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La depresión, el sufrimiento más allá de las etiquetas

La Organización Mundial de la Salud alerta sobre este "trastorno mental que afecta al 5% de la población adulta mundial", aunque otras miradas desde la salud mental apuntan a escuchar el padecimiento de cada persona antes de buscar un diagnóstico y una medicación.

“Está deprimida”, “es una depresiva”, “se deprime”. La palabra depresión forma parte del habla popular, pero no todo el mundo sabe bien qué quiere decir. El 13 de enero es el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, establecido por la Organización Mundial de la Salud. Para este organismo internacional, se trata de un “trastorno mental común” y estima que en el mundo lo padecen el 5 % de las personas adultas.

Más allá de las cifras, en salud mental no todo es diagnósticos y etiquetas. Marité Colovini es directora de la Maestría en Psicopatología y Salud Mental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). “Desde el psicoanálisis preferimos hablar de afectos depresivos porque en estos mismos -tristeza, inhibición, desgano, llanto fácil, angustia, aislamiento, dolor, desesperanza, desilusión, desamparo- encontramos las posibles respuestas del sujeto ante los desafíos de la vida”, dice la profesional, que es psiquiatra y practicante del psicoanálisis. “La vida es un continuo desafío que nos obliga a aceptar riesgos si queremos perseverar respecto a nuestra condición deseante”.

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La OMS busca visibilizar el sufrimiento subjetivo, más allá de cómo se llame.

La OMS busca visibilizar el sufrimiento subjetivo, más allá de cómo se llame.

La profesional señala que “muchas veces las personas que nos consultan se nombran a sí mismas como ‘depresivas’. Pero este modo de nombrarse adquiere múltiples significaciones en cada uno, por lo que se trata, en la práctica del psicoanálisis, de desplegar esas mismas significaciones, para encontrar la singularización de cada caso”. No se trata de un diagnóstico, sino de escuchar a esa persona que sufre.

“La propuesta de la OMS viene bien en tanto se trate de visibilizar el sufrimiento subjetivo, más allá de cómo se llame”, plantea Adriana Zanon, que es psicoanalista, docente de Clínica 3 de la Facultad de Psicología de la UNR e integra EPSFRos (Escuela de Psicoanálisis Sigmund Freud de Rosario).

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Sitúa así el término de "melancolía", y dice que se trata de “el dolor de existir”. “Hay melancolía cuando no se puede duelar”, plantea. “Algunas, algunos, sujetos, sujetes, ni siquiera abren la boca para hablar o para tomar agua y presentan labios agrietados. El no tomar la palabra es el gran problema. Un sujeto cuando toma la palabra puede hacer su expansión subjetiva. El poder dar lugar a la palabra es lo que nos vivifica. Es decir, cada día nos levantamos, hablamos, trabajamos y eso es gracias al deseo, que se vehiculiza con la palabra. Somos seres de palabra”, abunda la psicóloga, que trabaja en un hospital psiquiátrico y considera que el duelo -o su dificultad- aparece ante la pérdida de un trabajo, de un amor, de la salud.

La vida es un continuo desafío que nos obliga a aceptar riesgos si queremos perseverar respecto a nuestra condición deseante La vida es un continuo desafío que nos obliga a aceptar riesgos si queremos perseverar respecto a nuestra condición deseante

Para la directora provincial de Salud Mental, Celina Pochettino, al hablar de trastornos o enfermedades en salud mental se corre “el riesgo de caer en una paradoja, porque es tanto el sufrimiento que puede generar un padecimiento como este, como los estigmas vinculados a los diagnósticos. Entonces, desde la Dirección somos cautos en subrayar el tema del trastorno. Sí nos parece fundamental estar atentos al padecimiento subjetivo de cada quien, de quienes tenemos cerca, como modo de cuidarnos, porque cualquier persona está en posibilidades de ofertar una primera ayuda”.

La funcionaria plantea “una política preventiva que tenga que ver con los lazos sociales y con poder estar detectando cualquier sufrimiento agudo en la vida de alguien”.

La historia y los números

La OMS afirma que 300 millones de personas sufren de “depresión”, lo que conlleva una alta tasa de sufrimiento subjetivo y afecta sensiblemente la economía mundial. Una gran cantidad de estas personas no son diagnosticadas y por consiguiente tratadas, lo que aumenta el problema sanitario. En una publicación de septiembre del año pasado, la OMS indicó también que la depresión afecta más a mujeres que a hombres, y que puede llevar al suicidio.

No se trata de un diagnóstico, sino de escuchar a esa persona que sufre

Colovini historiza estas afirmaciones con una mirada crítica. “Quizás debiéramos estudiar cómo se ha llegado a estas afirmaciones, habida cuenta de que ‘depresión’ es un término que proviene de la psiquiatría americana, siendo Adolf Meyer quien en 1905 propuso eliminar el término melancolía a favor del de depresión. Así, la noción ingresa en el mundo científico, primero el de la psiquiatría y luego va tomando lugar en otros discursos hasta el momento actual en que se ha convertido en un término popular. No es desdeñable el impulso que la noción toma a partir de la aparición de los fármacos llamados ‘antidepresivos’, que junto con otros psicofármacos a partir de la segunda mitad del siglo XX, van colmando los discursos e investigaciones de la medicina y especialmente de la Salud Mental”, considera esta profesional, quien encuentra “una importante correlación entre la difusión de algunas supuestas ‘enfermedades mentales’ y los fármacos que se utilizan en su tratamiento, mostrando el modo en que el negocio de la farmacología copa el universo científico y lo torna a su favor”.

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La depresión afecta más a las mujeres que a los hombres, según datos de la OMS.

La depresión afecta más a las mujeres que a los hombres, según datos de la OMS.

En lugar de un diagnóstico que rápidamente implique una medicación, se trata de buscar otras estrategias. “Somos muy cautos en no hacer una línea directa entre el establecimiento de un diagnóstico y la prescripción psicofarmacológica. Lo psicofarmacológico es solo un aspecto de un tratamiento, de un acompañamiento en un padecimiento subjetivo y es necesario subrayar la perspectiva interdisciplinaria de los abordajes psicosociales que propone la Ley Nacional de Salud Mental”, subraya Pochettino.

La persona que vive ese profundo sufrimiento no puede “salir adelante” con “voluntad”, como sugieren algunos discursos. “Ese modo de nombrarlo tiene una connotación moral, como si dependiera de la persona poner su fuerza de voluntad para modificar esta situación y eso sería desconocer que es un padecimiento”, plantea la funcionaria.

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Colovini suma que al hablar de voluntad, o de ánimo, el planteo se reduce “a la esfera de la conciencia, ya que se trata de suponer que el yo puede decidir ‘libremente’. Quienes trabajamos con el sujeto del inconsciente, consideramos las determinaciones que el mismo inconsciente ejerce sobre el yo consciente”.

La persona que vive ese profundo sufrimiento no puede “salir adelante” con “voluntad”, como sugieren algunos discursos

Desde esa comprensión, y en cuanto a las políticas públicas que se llevan adelante en el campo de la salud mental, Pochettino señala que “algunas que tienen que ver con estrategias de abordaje y de acompañamiento a la población que sufre alguna situación crítica vinculada a las depresiones, a las angustias. En ese punto subrayamos el 0800 555 6549 que tiene un equipo de salud mental a disposición de toda la población santafesina”.

Por ahora usan esta línea creada al principio de la pandemia por las consultas por coronavirus, pero pronto habrá una línea específica. Mientras tanto, al teléfono vigente puede llamar cualquier persona que esté sufriendo “y encuentre ahí un modo de pedir ayuda”.