“Tengo pánico”, aseguró la mujer, que acababa de llevar a su hijo al colegio Medalla Milagrosa, en pleno barrio de Alberdi, en la zona norte de Rosario. “Estaba parada frente al colegio y desde una moto comenzaron a disparar a mansalva contra una camioneta blanca”, apuntó la madre de un alumno. “Nos tiramos cuerpo a tierra. Otros salieron corriendo”.
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El terror acaparó toda esa escena cotidiana, en solo unos segundos, a las 7.20, cuando los chicos entraban a la escuela. “Las mochilas quedaron tiradas en el piso por la desesperación”, agregó otra madre. Los tiros iban dirigidos a un empresario, gerente de la empresa textil, que se llama Diego Giménez, de 43 años.
El pánico irradió en segundos una zona emblemática del norte de la ciudad, a una cuadra de la plaza Alberdi, donde a primera hora de la mañana se llena de autos en doble fila conducidos por padres que dejan a sus hijos en un colegio privado de una larga trayectoria. El tráfico en la zona es arduo a esa hora, porque a una y dos cuadras de allí están el colegio San Francisco y la escuela Carrasco. Pero nada importó a los atacantes, que seguían al conductor de la camioneta VW blanca, desde antes de llegar a la Medalla Milagrosa, donde se produjo el ataque.
El pánico mezcló todo en un principio. Muchos creyeron, en un principio, que se trataba de un ataque contra el colegio. Era una presunción desacertada, pero posible, porque se produjeron varias balaceras contra escuelas en Rosario. Esto derivó en que hace una semana el gremio de Amsafé Rosario desobligara a alumnos y docentes para realizar una marcha para reclamar mayor seguridad.
El ataque en la puerta de la Medalla Milagrosa fue un intento de asesinato contra el conductor de la camioneta VW blanca, el gerente de una empresa textil de larga trayectoria, que maneja marcas como This Week, entre otras. No se trató de un hecho de inseguridad común, que en esa zona de Rosario abundan, sobre todo en la bajada Pucio, donde los robos a adolescentes y jóvenes son recurrentes, sin que los patrullajes de agentes a pie logren disuadir a los ladrones.
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El empresario había estacionado a media cuadra del colegio. En las cámaras de seguridad de la zona se ven a tres hombres que participaron del ataque. Uno se queda arriba de la moto y dos bajan y se dirigen a atacar a la víctima, que estaba en ese momento con su hijo de 13 años y un amigo de 12. Disparan entre siete y nueve tiros. Los impactos dan en la ventanilla del conductor y otros en la puerta.
A pesar de la cercanía de los disparos, Giménez recibió heridas superficiales en el rostro. Y los dos niños que estaban arriba de la camioneta no sufrieron ni un rasguño. Por cómo se dio la situación parece increíble que no haya heridos de gravedad. Porque la zona en la que se produjo el ataque estaba repleta de chicos y padres y madres que los llevaban al colegio.
Luis García, director del colegio Medalla Milagrosa, trató de llevar calma a los familiares de los alumnos, luego de este episodio que generó una fuerte conmoción. Las clases no se suspendieron.
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"Gracias a Dios el papá del alumno está fuera de peligro porque las heridas fueron superficiales porque una bala le rozó el rostro. Los chicos están con sus familiares. Nosotros continuamos con el dictado de clases para no producir más problemas”, afirmó el directivo.
García contó que el incidente causó conmoción en la comunidad educativa. "Igual los chicos no tuvieron mucha información. Lo primero que hice fue anoticiar a los papás que los chicos estaban bien, custodiados y a salvo. El único herido fue el padre”.
El director de Medalla Milagrosa advirtió que la actividad en el Colegio era normal "entre comillas, dentro de esta situación de anestesia social en la que se vive por la inseguridad".
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