Si no conocías la escultura de "El Perro" oculta en Santa Fe, vení que te cuento.
Maiquel Torcatt / Aire Digital
La ciudad de Santa Fe está llena de pequeños secretos, escondidos en rincones poco explorados y usualmente ocultos para aquellos que no saben dónde mirar. Sin embargo, quien se detiene un momento mientras camina, puede descubrir esas curiosidades que nos rodean y de las que a menudo no somos conscientes.
También pudo haber pasado que las hayamos visto antes, pero nunca nos detuvimos a preguntarnos ¿qué son?, ¿por qué están allí?, ¿quién las hizo? o ¿cuál es la historia detrás de ellas?
Las plazas de la ciudad de Santa Fe están plagadas de esculturas, en su mayoría dedicadas a próceres y figuras destacadas de la historia argentina. Sin embargo, hay una en la plazoleta Fragata Sarmiento, sobre la peatonal San Martín, que se aleja un poco de lo convencional: es la escultura de "El Perro",
Podríamos llamarlo el "Hachiko santafesino" en forma de broma, pues esta obra no tiene una historia melancólica detrás, como la del famoso perro japonés que esperó a su dueño hasta el final de sus días (si no conocés la historia, te recomiendo ver la película Siempre a tu lado con Richard Gere. Eso sí, preparate para llorar).
A pesar de la ausencia de un relato conmovedor, la escultura honra su nombre, "El mejor amigo del hombre", ya que refleja a la perfección las cualidades que hacen al perro merecedor de ese título: su carácter inocente, leal, fiel, cariñoso y devoto.
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Esta pequeña escultura, medio escondida entre árboles y detrás de la cajita verde de "Información turística" de la ciudad, no es fácil de encontrar y suele pasar desapercibida para muchos de los que recorren diariamente la peatonal.
Fue en un día como cualquier otro, cuando, caminando hacia la facultad después de salir del trabajo, noté esta diminuta escultura, ya desgastada por el paso del tiempo. Aunque siempre me llamaba la atención, nunca me paraba a observarla de cerca porque siempre estaba apurada y me decía que lo haría la próxima vez. Hasta que un día, la curiosidad me ganó y me acerqué a descubrir de qué se trataba.
"Mejor Amigo del Hombre" se puede leer en la placa que acompaña a la escultura de "El Perro" cuando uno se acerca a observarla. Esta pequeña obra de arte fue donada por la Escuela de Artes Visuales "Juan Mantovani" y realizada por la escultora Inés Aguero, oriunda de Laguna Paiva, en el año 2003, y en colaboración con la Asociación para la Defensa de los Derechos de los Animales (Addera).
Entre la escasa información disponible y tras buscar por todos lados a alguien que supiera algo de esta peculiar y ya algo antigua escultura, logré encontrar algunos detalles.
Según explicó Elda Bonino, presidenta de Addera en ese entonces, la escultura del perro simboliza el vínculo profundo entre el ser humano y el animal, resaltando la importancia de la tolerancia en la diferencia, y valores como la fidelidad, la compañía incondicional y la generosidad.
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La Asociación también había afirmado que la obra refleja una actitud social sensible y respetuosa hacia el patrimonio natural, subrayando la relevancia del amor hacia los animales, la naturaleza y la preservación de todas las especies, incluida la humana.
Bonino subrayó la estrecha relación entre la historia de la humanidad y la naturaleza. Afirmó que las esculturas en espacios públicos no solo reflejan la creatividad del artista, sino que también transforman la afectividad colectiva en algo tangible. Estas obras sirven como una voz y un recordatorio para las futuras generaciones sobre el vínculo entre el ser humano y el animal, y abogan por el reconocimiento de la igualdad en general.
Con el tiempo, muchas cosas cambian, a veces para mejor. Elda explicó como, por ejemplo, el término "perros callejeros" ha evolucionado hacia "perros comunitarios". Estos animales, que en algún momento tuvieron un hogar y una familia antes de ser abandonados, ya sea por el Estado o por un humano, reflejan este cambio.
Además, el concepto de "regalar cachorros" ha sido reemplazado por "dar en adopción responsable", y el término "amo" o "dueño" ha cambiado a "tutor responsable", reconociendo la responsabilidad que conlleva cuidar de otro ser vivo.
La escultura de "El Perro" se erige como un homenaje a nuestro leal compañero que merece cariño, respeto, amor y cuidado. Actúa también como un recordatorio tangible de la importancia de nuestro vínculo con ellos.
Inicialmente, se planeaba colocar la escultura en el Prado Español, ya que en ese momento la Asociación no contaba con un lugar físico propio y realizaba allí sus actividades. La instalación estaba programada para el 29 de abril de 2003, pero la inundación que afectó a la ciudad de Santa Fe en esa fecha, y debido también a problemas institucionales que enfrentaba la Asociación, obligó a posponer el proyecto.
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Este quedó suspendido durante un tiempo hasta que finalmente se decidió ubicar la escultura en la plazoleta Fragata Sarmiento, al final de la peatonal San Martín y frente al Teatro Municipal 1° de Mayo.
Este lugar fue elegido por ser emblemático y por la alta incidencia de desapariciones de perros en la zona. Además, se consideró que la exposición en un lugar al aire libre y frecuentado ofrecería una visibilidad más amplia.
Hasta el día de hoy, más de veinte años después, aunque algo desgastada y afectada por el paso del tiempo, “El Perro” sigue reposando en la plazoleta santafesina, a la vista de todos aquellos que se tomen el tiempo de descubrirla.
