Accesibilidad e inclusión en Santa Fe: el desafío pendiente para los eventos nocturnos y el turismo
En el bloque Habituate por AIRE, la concejala Titi Barletta puso en agenda la accesibilidad como hábito cotidiano y presentó a la especialista Betina Anzilutti, quien remarcó que incluir no es solo construir rampas, sino pensar la ciudad, los eventos y el trato humano desde una mirada empática.
"Aún nos falta", dijo Betina Anzilutti cuando se le consultó sobre cómo veía a Santa Fe en materia de accesibilidad.
Santa Fe se posiciona como una ciudad de turismo, gastronomía y eventos, pero aún enfrenta un desafío clave: estar verdaderamente preparada para recibir a todas las personas. Ese fue el eje central del bloque Habituate, que conduce cada miércoles Titi Barletta por AIRE, donde se abordó la accesibilidad como un hábito que transforma la calidad de vida.
Durante el programa, la concejala presentó a Betina Anzilutti, ciudadana destacada deSanta Fe, especialista en turismo y eventos, fundadora de Noun Eventos, el primer instituto 100 % online de América Latina dedicado a la formación profesional en el sector, con presencia en más de 15 países.
Anzilutti explicó que la accesibilidad “no se limita a una rampa”, sino que atraviesa todos los aspectos de la vida cotidiana: desde subir a un colectivo, leer un prospecto médico o comprender las instrucciones de un cajero automático, hasta acceder a la información en redes sociales o en un menú digital. “La discapacidad no es solo la que se ve; también existen barreras cognitivas, sensoriales y comunicacionales”, remarcó.
Durante la charla, la especialista diferenció entre accesibilidad tangible, vinculada a la infraestructura urbana, el transporte, los espacios y la arquitectura, y accesibilidad intangible, relacionada con el trato, la empatía y los hábitos sociales. “Muchas veces la exclusión no nace de la mala intención, sino del desconocimiento”, señaló Anzilutti.
En ese sentido, se puso el foco en situaciones cotidianas que generan barreras invisibles: estacionar sobre una rampa, no contar con cartas en braille, depender exclusivamente de códigos QR o naturalizar miradas invasivas hacia personas con discapacidad. “El modo en que miramos, hablamos y ayudamos también construye inclusión”, subrayó Barletta.
En relación con Santa Fe, coincidieron en que “falta mucho por hacer”, especialmente en veredas, semáforos sonoros, transporte público y accesibilidad a la información, aunque destacaron que poner el tema en agenda ya representa un primer paso.
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Formación, eventos y mirada sustentable
Anzilutti también repasó su trayectoria y el trabajo que viene realizando en formación profesional. Recientemente capacitó a 73 empresarios santafesinos junto al municipio en la organización de eventos sustentables e inclusivos, una tendencia creciente a nivel internacional.
Además, confirmó que viajará a México para trabajar como capacitadora en inclusión de cara al próximo Mundial, llevando una impronta santafesina al escenario global.
Al cierre del bloque, Barletta sintetizó el mensaje central: “La inclusión desde la accesibilidad es un hábito. Como todo hábito, se aprende, se entrena y se mejora”. Una invitación a repensar prácticas cotidianas y a construir una ciudad más justa, empática y accesible para todos.