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Fabián Lorenzini: el paso por Santa Fe del juez que mantiene en vilo al poder político

Quienes lo conocieron durante sus tiempos de estudiante en la Universidad Nacional del Litoral, dicen que nunca militó en ninguna agrupación política, que era un "librepensador" y que siempre estuvo abocado a las cuestiones académicas. Fue el segundo mejor promedio de su promoción.

Seguramente jamás pensó hace tan solo dos años, cuando la Legislatura de Santa Fe aprobó pliego su como juez civil y comercial de Reconquista, que poco tiempo después llegaría a sus manos una causa que mantiene en vilo a toda su comunidad, que impacta en la matriz productiva argentina, que movilizó a miles de personas en todo el país y que tiene como particulares interesados al gobernador de su provincia y al presidente de la Nación.

Pero el destino quiso que Fabián Silvano Lorenzini se convirtiera en el centro de la escena de la causa Vicentin. Y, al menos hasta ahora, el peso de la responsabilidad y de tantos intereses en juego no parecen condicionarlo demasiado. De hecho, pasado viernes tomó la decisión de oponerse a la voluntad de Alberto Fernández cuando resolvió que los miembros del Directorio de la empresa vuelvan a hacerse cargo de la administración y determinó que los dos enviados del Gobierno nacional sean apenas veedores, en lugar de interventores.

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Tanto Alberto Fernández, como Omar Perotti, aguardan con expectativa las próximas decisiones del juez Lorenzini. El Gobierno de Santa Fe hizo una propuesta de invervención mixta.

Tanto Alberto Fernández, como Omar Perotti, aguardan con expectativa las próximas decisiones del juez Lorenzini. El Gobierno de Santa Fe hizo una propuesta de invervención mixta.

Este juez, de 44 años, dio sus primeros pasos profesionales en la Universidad Nacional del Litoral, donde primero se recibió de abogado y luego estuvo en contacto a través de distintas especializaciones que cursó a lo largo de los años.

Lorenzini jamás militó en algún sector político mientras fue estudiante en la ciudad de Santa Fe. Tanto es así, que algunos militantes y excompañeros de estudio lo siguen recordando como un "librepensador".

Fue el segundo mejor promedio de su promoción, con 7,50. Quizá parezca un promedio bajo si se lo compara con otras facultades, pero fuentes calificadas de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL remarcaron ante la consulta de Aire Digital que se trata de una nota muy alta, por encima de los promedios usuales entre los miles de alumnos que pasaron por esos claustros durante las últimas décadas.

Lorenzini jamás militó en algún sector político mientras fue estudiante en la ciudad de Santa Fe. Tanto es así, que algunos militantes y excompañeros de estudio lo siguen recordando como un "librepensador", dispuesto a discutir especialmente por todo lo relacionado con los temas académicos.

"Hemos tenido algunas disidencias, siempre amables. Nunca militó en ningún sector de la política y siempre estuvo más preocupado por lo académico", recuerda un excompañero.

Los orígenes del juez que mantiene en vilo al poder político

Su papá era trabajador vinculado con las actividades rurales de Los Laureles, un paraje ubicado a 532 kilómetros de esta capital. Su mamá, y de doña Margarita, era la peluquera del pueblo. Sus excompañeros santafesinos lo recuerdan como "un típico estudiante llegado desde el interior": abocado a sus estudios, siempre corto de dinero, compartiendo departamento con varios amigos para repartir los gastos. No era de los que podían darse el lujo de volver seguido a su pueblo. Su vida por aquellos años pasaba por recibirse lo antes posible y, de hecho, terminó la carrera en tiempo y forma.

Antes de convertirse en juez, se desempeñó como abogado de la sucursal Reconquista del Banco de la Nación. Hasta que la Legislatura aprobó sus pliegos como magistrado con 4 abstenciones y ningún voto en contra. Eran tiempos de gobierno socialista y mayoría peronista en el Poder Legislativo.

En estos momentos, Lorenzini toma decisiones desde su juzgado evitando todo contacto innecesario con medios de prensa, referentes políticos y de la misma empresa.

En estos momentos, Lorenzini toma decisiones desde su juzgado evitando todo contacto innecesario con medios de prensa, referentes políticos y de la misma empresa. Así como en sus tiempos de estudiantes sus compañeros los consideraban un "librepensador", las partes involucradas en la crisis de Vicentin no parecen estar en condiciones de adelantarse a las movidas del juez.

Sus últimas medidas fueron tres: restituyó a los miembros del Directorio en sus puestos, rechazó la apelación del Gobierno de Santa Fe para que revea esta decisión y dio participación al Ministerio Público de la Acusación para que investigue si existieron posibles delitos penales en la empresa.

Esta última decisión se basa en que, según los escritos presentados por la Inspección General de Personas Jurídicas de Santa Fe, habría supuestas maniobras realizadas por la empresa antes de la presentación del concurso preventivo. Según la Provincia, "esto no implica una imputación delictiva, sino que es una obligación de la magistratura, poner en conocimiento de la autoridad penal tales circunstancias para que allí se analicen los pasos a seguir".

Por estas horas, todas las miradas están puestas en el juzgado de Reconquista para saber si Lorenzini avala o rechaza la propuesta de intervención mixta de la empresa.

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