño sólo en territorio uruguayo. “Para mí era lo mismo que me dijera que no, porque yo no habitaba más Uruguay. Mi casa está acá en Argentina y no podía trasladar mi vida a Paysandú”, explica Vázquez.

 

 

El día que le otorgaron la tenencia

Los abogados de Vázquez y del INAU presentaron una apelación, sosteniendo que no se estaban respetando los derechos del niño. “Salí a denunciar por todos lados lo que estaba pasando y terminaron corriendo de lugar a la jueza del caso. Vino otra, Jimena Haw, que finalmente me dio la tenencia el 16 de octubre de 2018”, recuerda.

 

 

Ese mismo día, en Montevideo era aprobada la Ley Integral Trans en la Cámara de Senadores de Uruguay. El festejo era doble. Tenía pensado ya un cuarto para él de regreso en Hurlingham: “El día que lo trajimos no teníamos dónde acostarlo porque no habíamos querido comprar cuna ni nada. Teníamos miedo de que no se diera y emocionalmente iba a ser peor”.

 

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Pero el camino aún sería largo. Le exigían que regrese al país cada 30 días para que la custodia siguiera firme. “No podía equivocarme en nada, porque si no lo llevaba un mes después me podían decir que había desacatado la orden. Pero era muy complicado viajar con un nene tan pequeño, además de todos los gastos de la estadía”, confiesa Vázquez.

“Yo ya soy su madre, pero estoy luchando ahora para adoptarlo como mamá porque legalmente soy su tía todavía. Cuando empecé el proceso me enteré que tiene un hermano de 9 años y prácticamente no se conocen. Vino unos meses en las vacaciones y después tuve que volver a llevarlo al Instituto, porque es la misma situación. Pero el año que viene ya tendré su tenencia también”, agrega.

 

Sin manuales y rompiendo esquemas

La ficción “Pequeña Victoria” vino a revolucionar la televisión argentina en el horario central de Telefe. Desde subrogación de vientres y familias múltiples, pasando por protagonistas de la comunidad trans con nombres de activistas históricas del país. La trama disruptiva pone en escena una maternidad compartida por cuatro mujeres: la gestante, la donante, la mujer que accede a un vientre subrogado y quien asiste a la compañera embarazada al momento del parto.

 

Telenovela “Pequeña Victoria”.

 

Lejos de la ficción, en las calles y en los hogares, se habitan estas nuevas maneras de vivir. Para Nicole Vázquez, “la maternidad trans viene a mostrarle a la sociedad que podemos ser travestis y madres, que podemos hacer cosas constructivas y no destructivas como nos pintan. Podemos ayudar a otras personas y hacer actos de amor, solo necesitamos la oportunidad como la que yo tuve. Para mi la maternidad tiene que ver con la libertad”.

 

 

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En su casa los tradicionales roles sexistas se prendieron fuego. Su pareja es quien lleva al jardín a su hijo y asiste a las reuniones. “Él ama ese rol y yo no lo siento propio, yo lo acompaño en otras cosas y eso no me hace mala madre. En la escuela piensan que no tiene madre porque lo ven a él como el único papá entre todas las madres. Siempre hubo mucha bajada de línea desde los asistentes sociales y la Justicia sobre cómo ejercer la maternidad. Amo a mi hijo y estoy en otros roles, pero pareciera que se nos asume en determinadas tareas por ser mujeres. Al padre no se lo cita nunca para hacer un informe social, por ejemplo. No me preguntaban con quién más iba a convivir mi hijo, todo se me exigía a mí”, cuenta Vázquez.

 

 

 

 

“El conocimiento es poder”

 

 

Nicole finalizó sus estudios en el Bachillerato Popular Trans Mocha Celis en Buenos Aires. Es un espacio educativo crítico frente a las desigualdades, pensado desde su origen para ofrecer una respuesta frente a la exclusión histórica sufrida por la comunidad trans. Allí, Nicole Vázquez se cargó de herramientas para empoderarse y exigir sus derechos: “Yo no sabía que tenía derechos, por eso es importante que nos eduquemos. El conocimiento es poder: si no hubiese sido por Mocha Celis no hubiese soportado este proceso ni me hubiese defendido como lo hice”.

 

 

Desde que su caso se hizo conocido, ha recibido cientos de mensajes en redes sociales de otras compañeras trans que le piden consejos. Ella siempre les responde lo mismo: que luchen, porque están abriendo caminos para salir de la oscuridad a donde las pusieron. Que se puede ser travesti y madre, que tienen derecho a amar y a ser amadas. 

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