Sin embargo, este acto aparentemente inofensivo puede comprometer la eficacia de los fármacos y, en algunos casos, resultar perjudicial para la salud.
La creencia popular sostiene que, al partir una pastilla, se obtiene la mitad de la dosis, pero esto no es cierto. Las pastillas están diseñadas para liberarse de manera progresiva en el cuerpo, y al cortarlas, los principios activos se liberan de forma más rápida y descontrolada.
El riesgo de cortar las pastillas
Cuando cortamos una pastilla que no está diseñada para ello, corremos el riesgo de alterar su eficacia y seguridad. Esto se debe a que, al cortar el comprimido, la liberación del principio activo se vuelve mucho más rápida, lo que puede llevar a efectos secundarios o incluso a la falta de efectividad.
medicamentos pastillas.jpg
Además, los principios activos pueden desperdiciarse de esta forma, lo que significa que no se obtendrá el beneficio completo que el medicamento debería proporcionar.
¿Cómo saber si una pastilla puede ser partida por la mitad?
Algunas farmacéuticas han comenzado a crear pastillas especialmente diseñadas para ser partidas sin afectar su eficacia. Estas tabletas suelen tener una línea divisoria en el medio, lo que indica que pueden ser partidas de manera segura. Sin embargo, no todas las pastillas tienen esta característica, por lo que siempre es importante verificar las indicaciones del fabricante antes de cortar un medicamento.
Si decides partir una pastilla que es apta para ello, es recomendable tomarla inmediatamente después, ya que el contacto con el aire, la humedad o el calor puede reducir su efectividad.
La importancia de la correcta administración de medicamentos
Es fundamental consultar siempre con un profesional de la salud antes de modificar la forma en que tomamos nuestros medicamentos. La automedicación, aunque común, puede ser peligrosa, y tomar una dosis incorrecta o alterar la forma en que un medicamento debe ser administrado puede ser riesgoso.