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Policiales Hugo Moyano | Cárcel de Piñero | Santa Fe

Una escucha, la voz de un sicario y la violenta interna del gremio Camioneros en Santa Fe

"Bajá la moneda y lo cagamos a tiros", le dice un preso de la cárcel de Piñero a Juan Chulich, el referente de Hugo Moyano en Santa Fe en una escucha que la justicia santafesina grabó en septiembre del 2021. La brutal interna con Sergio Aladio que está detrás de esa llamada.

“Nosotros somos los que prendimos fuego al sindicato de (Sergio) Aladio. ¿Ahora vos querés que lo caguemos a tiros? Tenés que bajar la moneda amigo, bajá la moneda y lo cagamos a tiros al toque… como la vez pasada, vos sabés que bajás la moneda y lo hacemos al toque”. Los interlocutores son un preso que está alojado en la cárcel de Piñero que se comunica con Juan Chulich, el hombre fuerte de Hugo Moyano en Santa Fe, que disputa la conducción del gremio con Aladio, que está desde 2016 en la otra vereda del expresidente de Independiente.

La escucha telefónica se grabó el 21 de setiembre de 2021. El 20 de noviembre a las 18.30, casi dos meses después de la llamada desde Piñero, se produjo un ataque a balazos contra la sede del gremio en Pasco al 1000, en Rosario. En la justicia no se sabe si este hecho podría ser consecuencia de este diálogo, que se investigaba en el marco de otra causa de extorsión originada en Venado Tuerto, en la que la interna sindical también tuvo episodios violentos.

La escucha trascendió en el marco de otra investigación, que tuvo como detonante también hechos intimidatorios, pero no lo tenían a Aladio como víctima sino como sospechoso. Diecinueve militantes del gremio de Camioneros, que pertenecen a este sector, fueron detenidos a fines de julio pasado, cuando realizaban “aprietes” para encuadrar gremialmente a empleados de una empresa transportista que trabaja en La Virginia.

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Juan Chulick (derecha), uno de los protagonistas de la escucha, junto a Pablo Moyano (Izquierda) en un acto.

Juan Chulick (derecha), uno de los protagonistas de la escucha, junto a Pablo Moyano (Izquierda) en un acto.

Habían montado una carpa en la calle e impedían el ingreso a la planta ubicada en la colectora de la circunvalación de Rosario. Cuatro días después de la detención de los militantes vinculados a Aladio, las oficinas de esa empresa fueron blanco de un ataque a balazos. Un disparo atravesó una ventana de la sede administrativa. No se logro identificar ni detener al atacante.

A la par, también fue baleado el corralón de la firma Razzini Materiales, donde los propietarios habían denunciado a Camioneros tras un bloqueo de 90 días de la empresa en 2020. En disputa estaba como en La Virginia el encuadramiento gremial de los empleados. En la puerta del corralón apareció un cartel con la amenaza: “Retirá la denuncia porque no abrís nunca más. Atentamente: Camioneros”.

La interna gremial que subyace en este conflicto es entre Aladio, el titular de Camioneros, con otra facción que lidera Juan Chulich, que responde a los Moyano. Hay empresas en las que los trabajadores están alineados con Aladio y otras con el sector contrario. Se sospecha que los ataques a balazos están relacionados con esta disputa. La duda de los investigadores es que estén realizando atentados cruzados; es decir, con el objetivo de perjudicar al rival, más que amedrentar a los destinatarios de los balazos. La difusión de la escucha también estaría relacionada con otros intereses más lejanos a Santa Fe, como la elección en Independiente, donde el sector moyanista perdió frente al conductor de TV Fabián Doman.

hugo moyano independiente cgt
Sugestivamente, la escucha se difundió y volvió a los medios en la previa de la elección en el club Independiente, donde el sector que lidera Hugo Moyano perdió con Fabián Doman.

Sugestivamente, la escucha se difundió y volvió a los medios en la previa de la elección en el club Independiente, donde el sector que lidera Hugo Moyano perdió con Fabián Doman.

Aladio se transformó en una amenaza para Moyano desde hace ocho años, pero muchos piensan que este sector también usa los métodos que aplicó históricamente el histórico líder de Camioneros. Santa Fe es una de las seccionales más importantes del país, por el polo agroexportador, que centraliza la actividad logística.

Aladio llegó al gremio como emergente de otro escándalo en el gremio de Camioneros, luego de que Marcelo Dainotto, secretario general hasta 2014, fuera condenado a tres años de prisión por malversación de fondos. En la caja fuerte del gremio la justicia secuestró más de 3.000.000 de dólares que estaban en negro y manejaba Dainotto, que se comprometió a devolver el dinero.

En 2016, Aladio, que era vocal de la lista de Dainotto, fue elegido secretario general. En la previa a la elección, hubo varios hechos violentos y sangrientos, como la asamblea que se realizó en el camping de Pérez el 12 de abril de 2014, que terminó en un enfrentamiento a los tiros. Allí murió Nicolás Savani.

