Era la madrugada de este viernes, Agustín descansaba junto a su novia pero él despertó porque escuchaba ruidos en la puerta que da al patio de la casa. Encendió la luz, la apagó, volvió a encenderla y quedó de cara a un delincuente que lo amenazó de muerte con una cuchilla de carnicero. Así comenzó una violenta entradera en el barrio Guadalupe Oeste, en la ciudad de Santa Fe.
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El delincuente aprovechó que la familia dormía, cerca de las 4, para ingresar a robar. Agustín fue el primero en enfrentarlo para defender a su novia "Me dijo que me iba a matar, la saqué a mi novia y la empujé para que se vaya corriendo".
Mientras esquivaba las puñaladas que le tiraba el delincuente "totalmente drogado" pudo sacárselo de encima y, junto a su novia se encerraron en el cuarto de los abuelos de ella y empezaron a pedir auxilio.
Un vecino que trabaja como guardia de seguridad los escuchó y se metió en la casa. El ladrón corrió al patio, el guardia lo obligó a tirarse al piso pero no entraba en razones. "Estaba totalmente dada vuelta", expresó Agustín.
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"Tenemos tres perros y dos de ellos nos salvaron la vida: Black y Kenai. Nos defendieron y a ellos también los cortó con la cuchilla. Estaba pasadísimo, estaba dispuesto a matar", concluyó Agustín.
En eso, Franco yerno de Agustín, se despertó con los gritos de auxilio de su hija. "Salgo de la habitación y este delincuente me puso la cuchilla en la costilla y los dos perritos me defendieron. "Gracias a Dios no pasó nada y estamos todos bien, gracias a mis dos héroes (Black y Kenai) estuve a nada de no estar hablando con ustedes", dijo Franco por Ahora vengo en AIRE.
Con la adrenalina de lo ocurrido, con la angustia a flor de piel y la voz entrecortada, el entrevistado dijo " Yo salgo a trabajar a las 6.30 de la mañana y tengo miedo por mis hijos. La realidad que estamos viviendo es para nada alentadora" mientras termina la frase, voltea la mirada sobre sus hombros porque pasó una moto cerca suyo... y volvió a temer.
"Era el o nosotros por eso nos arriesgamos cuando lo logramos reducir", manifestó. Sobre el accionar policial, se mostraron conformes ya que mientras el guardia pudo reducir al ladrón, ellos llamaron al 911 y la policía llegó rápidamente.
Franco se sorprendió porque los policías conocían al delincuente: lo llamaban por nombre y apellido y sabían la dirección de su casa. No es la primera vez que se lo llevaban detenido.
El ladrón de nombre Cristian, de 30 años, fue trasladado al Hospital Cullen donde fue sometido a curaciones y, luego quedó detenido por robo calificado. Por jurisdicción interviene la Comisaría Octava.
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