Pablo Bonacina y Anahí Nanzer son una pareja oriunda de San Cristóbal que no podían tener hijos. La joven en 2018 tuvo que ser sometida a una cirugía y perdió su útero. En un acto de amor, Marcia Mereles, su prima, decidió voluntariamente ser la mujer gestante de la hija de la pareja. El miércoles nació Nerela, la primera beba de un vientre subrogado en el centro norte de la provincia de Santa Fe.
En conversación con Aire de Santa Fe, la pareja contó su historia. "Sin Marcia Mereles este sueño no hubiera sido posible", comenzó la entrevista Anahí. "A raíz de todo lo que me pasó, por circunstancias de la vida quedé embarazada y lo perdí, me descubrieron una malformación uterina y el doctor Justo González Lowy intentó salvarme el útero, pero no se pudo", relató.
A raíz de eso el doctor les sugirió que vayan a Rosario a averiguar para congelar los óvulos y que en un futuro puedan ser padres. En ese momento comenzó la investigación, ya que sabían de la subrogación pero en otros países. "Acá hay un vacío legal, pero se puede justificar porque yo no tengo útero. Mi prima lo hizo con ese amor que siente por nosotros. Somos como hermanos y a raíz de esto se consolidó más nuestra relación", dijo Anahí.
Por su parte Pablo afirmó que "fueron muchos factores los que ayudaron, pero lo que más quiero destacar es el trabajo en equipo que hicimos los tres. Nos propusimos una meta, apostamos a las posibilidades, a poner el granito de arena cada uno y hoy se ven los resultados. Hace tres años pensábamos que no íbamos a poder ser padres biológicos. Hoy queremos mostrarles a los santafesinos que se puede, que hay posibilidades, que el amor lo puede todo y estamos muy felices", dijo.
La joven contó cómo fue el momento en que tomaron la decisión de subrogar el vientre. En el 2018 cuando afrontó la cirugía, casi pierde la vida y su familia estuvo muy conmocionada. "Luego de esto, en una cena familiar mi prima me preguntó cómo estaba, ella había donado sangre entre otros parientes, y si iba a poder ser madre. Yo muy sorprendida le dije que me sacaron el útero y me dijo mientras lavábamos los platos: 'yo les presto mi panza'. Yo quedé shockeada", relató.
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Le pusieron Nerela porque significa "bella princesa", que es lo que significa hoy para ellos. Pesó poco más de 3 kilos al nacer. Sobre la lactancia, Anahí afirmó que "no es fácil", hace dos meses que se está estimulando manualmente y no le pueden suministrar hormonas porque hay que cuidar el ovario que le quedó.
Por último la primeriza mamá aseguró que "los sueños se cumplen y hay que desearlos con mucha fuerza para que se logren. Y la maternidad no es solamente engendrar un hijo, comienza del otro lado de la panza. Madres podemos ser todas porque nace desde adentro, como un sexto sentido", concluyó.
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