En declaraciones radiales, Bullrich explicó que esta medida se basa en principios ya establecidos en la Constitución y el Código Penal. "Queremos que haya vagancia cero", afirmó la ministra, subrayando que los internos deben trabajar como parte de su proceso de reintegración social.
El programa ya se está poniendo a prueba en el Complejo Penitenciario 4 de mujeres en Ezeiza, donde las internas han comenzado a hacerse cargo del mantenimiento de los edificios. Actualmente, se están terminando de pintar los interiores de las instalaciones, y se prevé que próximamente se extienda al exterior. Este modelo se replicará en otras cárceles del país.
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Los internos deberán donar alrededor del 30% de sus ingresos.
Además de las tareas de mantenimiento, el proyecto incluye la implementación de sistemas biométricos para controlar los horarios de trabajo. También se planea una clasificación de los presos para asignar las tareas de manera más eficiente, optimizando los recursos penitenciarios.
Bullrich destacó que, según la propuesta, los internos deberán donar alrededor del 30% de sus ingresos obtenidos a través del trabajo en las cárceles como una forma de resarcir a las víctimas.
"Es una injusticia que un preso tenga un salario mínimo", sostuvo, reiterando su postura en favor de que los reclusos asuman una mayor responsabilidad durante su tiempo en prisión.
