Diez años después de haber iniciado su tarea para perseguir al narcotráfico y luego de 28 años investigando delitos complejos desde la ciudad cordobesa de San Francisco, el fiscal Bernardo Alberione dijo basta y presentó su renuncia.
Una decisión que no solo afecta a quienes viven en territorio cordobés, sino también a los santafesinos que habitan la ciudad de Frontera y la comuna de Josefina, partes de un mismo conglomerado urbano de alrededor de 100 mil habitantes.
En la última década, Alberione se había convertido en una suerte de barrera de contención para las bandas narcos que operan en este territorio interprovincial. Sin embargo, su puesto quedará vacante y ni siquiera se llamó a concurso para reemplazarlo.
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El problema repercute indefectiblemente en las poblaciones de Frontera y Josefina.
"Solo hay una calle que nos divide. Los narcos van y vienen. Frontera tuvo fiscal, pero lo amenazaron y se fue. Luego no tuvo más fiscales. No tiene sede tribunalicia, ni fiscalía. No hay absolutamente nada. En Josefina pasa lo mismo. Es una zona abandonada por Santa Fe", alertó el fiscal Alberione en el programa Creo, que se emite cada mañana en AIRE.
"Toda la lucha contra el narcotráfico -del lado santafesino- se centra en los intendentes de cada uno de los pueblos. Están en soledad. Me preocupa muchísimo lo que pueda pasar a partir de ahora", insistió.
Alberione explicó que en esta triple frontera "hay clanes que van a luchar por la disputa del manejo de la zona. Esto va a generar, como ya ocurrió, enfrentamientos violentos entre ellos, con personas heridas o muertas. Es una realidad que se viene, sin lugar a dudas".
En Frontera y Josefina la presencia de la Policía de Santa Fe es ínfima. No existen sedes tribunalicias, ni fiscalías. Para hacer una denuncia por narcotráfico, la gente de Frontera o Josefina debe viajar hasta Rafaela: "Son 70 kilómetros y ni siquiera hay colectivos directos. Además, cuando vuelven a sus casas, quién los cuida", se preguntó el fiscal de San Francisco.
— ¿Qué les diría a las autoridades santafesinas?
— Les diría que el dedo meñique es tan importante como el corazón. No por estar lejos o ser poco poblada, esta zona deja de ser parte de la provincia. Debe estar cuidada. Si el dedo meñique del pie se gangrena, el problema subirá inexorablemente por la pierna. Si no se frena la infección, causará la muerte.
Amenazas contra Alberione y su familia
El 23 de agosto del año pasado, tres carteles aparecieron en la Municipalidad de la ciudad de Frontera -límite con San Francisco-, que decían lo siguiente: “Acá no se vende Coca Cola, se vende cocaína, Frontera es nuestra”; “Frontera es nuestra, el que avisa no traiciona”; “Alberione metete en tus cosas si querés a tu familia".
Seis meses después, Alberione decidió acogerse a la jubilación desde el 1 de marzo. Y lo hizo a través de una nota de apenas siete líneas, dirigida al presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Córdoba, Luis Angulo.
"Me fui. Ya está. Ya presenté la renuncia. Son 40 años de trabajo, un lapso de tiempo suficiente como para amortizar la parte laboral de la vida que nos toca vivir", dijo en AIRE.
Alberione explicó que frente a estas decisiones "siempre hay un conjunto de factores que inciden. Si las amenazas hubieran sido solo en mi contra, no me pesarían para nada; pero uno de los carteles decía 'Metete en tus cosas, cuidá a tu familia'".
"Entonces -añadió- se abre el espectro a gente totalmente ajena a los motivos por lo cuales yo estoy trabajando. Esto hace que uno replantee hasta dónde llegan las consecuencias de cada decisión".
"Todo esto es por un hartazgo, un cansancio y por ver que no se están tomando medidas para lograr el reemplazo en la función que cumplo, que es doble, porque hace 28 años que estoy a cargo de Delitos Complejos y 10 años en Lucha contra el Narcotráfico. En forma simultánea, pero no tengo reconocimiento salarial, ni nombramiento oficial como fiscal de Lucha contra el Narcotráfico", se lamentó.
En septiembre de 2023, AIRE publicó un informe especial reflejando la situación que se vive en esta zona debido al avance del narcotráfico y el incremento en el consumo de drogas.
Frontera -que hoy cuenta con unos 12.000 habitantes- siempre fue una suerte de apéndice de San Francisco y una localidad en la que el Estado santafesino estuvo prácticamente ausente. Con la llegada del narcotráfico, la situación se tornó aún más compleja.
La comuna de Josefina era apenas un caserío tranquilo -en el área histórica del pueblo viven 1.400 personas-. Pero hace 48 años comenzó a gestarse el humilde barrio Acapulco, calle de por medio con San Francisco, donde hoy habitan 2.500 personas y donde se calcula que operan alrededor de 25 bunkers de venta de drogas.
La ciudad de San Francisco, con poco más de 75.000 habitantes, cuenta con los recursos económicos, los servicios y la presencia del Estado que no existen del lado santafesino. Una ciudad de alto consumo de estupefacientes, que del narcotráfico habla por lo bajo, donde algunos apellidos relacionados con el delito se pronuncian casi susurrando y en la que el cuidado de las apariencias sociales suele imponerse sobre las verdades incómodas.
Las autoridades de Frontera y Josefina reconocen que, durante los últimos años, Alberione cumplió un rol fundamental en toda la zona para enfrentar al narcotráfico. A partir de ahora y mientras no se tomen medidas de uno y del otro lado del límite interprovincial, el escenario será otro.
"Si no se actúa rápido, me preocupa lo que viene", reconoció el fiscal.
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