Robo hormiga, la principal hipótesis trás de la desaparición de casi 2.000 animales en el norte de Santa Fe
Los allanamientos detectaron hacienda con las marcas de identificación adulteradas en un campo vecino al que denunció el robo, cerca de Los Tábanos. Se investiga si en la región opera un red para robar y faenar ganado.
La estancia tiene 70.000 hectáreas y está en el límite entre los Bajos Submeridionales y la Cuña Boscosa. Son campos enormes, muy aislados y llenos de espartillos y tacurús (hormigueros gigantes). La principal actividad es la ganadería de baja carga por hectárea.
En estos potreros es muy frecuente que los animales crucen del campo de un productor al de otro. Por eso cuando los empleados de Iannozzi detectaron que faltaban novillos pidieron permiso e ingresaron a un lote vecino. Allí cuentan que encontraron hacienda que conocían bien pero que tenía las marcas de identificación adulteradas.
El domingo 22 de febrero, el fiscal regional de Reconquista, Rubén Martínez, ordenó que se realizaran allanamientos en dos campos que están al lado de “Las Gamitas”. Se llaman “La Nochera” y “El Lío”, y pertenecen a Hernán Agú, un abogado y productor ganadero que fue diputado provincial en Santa Fe (UCR), y a su hijo Emilio.
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El allanamiento fue un trabajo duro y complejo porque hubo que enlazar y verificar más de 1.700 animales. En el procedimiento, la Guardia Rural Los Pumas detectó 150 vacas y novillos que pertenecían a Iannozzi y que tenían las marcas de identificación muy burdamente adulteradas.
En declaraciones a un medio del norte de Santa Fe (Reconquista Hoy), Agú aseguró que en su campo no se marcan indebidamente animales de otra persona pero no descartó la posibilidad de un error.
La Justicia sospecha otra cosa. Por la cantidad de animales que desaparecieron de “Las Gamitas” se investiga un “robo hormiga” que pudo llevarse adelante durante más de un año. Este campo de Iannozzi tiene 70.000 hectáreas, unos 25.000 animales y hasta un pista de hormigón de 1.700 metros para que puedan aterrizar avionetas.
La burda adulteración de las marcas que identifican al ganado abre otra línea de investigación: ¿cómo lograban estos animales ingresar luego al circuito de faena y comercialización sin ser detectados?
Lo que se preguntan los fiscales es por qué nadie denunciaba que este ganado había sido robado al pasar por los primeros eslabones de la cadena ganadera y por eso analizan y buscan pruebas para determinar si en el norte de Santa Fe opera una red -una asociación ilícita- para robar y faenar ganado. Por el momento no hay detenidos, ni imputados, pero la causa sigue avanzando.
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