El choque fue entre los seguidores de Dainotto con los del secretario gremial del sindicato, Rubén López. Un mes después se realizó una nueva asamblea en la que Dainotto y Miguel Ángel Caichiolo, tesorero de la entidad, presentaron su renuncia en momentos en que el gremio estaba intervenido por orden de Hugo Moyano, quien envió a Pedro Mariani, integrante de la comisión directiva a nivel nacional.

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Sergio Aladio se abrió de la Federación Nacional de Camioneros que lidera Hugo Moyano y en Santa Fe está alineado con el espacio peronista NES, que lidera Armando Traferri.

Sergio Aladio se abrió de la Federación Nacional de Camioneros que lidera Hugo Moyano y en Santa Fe está alineado con el espacio peronista NES, que lidera Armando Traferri.

Aladio, quien está alineado en el peronismo santafesino con el Nuevo Espacio Santafesino (NES), sector de referencia en Armando Traferri, se distanció de Moyano y se abrió de la Federación Nacional de Camioneros, algo que objetó el líder gremial desde Buenos Aires en la justicia, pero nunca pudo arrebatarle la conducción del gremio al dirigente santafesino.

La estrategia que utilizó Moyano fue abrir una inscripción gremial para intentar combatir a Aladio con otro sindicato. Si bien el Ministerio de Trabajo lo habilitó, no logró nunca la personería gremial. En ese sector emergió Chulich, que aparece en las escuchas telefónicas que ahora tomaron estado público pero que fueron registradas el año pasado.

Cuando se produjo la imputación contra los 19 miembros del sindicato de Aladio, que bloquearon la planta de La Virginia, la fiscal Viviana O Connell señaló que la metodología de bloqueos se utiliza para resolver distintas cuestiones, como este caso una elección gremial o reclamos a las empresas. "Es un accionar que está en contra del Estado de Derecho y donde se comenten distintos delitos y no se puede aceptar”, señaló la fiscal O Connell.

La sospecha de la fiscal Valeria Haurigot, que está al frente de la Unidad Especializada de Balaceras, e investiga los ataques a balazos a La Virginia y a Razzini, es que detrás de estos atentados pudo estar vinculado al gremio de Aladio o a sus competidores internos, el sindicato de Recolectores, encabezado por Marcelo Andrada, alineado con Moyano y Chulich. Es una hipótesis inicial, remarcaron las fuentes juiciales.

Haurigot ordenó los allanamientos a las dos sedes gremiales, una obra social y una mutual. Los efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) buscaban armas, que supuestamente podrían estar guardadas en estos edificios, pero no hallaron nada.

El vínculo entre los "soldaditos narco" y las internas gremiales en Santa Fe

Una de las hipótesis es que detrás de estos ataques se hayan utilizado “soldaditos” de bandas criminales, que a cambio de dinero llevan adelante este tipo de intimidaciones con armas de fuego. Este esquema de relación entre los sindicatos y los grupos narcos tuvo varios capítulos en Rosario en los últimos tiempos, como los que se produjeron en el gremio de Peones de Taxis, en el Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y en la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra).

El 20 de noviembre pasado fue blanco de un ataque a balazos la sede del sindicato de Camioneros que fue allanada este martes. Los disparos los realizaron dos jóvenes en moto en el frente del edificio que se encuentra en Pasco al 1043.

En la época en que se produjo este atentado contra el gremio había comenzado en Rosario un juicio contra seis afiliados al sindicato de Camioneros, que pertenecían a la rama moyanista, que fueron acusados por el asesinato de Savani.

La relación entre las bandas criminales y los sindicatos quedó probada en varias causas judiciales. En 2019 se produjeron una serie de ataques contra dirigentes del gremio de Peones de Taxis que llevaron adelante “soldaditos” de la banda de Los Monos. En una extensa investigación judicial se probó que el exsecretario general del sindicato Horacio Boix había contratado a los sicarios de los Cantero para atacar a los miembros de la comisión directiva que lo habían desplazado, entre ellos a Horacio Yanotti, actual titular de la entidad.

Otra violenta interna gremial en los puertos del Gran Rosario

En el gremio de SOMU ocurrió algo similar. Se produjeron tres ataques contra las oficinas del gremio y las residencias de familiares de Pablo Ghietti, quien en 2018 asumió al frente de este sindicato en Rosario, donde esta entidad es poderosa por los puertos que hay en la zona.

Al poco tiempo de asumir en el gremio empezó la saga de aprietes contra Ghietti, que a partir de diciembre de 2019 tomó formas más violentas y visibles, cuando una Ford Ranger del gremio quedó envuelta en llamas luego de que desde un auto arrojaran una bomba molotov.

Una semana después un grupo comando entró a la sede del gremio, en barrio Martin, en pleno centro, y baleó a Mariano Ortiz, miembro de la comisión directiva de la entidad. “¿Vos sos Pablo?”, le gritaron varias veces a este hombre que estaba en una oficina cerca del mediodía. Como no respondió le dispararon un tiro en cada pierna y salieron del edificio sin robar ni un solo peso. Los empleados del gremio quedaron aterrorizados.

Luego se produjo otro ataque a balazos en la casa de la madre de Guietti. Fueron más de diez tiros que agujerearon las paredes. Y un día después el blanco de los disparos fue la propia residencia del secretario general de SOMU en Entre Ríos al 6200.