Unos metros al sur de la puerta principal de ingreso a la necrópolis local, un indigente encontró el domingo una caja cerrada, la abrió y halló en el interior botellas -dos de champagne y una de vino- . Cuando el testigo metió la mano, encontró el resto: una gallina muerta, velas, una copa negra, cadenitas y pororó, entre algunos de los elementos que todavía están en la vereda del cementerio municipal.
El móvil de Ignacio Laurenti estuvo en el lugar y pudo corroborar que tanto la "gallina como los huevos" están en avanzado estado de descomposición.
Si bien al encontrar algo así se piensa en un maleficio o macumba se trataría de una ofrenda que puede no tener malas intenciones. El que realiza estas ofrendas, lo que busca es entregarle algo a alguien para que realice una cosa a cambio -una limpieza corporal, un cambio de vida u otro rito-. Generalmente lo que se ofrece es una vida y, por eso, aparecen estos animales muertos, como gallinas o hasta cerdos.
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