La bajante del río Paraná es la más importante en 51 años. En una entrevista con AIRE, Gustavo Villa Uría, subsecretario de Obras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, advirtió que proyectan que el nivel del río descenderá un metro por debajo del cero en el Puerto de Santa Fe en los meses críticos de septiembre, octubre y noviembre. El funcionario está preocupado por la situación de las tomas de agua y las restricciones a la navegación.
- ¿Cómo va a continuar está bajante histórica? ¿Qué proyecciones manejan?
- Para dentro de 15 días se esperan valores negativos, por debajo del cero en el hidrómetro del Puerto de Santa Fe. Y para los meses de septiembre, octubre y noviembre esperamos los valores mínimos. Se está proyectando un nivel que está un metro por debajo del cero, incluso más, en el Puerto de Santa Fe, con niveles similares a la histórica bajante de 1944, la más importante registrada.
- ¿Qué se puede hacer frente a este escenario histórico?
- Adaptarnos y trabajar mucho en adecuar las condiciones. En el gabinete nacional estamos preparando un plan de contingencia para garantizar el abastecimiento de agua para consumo humano y también la generación de energía. Nación dispone de una partida de $ 1.000 millones para garantizar el funcionamiento de las tomas de agua en las distintas localidades de la cuenca.
- ¿Se está analizando declarar la emergencia hídrica?
- Por ahora no, pero vamos a ver cómo evoluciona la bajante en las próximas semanas.
- Hay unas 50 represas en la cuenca brasileña del río: ¿es posible que liberen más agua hacia el tramo argentino del río?
- La situación en la cuenca brasileña se agravó por la falta de lluvias. La realidad es que en Brasil la situación es más crítica ahora que el año pasado. Los pronósticos a tres y seis meses nos dan que las lluvias van a estar muy por debajo de lo normal. Brasil está entrando en emergencia por bajante, con restricciones de agua y energía. El año pasado se pudo administrar el agua que liberaban las represas, a partir de un acuerdo entre los dos gobiernos, pero este año hay muy poca agua en la cuenca del Paraná.
- ¿Cómo fue la bajante de 1944?
La laguna se secó y casi no había agua debajo del Puente Colgante. En ese momento no llegaba agua a la laguna desde el Arroyo Leyes, es una situación inédita en la memoria reciente, pero se dio en 1944. Y hay que tener en cuenta que por el cambio climático los eventos extremos van a ser más frecuentes.
- ¿En qué sentido?
Vamos a tener períodos de inundaciones más frecuentes y de sequías más graves. Es lo que dicen las proyecciones climáticas para los próximas décadas. Vamos a tener que adaptar las tomas de agua y repensar actividades como la ganadería en zonas de islas. En este momento hay dificultades en la ciudad de Paraná y en otras localidades con la captación de agua en el río y los pronósticos nos advierten que estas situaciones van a ser más habituales.
- ¿Qué hay que hacer en Santa Fe para evitar problemas?
Hay que trabajar fuerte con la población para evitar que se malgaste el agua. Las bombas de las tomas de agua rinden menos y el agua cruda que viene del río tiene una calidad diferente cuando hay bajante. Además, hay que controlar bien el tema de los efluentes industriales que van hacia los ríos porque esta contaminación –en un escenario de bajante- puede perjudicar las tomas de agua. Es muy importante que hagamos un uso racional del agua.
- ¿Hasta cuándo se va a extender el escenario de bajante?
- Esta situación compleja se va a estirar probablemente hasta diciembre y hay que tomar en cuenta que el año que viene, que se proyecta un escenario más normal, el río también va a estar bajo por las secuelas que deja en la cuenca esta bajante récord. Ahora, el aporte del Pantanal –un sistema clave en la cuenca- está entre los cinco más bajos de la serie histórica. Los ríos Pilcomayo y Bermejo están dejando de tener su período de crecida y también están bajando. Se estima que el río Paraguay también va a decrecer lentamente.
De la entrevista con Villa Uría también participó Pablo Lucero, especialista en clima de Aire de Santa Fe, y Alejandra Pautasso.
- ¿Qué sucedió con el consumo de agua potable en la bajante histórica de 1944?
- Es importante recordar que nuestros ancestros tomaron decisiones importantes para garantizar el abastecimiento de agua en la ciudad. La obra del Puente Colgante, por ejemplo, surgió para traer agua desde el río Colastiné, porque era de mejor calidad que la de la laguna y el riacho. También está la historia de la excavación del arroyo Leyes para derivar más agua del río Paraná hacia la laguna Setúbal y lógicamente la obra del canal de acceso al puerto. En la historia de Santa fe se han hecho más obras para garantizar el acceso al agua potable que para defender la ciudad contra las crecidas.
Los pronósticos en la cuenca del río Paraná
En su última proyección, que se publicó el 6 de julio, el Instituto Nacional del Agua (INA) advierte que el río en el Puerto de Santa Fe va a seguir descendiendo y estiman un nivel de apenas 0,14 metros (14 centímetros) hacia el 20 de julio. También adelanta que el mes de julio será "especialmente crítico" y que esta coyuntura hídrica va a "exigir" los sistemas para captar agua para consumo urbano.
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