Un caso reciente en la ciudad de Santa Fe volvió a poner en agenda al Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) como un problema de salud pública en la provincia. Sigue siendo sumamente importante utilizar un método de barrera al momento de mantener relaciones para evitar la propagación de esta y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS), pero también urge el hecho de perder el miedo a testearse. La celeridad en el diagnóstico permite el acceso rápido al tratamiento médico y esto influye directamente en la calidad de vida posterior de las personas que resultan VIH positivas.
El VIH es un retrovirus que ataca al sistema inmunitario, debilitando las defensas de la persona infectada y permitiendo la aparición de enfermedades. Se transmite por vía sexual, vía sanguínea o vía perinatal (de la persona gestante al hijo durante el embarazo, el parto y la lactancia); y la única forma de saber si alguien contrajo el virus es a través de un test. De no tratarse, esta infección puede avanzar a una etapa denominada Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida).
Actualmente, son más de 8.000 los pacientes que están en tratamiento antirretroviral en la provincia de Santa Fe para controlar la enfermedad. Unos 5.000 reciben medicación a través del sistema público y 3.000 en el sector privado. Está comprobado que quienes viven con VIH pero mantienen el tratamiento de forma correcta a lo largo del tiempo logran tener una carga viral indetectable en el organismo. Y si bien los especialistas indican que esto hace que sea muy improbable la transmisión por vía sexual y logra que tengan una expectativa de vida similar a quienes no están enfermos, no significa que no haya virus.
A estas personas que conviven con la infección se les realizan entre uno y dos controles al año para medir la cantidad de virus que tienen en sangre y hacer un seguimiento de la efectividad del tratamiento, que consta solo de tomar una pastilla todos los días. "En las personas que no tienen el virus circulando en sangre, el tratamiento es óptimo y llevan una vida normal", aseguró en una charla con AIRE Gerardo Perafán, director del Programa de Prevención de VIH, Tuberculosis e ITS de Santa Fe.
En 2022, se registraron 315 nuevos diagnósticos de VIH en el sistema de salud público de la provincia. El especialista aconsejó que aquellas personas que hayan tenido una relación sexual sin cuidado, desconociendo la condición del otro u otra, no duden en realizarse un test rápido para descartar no solo esta infección, sino también otras ETS.
La Provincia está armando una red de testeos para aumentar la oferta de tests de VIH y de todas las enfermedades de transmisión sexual, como así también se trabaja en la elaboración de un mapa donde figuren todos los centros de testeo en Santa Fe. Perafán informó que la estrategia, determinada por ONUSIDA, es hacer foco en las personas con mayor nivel de exposición al virus: "Ofrecer el test rápido en lugares donde hay más prevalencia. No es cuestión de cantidad de tests, sino de llegar a los lugares donde está la población de riesgo", consideró.
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En la ciudad de Santa Fe, Perafán dijo que es inminente la habilitación de un centro de testeo por la tarde en el Hospital Sayago (French 5224), que funcionará dos días de la semana y la gente podrá acceder a la prueba de forma anónima, gratuita y confidencial. A este se suman lugares donde ya se hacen testeos como Cemafé, Hospital Iturraspe, Hospital Cullen, Hospital Mira y López, y el Centro Interdisciplinario de Prevención de Enfermedades de Transmisión Sexual y Sida (Cipress).
A su vez, se trabaja en la implementación de la "prevención combinada", que consta del testeo de VIH para que las personas que viven con el virus accedan al tratamiento, pero también para poder ofrecerle a aquellas que sean negativas e integran la población de riesgo la profilaxis pre-exposición (PrEP), un medicamento que se toma antes de la relación sexual y reduce significativamente la posibilidad de adquirir el virus. Esto ya se hace en Rosario y ahora se busca aplicarlo en la ciudad de Santa Fe y otras localidades. Es importante recalcar que el PrEP no es una cura para el VIH ni protege de otras infecciones de transmisión sexual.
Con estas estrategias -además de hacer hincapié en el uso responsable del preservativo o campo de látex-, el objetivo no solo abarca la prevención de la enfermedad sino también que, en menos de una semana, una persona cuyo test arroja resultado positivo, pueda empezar el tratamiento con antirretrovirales que deberá sostener a lo largo de toda su vida, por tratarse de una enfermedad crónica. Una vez que se conoce el diagnóstico, desde el Programa de Prevención de VIH se hace la vinculación rápida del paciente al sistema de salud para que pueda acceder a la medicación.
Qué es el período ventana de la prueba de VIH
Se trata del lapso de tiempo que pasa desde que el virus ingresa al cuerpo hasta que la infección pueda ser detectada por pruebas de laboratorio. El tiempo es variable para cada tipo de prueba, pero en la mayoría de los casos el período de ventana es de hasta un mes. Durante este “período ventana”, los análisis pueden ser negativos aunque haya adquirido el virus.
Sobre esto, Perafán explicó: "Los tests rápidos que nosotros utilizamos son métodos indirectos. ¿Qué significa? Que se detectan anticuerpos. Nuestro organismo genera anticuerpos contra lo que conoce, no contra lo que desconoce. Si vos tenés anticuerpos del virus del VIH es porque estás viviendo con el virus".
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En los tests rápidos que utiliza la Provincia, el período de ventana es de menos de 21 días, es decir que, "si empezás a convivir con el virus hoy, te va a dar positivo, como máximo, a los 21 días", remarcó. Este tiempo se reduce considerablemente si en vez de un test rápido, se realiza una prueba PCR, donde sí se buscan partículas virales directamente, y con la que puede obtenerse el resultado en 48 horas.
Cómo es la vida de una persona VIH positiva que realiza el tratamiento
El médico reiteró que la rapidez en la detección influye en la calidad de vida posterior de la persona infectada: "Cuando antes una persona se entera mejor es, porque su inmunidad está mejor, porque no está inflamado, porque está sin el desgaste de la enfermedad. Cuanto antes una persona se entera que vive con el virus y rápido arranca el tratamiento, mejor calidad de vida y mejor perspectiva".
Si bien no existe una cura para el VIH, el tratamiento antirretroviral evita que el virus se multiplique en el cuerpo y afecte a la salud de la persona que convive con la infección.
"Como toda enfermedad crónica, si la tenés controlada, no te complica", aseguró Perafán. Además indicó que el tratamiento consta de una pastilla por día, con bajos efectos adversos. "Una mujer si quiere quedar embarazada puede quedar embarazada y su hijo nace sano. Las personas que viven con el virus no transmiten más virus. Después te tenés que cuidar de lo que se tiene que cuidar cualquier persona común y corriente", subrayó.
"Se dice que las personas que viven con VIH y llevan una vida sana (adhesión al tratamiento, buena alimentación y cuidado del cuerpo) tienen casi la misma sobrevida que una persona que no vive con el virus, pero para esto necesitamos que la gente se acerque y que quiera cuidarse", destacó Perafán, sobre la importancia de poder detectar el virus a tiempo y empezar a recibir la medicación, para impedir el desarrollo de la enfermedad.
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