Según Saus, se habla mucho de los problemas del sistema de transporte, como las tarifas, la infraestructura o el estado de los vehículos, pero poco se aborda cómo la ciudad debería estar diseñada para optimizar este servicio.
En ese sentido, destacó que existen estudios que sostienen que el desarrollo urbano debe ir de la mano del desarrollo del transporte público. "En términos ideales, la ciudad debería expandirse hacia las zonas donde ya existen líneas de transporte, como las avenidas norte-sur, que están bien conectadas", explicó.
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"A medida que la ciudad crezca hacia áreas no cubiertas por transporte público, ese crecimiento será insostenible", aseguró la experta.
El desarrollo del transporte se mide principalmente por la cantidad de pasajeros transportados por kilómetro recorrido. "Si la expansión urbana se dirige hacia áreas de baja densidad poblacional, el servicio de transporte será poco rentable", consignó, remarcando que esto genera una tensión entre el reclamo ciudadano por un servicio de calidad y la viabilidad económica de las empresas que gestionan estos servicios.
Saus explicó que el modelo de crecimiento disperso de la ciudad dificulta la provisión de transporte público frecuente y de calidad. "Cuanto más disperso sea el crecimiento, más difícil será ofrecer servicios eficientes", señaló. Este tipo de expansión, además, fomenta el uso de transporte particular, aumentando el congestionamiento y los problemas ambientales.
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Repensar las políticas urbanísticas
La investigadora propone repensar las políticas urbanísticas y la planificación de la ciudad. Es crucial definir las zonas donde se puede construir con alta densidad, y donde se pueden erigir torres de edificios, siempre alineados con la infraestructura del transporte público.
"Lo ideal sería que las avenidas norte-sur, con varias líneas de colectivos y una sección amplia, albergaran a las torres," sugirió Saus. Esta estrategia permitiría un crecimiento ordenado que favorezca la conectividad y la sostenibilidad del transporte público.
Para Saus, el desafío radica en cómo redefinir el modelo urbano para que el transporte público sea eficiente y cubra las necesidades de una ciudad que sigue creciendo.
