En Santa Fe, las noches de Halloween despiertan los recuerdos más escalofriantes. Cada año resurgen historias que mezclan lo inexplicable con lo cotidiano y que siguen generando asombro entre quienes las escuchan. Una de ellas es la de Mauricio, un bioquímico que vivió una experiencia aterradora en un hospital de la ciudad donde trabajaba.
Todo ocurrió una madrugada de invierno, mientras realizaba su recorrido habitual por las salas. A las seis de la mañana, gritos desesperados interrumpieron la calma en el sector de mujeres. Las enfermeras corrieron hacia la habitación, pero la puerta estaba trabada y las luces comenzaron a parpadear. De repente, la puerta se abrió sola. La paciente salió corriendo y, al mirar dentro del cuarto, las enfermeras también huyeron despavoridas.
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Esta historia paranormal de terror no te dejará dormir:
La silla que se movía sola y el frío imposible de explicar
Mientras tanto, en la sala de hombres, un paciente sin piernas observó cómo su silla de ruedas se movía sola por la habitación. Las puertas de los dormitorios cercanos comenzaron a azotarse una y otra vez. Cuando el personal llegó para ayudarlo, el hombre estaba en el piso, intentando huir arrastrándose, dominado por el pánico.
En medio del caos, Mauricio decidió entrar en la habitación. Apenas cruzó la puerta sintió un frío que le caló los huesos y un olor intenso, imposible de identificar. Tiempo después, explicó que el aroma a flores suele asociarse con presencias “divinas”, mientras que los olores putrefactos y el aire helado podrían indicar algo maligno.
“Lo que sentí esa madrugada fue aterrador”, contó. Hasta el día de hoy, sigue sin encontrar explicación a lo que ocurrió en aquella sala.
Halloween y los misterios ocultos en Santa Fe
En la ciudad de Santa Fe, cada Halloween renacen los relatos de terror que forman parte del folclore local. Algunos se cuentan como simples historias, pero otros, como el de Mauricio, permanecen en la memoria de quienes los vivieron.
El miedo, la curiosidad y el misterio se entrelazan cada año, recordando que incluso en los lugares donde reina la ciencia, hay cosas que parecen desafiar toda lógica.
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