A pesar de que tres de los rugbiers acusados de asesinar a Fernando Báez Sosa fueron condenados a quince años de prisión, lo cierto es que todo el grupo quedó disconforme con las condenas recibidas. Ahora, a medida que los rugbiers van aceptando la realidad, se comenzaron a ver fracturas en el grupo que, hasta ahora, había presentado un perfil unido.
Según trascendió, las tensiones alcanzaron un punto álgido y esta semana se llegó a las manos. Los rugbiers solo tienen acceso limitado al patio, ya que las autoridades de Melchor Romero consideran pertinente que no se crucen con otros presos. Esto significa que están solo en contacto con su grupo, y las fracturas en el grupo ya no se pueden esconder.
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Todo parece indicar que Máximo Thomsen es el punto de tensión. De hecho, Thomsen “había estado pegando patadas en el buzón”, más conocido como la celda en la que transita su condena perpetua. Y un informe revelado días atrás indicaba que el joven presenta signos de depresión acompañados de una profunda angustia. Por lo pronto, el servicio penitenciario le habilitó la posibilidad de hablar con un pastor y le facilitó una biblia.
“Están re calientes y encima no tienen plata. Ellos tienen sólo tres horas autorizadas para salir al patio, porque no los cruzan con los otros presos. Están ellos solos. Hubo una pelea. Se empezaron a putear y se fueron a las manos. La ligó Máximo Thomsen y uno le gritó que los hundió a todos. La pelea aceleró el traslado de Matías Benicelli”, publicó el portal BigBangNews respecto a los demás rugbiers.
“La decisión de que Matías Benicelli abandone Melchor Romero y sea transferido al penal de Campana se tomó el lunes, después de que las autoridades judiciales fueron notificadas de la pelea que tuvo lugar en el patio. El próximo en seguir sus pasos sería Ciro Pertossi, quien al igual que Benicelli fue condenado a perpetua y también sería alojado en las próximas horas en Campana”, agregaron.
“Son conscientes de que con otro abogado y otra defensa las penas hubieran sido distintas. Saben que es momento de despegarse ahora y, por fuera de la formalidad del cambio de abogados, eso genera una fractura en el grupo que durante los últimos tres años se mantuvo, incluso pese a la condena social”, remarcaron.
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El propio Blas Cinalli reconoció en diálogo con el periodista Cristian “Eche” Echeverría que las peleas se incrementaron después de la lectura del veredicto en Dolores y que el grupo sufrió entonces su primera división: Viollaz, Cinalli y Lucas Pertossi por un lado; Benicelli, Thomsen, Comelli y los hermanos Luciano y Ciro Pertossi por el otro.
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